Hannah Horvath: ¡Estoy realmente aterrada todo el tiempo!
Adam: ¡Únete al jodido club!
Hannah Horvath: ¡No, porque yo tengo más miedo que la mayoría de gente que dice que tiene miedo! ¡Soy la persona más aterrada del mundo!
Adam: ¡¡Pues no tienes derecho a serlo!!
Girls me ha dejado hecho un lío. Admito mis limitaciones y mi cansancio por el curso, qué le voy a hacer. La he seguido sin pasión, sin empatía, a veces hasta con desagrado y, sin embargo, ofrece muchos elementos interesantísimos que ya anidaban cuando comenté el piloto. Así que, en lugar de hilar un texto, iré disparando retazos que me ha sugerido esta ¿comedia? de la HBO (en España por Canal Plus).
Premisa 1. Lo de Lena Dunham es de matrícula. A esta Streissand solo le falta cantar. Crea, escribe, interpreta y dirige. ¡Con solo 25 primaveras! Bajo el padrinazgo de Judd Apatow, Dunham ha convencido a los todopoderosos directivos de la HBO de que su historia merecía la pena ser contada. Girls puede gustar más o menos, pero exhibe una mirada, tiene una poética. Esta zagala es un prodigio.
Premisa 2. La crítica ha de establecer un diálogo honesto con la obra: desvelar sus mecanismos narrativos, contextualizar su mensaje, debatir sus propuestas ideológicas y discutir sus logros estéticos. Una buena obra artística -y recordemos que la televisión actual es la mejor fusión popular de arte y entretenimiento- queda abierta a muchas lecturas. Y para la labor hermenéutica no es necesario que te haya apasionado el producto; basta con argumentar los porqués.
Aproximación 1. No me ha gustado Girls. Me he aburrido en muchos de sus capítulos. El universo que refleja -con ese adorno de extravagancia que exhiben los personajes indie- me ha dejado en constante offside y la travesía de sus protagonistas me ha importado un pimiento en dos de cada tres raves.
Aproximación 2. Sin embargo, por mucho que no me guste, el universo Dunham es sólido. Hay coherencia interna, un arco argumental nítido, evolución de los personajes y unidad en el tono. Dunham ofrece una cosmovisión, una tan particular que parece difícil encontrar otra actriz que no fuera ella misma para orquestar este desfase. Me ocurre con más series: Buffy, Dr. Who o Weeds son series estructuradas en las que, sencillamente, no entro.
Precaución 1. Girls es una serie hecha para dar que hablar. En primer lugar, se regodea en la provocación tan característica de la casa: sexo a raudales nada glamouroso, procacidad, desinhibición argumental, desacralización de la intimidad y connivencia con lo grosero; el sadomasoqueo aniñado y el pis en la ducha como atalayas privilegiadas del asco. Nada que la HBO no hubiera abordado antes. Ergo, Girls ha florecido en polémicas.
Polémica 1. Esto no es la versión femenina de Entourage; ni siquiera el reverso de How to Make it in America. Girls ambiciona estatus y pocas series han dado tanto que hablar desde su inicio. No es cierto que la crítica esté dividida. La abrumadora mayoría de críticos de referencia adoran Girls: su frescura, su sinceridad, incluso su honestidad. Volveremos sobre esto más adelante. Ha escamado más a espectadores de tropa que a las élites audiovisuales. ¿Por qué? Porque es una serie concebida -conscientemente o no- para las élites. Ahí radica el mayor acierto de Dunham y cía: su serie ofrece una de las mayores propuestas sociológicas de la última década. Ha capturado eso que llaman el zeitgeist, el aroma cultural de nuestro tiempo. Habla de sexo, de amor, de raza, de comunidad, de amistad, de aspiraciones, de economía, de miedos colectivos, de maduraciones traumáticas… Pone ante el espejo -un espejo voraz, crudelísimo, repleto de reflejos inesperados- a toda una generación encerrada en el complejo de Peter Pan, malcriada, hedonista y profundamente ególatra. El narcisismo como modo de vida, siempre convenientemente enmascarado para que la solidaridad guay y el activismo de salón asomen la patita y laven la conciencia.
Polémica 2. Por eso enfada tanto la serie a quienes no nos gusta. Porque su postura moral no es condenatoria; al contrario. Porque son niñas pijas de clase media-alta que no cesan de tirar por la borda las oportunidades que Dios les ha brindado. Que se empeñan en hacer bandera de la banalidad, que están obsesionadas con el sexo, que se ahogan en el yo-yo y, para colmo, tienen la desfachatez de pedir a sus papás que les echen otra mano. Otra más. Porque son unas privilegiadas sin vergüenza de serlo. Por eso, como explica este excelente artículo de Dustin Rowles, el mejor que he leído al respecto, Girls tapiza “Nuestro resentimiento hacia la América blanca, privilegiada“. Y no es lo mismo que, pongamos, la insoportable levedad del ser pijo en Gossip Girl: el pacto de lectura en Girls difiere porque nos está mirando de tú a tú, con pretensión de retrato social.
Polémica 3. Sobre la tontería de que Dunham es fea y no se comería un colín ni voy a entrar. Tan absurdo y misantrópico. Además, a mí me parece que tiene un rostro con duende y unas curvas de belleza rubensiana, aunque eso no sume para la reseña. Más interesante resultan los ataques de la policía de la corrección política: no hay diversidad racial en Girls. ¿Y? Ese pensamiento mágico de las cuotas va a acabar ahogando la creatividad. Es el enésimo esguince del dedo y la luna.
Polémica 4. Entre ese clima ideológico-cultural que atrapa Girls es muy llamativa su postura no feminista, sino posfeminista (ignoro si existe el término en la academia y lo estoy usando mal, sorry). Me explico. No hay ningún aliento reivindicativo en haber elegido a cuatro chicas protagonistas. Es un debate superado, que distancia a Girls de otras propuestas como Mujeres desesperadas o Sexo en Nueva York. La feminidad o la condición de ser mujer no es en ningún momento problemática -quizá solo en Shoshanna, el eslabón débil- y la guerra de sexos no asoma porque el hombre ya ha sido “vencido” (en general, los personajes masculinos resultan estúpidos y bastante planos, sin capacidad real de decisión, meras marionetas de los deseos/caprichos de ellas).
La excepción 1. Adam es el verso suelto y el personaje masculino más intrigante y, a la postre, salao. Yo apuesto a que es un psicópata, un tipo con bipolaridad o algo así. Durante los siete primeros capítulos soporta una mezcla de atleta vitaminado, adolescente repulsivo y marques de Sade. Y, sin embargo, acaba actuando como brújula moral del relato, escupiéndole a Hannah eso de “¡Te quieres tanto que por qué te resulta tan descabellado que alguien más te quiera! ¿¿Qué demonios pasa contigo??”.
La excepción 2. Jessa y su repentina boda (con el gran Chris O’Dowd) no deja de ser una decisión estúpida, creíble en todo caso dentro de las coordenadas narrativas del show. A pesar de lo absurdo, esta femme-fatale de cartón piedra pega un giro inesperado que implica una involución en su dañada emocionalidad. Ese matrimonio es una farsa, no hay duda, pero resulta sintomática la salida de emergencia escogida.
Conclusión 1. Girls es una serie poco empática. Gélida a ratos. Sus personajes no están hechos para identificarse con ellos. Pero, ay, la ficción ni ha de resultar ejemplar ni supone una terapia por fascículos. Girls ejerce más la técnica del planchazo en la cara.
Conclusión 2. Insisto en que -a pesar de su riqueza analítica- la serie no “me llega” por lo caprichoso de las motivaciones de sus personajes, estampas freudianas al 70 por ciento. Me cuesta entenderlos, me pierdo en sus porqués y eso hace que desdibuje su humanidad, que nunca termine de entrar en el relato. ¿Dónde está, por ejemplo, la supuesta brillantez artística de Hannah? Además, muchas de sus provocaciones se me antojan gratuitas, sensacionalistas. Frescura, sinceridad y honestidad, se suele repetir. Pues a mí me parece justo lo contrario: engolamiento, pedantería y pose. Lo peor: que esas tres características están muy extendidas en nuestra sociedad occidental. Quizá, aunque suene paradójico, en el retrato de ese esnobismo radica la autenticidad de Girls…
Conclusión 3. Por eso, a pesar de todas las contradicciones expresadas en esta reseña, Girls es valiosa: constituye un alegato demoledor contra la juventud actual (entre la que aún me encuentro, no se crean). Destapa sus contradicciones, sus cursilerías, sus obsesiones y sus falsedades. Sin piedad, tan solo algunas briznas esperanzadoras en sus últimos suspiros. Y ahí aplaudo a Dunham porque, en efecto, ha conseguido ubicarse como “la voz de su generación“. No estoy en su frecuencia de onda, pero vaya si emite. Y lo que radia, en el fondo, sí que resulta aterrador.
fasensio
A mí me ha pasado algo parecido. Al principio todo me pareció pose, provocación y vacío. Pero luego he ido descubriendo un mundo propio contado con personalidad y honestidad. No empatizo con las protagonistas, pero no puedo dejar de creérmelas. Me quito el sombrero ante el talento y el arrojo de Lena Dunham; que para qué negarlo, da una envidia sana que anima a batirse el cobre ahí fuera.
Por lo demás, creo que según han ido avanzando los capítulos ha ganado en nivel de escritura (anque el último me dejó muy frío). Pero me ha parecido observar, y esto es sólo una opinión, que los capítulos en los que Lena compartía crédito en tareas de guión, estaban mucho mejor fraguados que cuando volaba ella sola.
PD: tengo pendiente echarle un ojo a su primer largo, \’Tiny Furniture\’, gracias al cual llamó la atención de Apatow.
bvalvarez
Buenas tardes, maestro. Hoy no coincidimos en las apreciaciones generales, aunque sí en algunos puntos. Me explico: a mí Girls sí me parece honesta. Otra cosa es que no comparta muchas decisiones y puntos de vista de los personajes, pero creo que Dunham ha creado un universo sólido de personajes al que me creo en todo momento, a pesar de sus muchas bizarradas.
Es posible que los personajes \”per se\” no estén creados para empatizar. Al fin y al cabo son ególatras y desconsiderados la mayor parte del tiempo. Sin embargo, sí que creo que es posible identificarse con muchas de las situaciones a las que tienen que hacer frente, con independencia de nuevo del rumbo que tomen y del contexto de privilegio (todo muy hispter, muy Brooklyn y muy HBO) en el que viven.
Ese vértigo ante la madurez, el egoísmo disfrazado de miedo (o viceversa), la desorientación a la hora de tomar una decisión… A mi parecer Lena Dunham hace un buen trabajo para mostrar esas emociones, aunque sea utiizando como vehículo a ególatras consentidos.
Luego está la cuestión de la provocación, el feminismo y demás apreciaciones que se han hecho sobre la serie. Coincido contigo punto por punto. Ni me parece una serie feminista ni ha inventado en ese sentido nada nuevo.
Saludos!
Warren Keffer
Un análisis profundo. Discrepo aquí y allá pero en cosas irrelevantes. Este comentario sin embargo sí me parece desacertado:
\”Girls es una serie poco empática. Gélida a ratos. Sus personajes no están hechos para identificarse con ellos.\”
Pues todo lo contrario, me parece a mí. Es imposible no identificarse con una en concreto, o con situaciones y vivencias varias. Y soy un tío, pero quizá por juventud, por haber crecido más o menos en la misma generación, me identifico constantemente, veo cosas que he vivido o puedo vivir, salvando la distancia geográfica y de género. Los problemas de Marnie con las relaciones, los miedos de Hannah, las pifiadas cometidas por el ego…
A mí la temporada me ha gustado bastante. Más por ser un retrato muy realista y simpático que por emocionante o espectacular (algún capítulo se hace algo lento). Siempre acababa con una sonrisa los episodios.
Rossend
Hola, Alberto.
Gran reseña. Planteas muchas cuestiones interesantes y, no sé si de una forma consciente o no, consigues captar el espíritu contradictorio -a ratos incoherente- de la serie.
En mi caso, yo sí empatizo con Hannah y sus amigos pero entiendo que la serie no hace ningún esfuerzo por buscar la identificación del espectador. Siempre se impone una distancia que hace imposible anticipar el siguiente movimiento de un personaje o justificar su última decisión. Sin embargo, no veo pose en ese planteamiento sino precisamente lo contrario, una intención de borrar las fronteras entre realidad y ficción, à la Louie –un referente que ya se ha citado en muchas ocasiones al hablar de Girls–. Al final, creo que el gran logro de Dunham está en llevar a los personajes allí dónde quiere a través de ese recorrido errático, en zigzag, casi aleatorio. Ahí es donde veo la honestidad de la propuesta de Dunham. Promete un arco de personajes y es eso lo que ofrece, evitando la tentación de terminar haciendo otra comedia “femenina” de Showtime.
Por otro lado, los excesos narcisistas y la exhibición de miserias de la serie creo que encuentran precedente en toda esa corriente del cómic underground autobiográfico: Pienso en la actualidad en Jeffrey Brown, Joe Matt, etc. Más que un manierismo indie, por tanto, lo veo ya como una marca de género: la exposición del autor como vehículo de “lo real”. Y en este sentido hay que reconocer que Lena Dunham se expone constantemente.
Finalmente, estoy de acuerdo en que la serie es cruel con aquello que relata pero nunca condenatoria. Al fin y al cabo, sus personajes se odian y se gustan demasiado –¿cuántas veces a lo largo de la temporada se dicen unos a otros lo guapos o lo horrorosos que están?–.
Por cierto, Lena Dunham no canta, pero Allison Williams sí http://www.youtube.com/watch?v=OEj0z0maxzM
Carlosono
Hola prof. Nahum,
Grandísimo artículo como siempre, pero la razón de este comentario es otro.
En realidad es un gran off-topic, pero quería transmitirle que me ha entristezido mucho la cancelación por falta de gente inscrita del curso de verano en Barcelona \”Imaginarios sociales en las teleseries norteamericanas actuales\” en el que usted tenía que participar.
Yo mismo me había apuntado y estaba ansioso por realizarlo… En fin, habrá que conformarse…
Le agradecería mucho que volviera a compartir por twitter (en este caso es como me enteré del curso) o por aquí mismo, si volviera por Barcelona en algun momento, ya que al estudiar allí me resulta muy facil acudir a estas propuestas.
Muchas gracias y espero que a la próxima se puedan dar las condiciones oportunas para que pueda dar su seminario/charla 🙂
Alx
Yo también discrepo con este punto: “Girls es una serie poco empática. Gélida a ratos. Sus personajes no están hechos para identificarse con ellos.”
Creo que al contrario, ese ha sido uno de sus aciertos, como podías identificarte, no tanto con un personaje en concreto, como con muchas de las situaciones plasmadas. Y al igual que yo, creo que mucha de la gente que ha conectado con la serie (que tampoco es para todo el mundo), destacan esa familiaridad que les despierta muchas de sus escenas.
Además defiendo su retrato del sexo, alejado de lo que se suele retratar en televisión. No por su explicitud, si no por su tono y por lo útiles que servían para ayudarnos a entender a sus personajes. La relación Hannah / Adam ha sido practicamente dibujada a partir de estas escenas, que tenían algo más que la intención de sorprender al espectador. No ha sido pura impostura HBO para demostrar que ellos tampoco se cortan ante nada.
Sin darme cuenta (y eso que su piloto no me gustó nada), se ha convertido en una de mis propuestas televisivas favoritas del año.
¡Un saludo!
herb_b
Pues yo tambien empatice constantemente con los personajes y las situaciones… no es tanto que me identificara con uno en concreto, sino que me resultaban tan humanas en sus imperfecciones, que me eran mucho mas cercanas a la gente que conozco en el dia a dia que cualquiera de los tipicos personajes de serie.
De hecho, creo que en eso esta gran parte de que para mi si, esta haya sido una de mis series del año, y de que tampoco sea tan severo juzgando a los personajes, que si, son imperfectos, pero no podrian caerme mal: si no pudiera entenderlas a ellas, tampoco pudiera entender muchas actitudes de gente con la que me toca convivir a diario.
Sofia Martínez
Me gustó esta serie desde la primera temporada pero creo que a veces exagera mucho en ciertas situaciones que le pasan a las chavas. . Actualmente veo Girls 3 y me parece que se le ha dado una excelente continuación a la trama, pues sigue siendo entretenida y divertida. Se las recomiendo mucho.
paola
A mí me encanta Girls, me parece que es una serie de comedia muy bien realizada y lograda, además se muestra más natural y rompe con el típico esquema de belleza que nos habían mostrado en la tv, yo me considero fan de la serie, actualmente veo la tercera temporada y me encanta.