Rick: ¿De verdad quieres debatir si salvar a un tipo que conducirá a sus amigos directos a nuestra puerta?
Dale: Eso es lo que hace una sociedad civilizada.
Rick: ¡Y quién dice que aún somos civilizados?
Dale: No, el mundo que conocíamos se ha terminado. ¿Pero mantener nuestra humanidad? Eso es una elección.
La segunda temporada de The Walking Dead concluyó anoche en Fox España. Y, demonios, cómo ha mejorado el apocalipsis. Mayor imaginería visual, empujones de acción, sorpresas glups, personajes que ganan grises, choque de trenes y ambición narrativa. Todo ello sin olvidar las pústulas, los borbotones y los cráneos reventados marca de la casa.
Hay que medir esta segunda temporada de The Walking Dead con dos raseros. Antes y después del parón navideño. Con la sombra de Darabont y sin ella. A pesar del pegamento que la granja de Hershel le ha impuesto a la trama, estos seis capítulos invernales han sido otra cosa. Más atrevida, más emocionante. Y, por descontado, mucho mejor. La AMC ha conseguido dar el salto que necesitaba este material chorreante y sin tregua. Por esta dirección -también refrendada por las cifras de audiencia– sí que puede arañar Olimpo la adaptación del cómic de Kirkman, esa promesa que hasta ahora solo había cumplido el excelente piloto.
Glen Mazzara, productor ejecutivo de este tramo, ha sido el motor del cambio. Es un guionista curtido en The Shield, lo que explica ciertas gallardías: un argumento que desciende a tumba abierta, constantes dilemas morales para los personajes y una cinematografía más enérgica y masticable; el gran Clark Johnson lo estableció así dirigiendo “Nebraska“, el 2.8., y su estela visual ha permanecido en las secuencias de acción, mucho más viscerales.
(A partir de aquí, espoilers) El problema es que cuando una serie rectifica sufre efectos secundarios durante un tiempo: han seguido pululando un puñado de personajes de relleno, mero paisanaje. Cuando el intento de suicidio de Beth, durante un rato pensé que era una tipa a la que no habíamos visto nunca. O, aún más sangrante, cuando todo se desmorona y un tal Jimmy es comido dentro de la caravana, durante el clímax de la season finale, mi esposa me preguntó: “¿Y este quién es?” “No tengo ni puñetera idea, cariño”. Es muy frustrante tener que admitir ese vacío tras 20 capítulos… ¿Lo mejor? Que Mazzara ha ido limpiando el reparto y ya solo quedan dos o tres de estos fantasmas (T-Dog, Beth, Carol). ¿Lo peor? Que personajes como Dale o Shane han ido ganando matices y engordando su personalidad… ¡para adornar mejor su caída!
El otro peaje del showrunner al subirse a un tren en marcha es la inercia. La mayor de todas es que un lado del triángulo principal (Lori) tiene graves problemas de construcción desde el punto de vista dramático¹. Por eso, a pesar de su labor como catalizadora², sigue colgando como eslabón débil de un grupo que ha multiplicado sus conflictos ahondando en las cicatrices (internas y externas) de sus personajes. ¡Hasta Carl parece un preadolescente y no el osito de mimosín que había sido hasta anteayer!
Más allá de estos problemas -que no son menores, cierto-, los personajes van adquiriendo un bagaje angustiado más acorde para el fin del mundo. Todos empiezan a esconder cadáveres en su almario y Rick, en un momento desarmante, confiesa el asesinato de Shane. Un discurso ambiguo que salsea con la culpa -vestigio de humanidad- y el orgullo -como refuerzo de su autoridad en el grupo-.
Precisamente la muerte de Shane, un ser abocado a la locura y la paranoia, ejemplifica el estimulante rumbo que ha tomado The Walking Dead. Comentábamos ayer que esto de darle matarile a uno de tus protagonistas plantea una jugada osada. Más aún cuando poco antes ha perecido Dale, lo más cercano a una brújula moral que había en el relato. Ambas muertes podían haber actuado como reluciente final de temporada y, sin embargo, los guionistas han optado por dar un paso más y atreverse a cerrar el ciclo de la granja de Hershel. Buena decisión por dos razones:
1. La temporada como unidad narrativa. Clausurar el relato siempre me parece aplaudible, más aún cuando no recurren a la tramposa pirotecnia de los trucos de guión. No hay doblez ni enigmas abiertos, tan solo una intriga proveniente de ese misterioso personaje encapuchado que salva a Andrea y el bello plano aéreo que nos revela la fantasmagoría de Fort Benning la prisión. Nos importa el qué va a pasar, no el cómo pasó. Es decir, queremos saber el rumbo que tomará la historia, pero no nos devanaremos los sesos sobre si esto fue así o asao, si tal personaje ha muerto o no, si hay gato encerrado…
2. Porque esto les ha obligado, en coherencia narrativa, a aportar muchas respuestas. Confirmamos el trágico susurro de Jenner, sabemos la carta amorosa que escoge Lori, despejamos los retales en torno a la muerte de Sophia e, incluso, se abre y se cierra en este tramo todo el caso Randall y la posibilidad de admitir a nuevos integrantes en este grupo de supervivientes.
Esto deja la siguiente temporada en un punto crujiente, donde la supervivencia, cada vez más, se va a convertir en una cuestión moral. Una lucha entre los principios (humanos) y ese frío pragmatismo coste/beneficio que empieza a cundir entre el grupo. Si antes de Navidad el tema que sobrevolaba la trama era el de la fe³, en esta segunda mitad ha virado hacia lo político, sin olvidar los presupuestos éticos que deben fundar toda comunidad. ¿Hasta qué punto el fin justifica los medios? ¿Quién y cómo se imparte ahora justicia? ¿Cómo nos reorganizamos como sociedad? ¿Sobre qué supuestos ideológicos? ¿Qué “nosotros” establecemos para ello? La conversación que abre este post ilumina este nuevo aliento. Parece que hablan de la pena capital, pero en realidad el viejo Dale está alertando de una línea que Shane ya ha cruzado: unos valores morales que diferencian a los vivos de los muertos, unos valores que, en definitiva, nos definen como humanos. Si los perdemos, estaremos muriendo un poco cada día, regresando al abrigo de la bestia.
Shane no es el único personaje que ha flirteado con su lado más salvaje. Rick, un héroe atormentado ante el liderazgo, reconoce el fracaso de la política conciliadora y asamblearia que el grupo ha llevado hasta ahora: “Que una cosa quede clara: si os quedáis, esto no es ya una democracia”. Intuyo que, ante la tormenta que se atisba, habrá otros liderazgos que se tomen este tipo de afirmaciones mucho más en serio…
Por eso, lo que nos queda por ver promete para el curso que viene. Sangre, sudor, lágrimas y un capazo de momentos donde los vivos murientes sean más peligrosos que los muertos vivientes.
Y no, no es tan fácil. Hay dilema. Porque quizá para que la raza humana sobreviva haya que dejar de ser hombre por un tiempo.
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(1) Hubo un atrevido intento por dotar de tridimensionalidad a Lori, vistiéndola de Lady Macbeth. Cuando apuesta por Rick como padre y esposo, insinúa que un hombre haría todo (¡todo!) por defender a su familia. Sin embargo, esta frialdad se va al traste con el errático devenir del histérico personaje interpretado por Sarah Wayne Callies.
(2) No olvidemos que es ella quien despierta las ganas de sangre de Shane al recordarle lo majo que es y el “blablabla pero me quedo con Rick“.
(3) De hecho, hay muy pocas referencias religiosas en esta segunda mitad. Destacaría esta frase de de Hershel rociada de humor negro, un alivio cómico en medio del caos: “Cristo prometió la resurrección de los muertos. Simplemente pensé que tenía en mente algo diferente”.
Julen
Gran análisis.
Totalmente de acuerdo, esta temporada la describo como el punto de inflexión del grupo, como gente corriente en un mundo de caos. Y ante esto, ¿como guardar la razón?¡¿Es posible? Mucho me temo y esto es mi opinión que la moralina del viejo Dale es papel mojado cuando son otros los que te salvan el culo de una muerte horrible.
Dale sería aquellos que cuestionan las decisiones de los que soportan el peso del mando en situaciones increíblemente complicadas de gestionar donde no hay una decisión acertada. El comandante Adama lo dijo muy bien cuando en la 2 ª temporada le expresó a Saul que el nunca da explicaciones a aquellos que jamás saben cuan difícil es llevar semejante carga.
Shane siempre ha sabido que si quieres sobrevivir llegará el día que tengas que ensuciarte las manos. Rick ha tenido que matar a su mejor amigo para entender dicha lección y no nos engañemos con Shane estaban mas a salvo ( Los muertos en el pajar una temeridad, el chico al que salvaron finalmente sabía donde estaba el resto del grupo…)
Respecto a los primeros caps de esta temporada, a mi personalmente me gustaron porque hay que entender que hay que crear el climax necesario para después coger los frutos. Breaking Bad usa esta formula a las 1000 maravillas por ejemplo.
Un saludo de la palomita
Julen
Y si lo de Lori es de juzgado de guardia, lo único desagradable del final, aunque dudo mucho que alguien pueda reaccionar con pasividad ante tanto desprecio después de la comida de tarro a la que sometio al pobre Rick
Raúl Pérez
Dices bien como en la mejor página del cómic (yo soy fan, muy fan, de la serie y también del comic), que es una en la que no hay dibujos, sólo una frase, un grito, un resumen de la situación. Y es que este grupo ya está muerto porque la esperanza es menos que cero y su único afán es tener algo/alguien a quien proteger.
Narrativamente que Shane muera no es un problema, en los próximos episodios apareceran personajes que interpretan su mismo rol (excepto en lo que tiene que ver con…mejor me callo).
Lo grande de la serie es que nos ha traido hasta aquí emocionados y tensos, pero ahora viene lo mejor: Los dilemas de los que hablas explotan en la siguiente etapa.
Un gustazo, vaya, como leer tus post.
Luisl
No es Fort Benning. Es una prisión.
Fort Benning dijeron en Nebraska que se lleno de walkers.
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Y totalmente de acuerdo con tu critica. Fan total de Mazzara.
Manuel1
Lo bueno de Walking Dead es que por más errores que tenga, al final siempre paga. Camina a tropiezos pero resuelve bien parada…
Antonio Rodilla
De nuevo, totalmente de acuerdo contigo. Como señalas, hay un punto de inflexión moral en la conversación con la que comienzas el post. Aunque Dale nunca me cayó especialmente simpático, es el que mejor leyó a sus compañeros. El primero, y durante mucho tiempo el único, que caló a Shane. Y sin embargo, cuando se espera algo heroico y ejemplarizante por parte de Rick, cuando parece que puede ejercer su derecho de veto moral sobre el grupo, sucumbe a la presión de los demás, pero sobre todo de Shane, que es quien constantemente cuestiona su liderazgo. Y decide ejecutar a Randall. Que no lo haga en ese momento es lo de menos: su suerte ya está echada.
La serie lleva el camino de convertirse en la ejecución moral de lo que, como bien dices, nos define como humanos. La derrota dialéctica de Dale solo puede seguir por esa senda y solo que el fin justifique los medios puede dar sentido a su muerte. Y la verdad, no espero menos.
Como bien dices, hay dilema.
MacGuffin
Sí, el tramo final de la temporada con Mazzara a los mandos ha tenido más ritmo, pero esto ya se dejó preparado así desde el principio de la temporada con Darabont, y el propio Mazzara lo reconoce. Esta esquizofrenia de los fans despreciando el principio y adorando el final me lleva a pensar que las quejas y los lloros volverán en cuanto en la tercera temporada haya tres capítulos sin muertes y sin zombies. Y conste que a mí la temporada en su conjunto me ha gustado a pesar de todas las pegas que se le quiera poner.
paul
Cosas sobre Lori: ¿Porqué se enfada cuando Rick le confiesa cómo murió Shane? Se aprecia desde ese momento el distanciamiento.
¿Quién es el encapuchado/a que rescata a Andrea?
¿Porqué no aparecen antiguos personajes que han pasado por la serie y de los que no sabemos nada?
Carlos Hevia
La imagen del cobertizo ardiendo es una elocuente imagen del infierno en el que se convirtió esa promesa de paraíso que era la granja. Un cobertizo que era también la pequeña esperanza a la que se aferraba Hershel. ¿Aún hay motivos para ella ahora que saben que todos están infectados?
No puedo evitar ver en la historia de la granja esa añoranza de la pequeña comunidad tan presente en muchas series americanas: Doctor en Alaska, Everwood… Un sueño comunitario que forma parte de la genética de los Estados Unidos.
Creo muy acertado eso que dices de que fe y política han sido los dos grandes temas de esta temporada. Temas también muy \”americanos\”.
Como muy bien señala MacGuffin, hay un paralelismo entre la \”caída\” de Shane y la ¿redención? de Daryl, el nuevo lugarteniente de Rick.
Y ha sido todo un impacto la aparición del misterioso/a \”samurai\”.
Leandro
Alberto, la espera entre temporada y temporada se hace más agradable gracias a tu blog. Muy buen análisis.
THLING
me parece una serie muy interesante donde hay de todo un poco y todos sus personajes tienen algo que hace q sea mas real, pues vemos como un grupo de personas son sometidas a cambios bruscos como cualkiera de nosotros lo hariamos en una situacion asi…. la tercera temporada me asombra la manera en que el hijo de rick aprende a defenderse tan bien y de la forma en q tiene o mas bien esta aprendiendo a ver la vida un niño de su edad… si vemos todos los personajes han sido sometidos a un tipo de metamorfosis ………. y en la tercera si aparecen personajes como el famoso merlin el hermano de dary…..