Como quizá sepáis por twitter, ando de baja paternal. Por eso (y por el proverbial gafe que demostré con Last Resort, cancelada horas después de mi defensa) pospongo mi crítica sobre Arrow hasta nueva orden. Además, en breve encaramos los finales de Dexter, Boardwalk Empire, Sons of Anarchy, The Walking Dead, Homeland… curvas guapas para calentar el invierno. Ahí estaré para las reseñas, of course.
Mientras tanto, les dejo este artículo que acabo de publicar en el libro “La televisión en España. Informe 2012”. Me lo pase pipa escribiéndolo, francamente, por si esto les sirve de guía para leerlo (ojo, como todo artículo académico, tiene algún espoiler).
El libro se presentaba hoy en Madrid, con la vicepresidenta y unos cuantos gerifaltes de las televisiones españolas. Vaya. El volumen, editado por UTECA (Unión de Televisiones Comerciales Asociadas), ofrece un exhaustivo análisis técnico del sector audiovisual y, más interesante para nosotros, una colección de ensayos a medio camino entre lo académico y lo divulgativo. Ahí se ubica mi artículo: “Una máquina de contar historias. Complejidad y revolución del relato televisivo”.
El 3G en la Clínica no me da para subirlo a mi perfil de Scribd, pero lo pueden leer y descargar desde academia.edu sin problema.
Como aperitivo, aquí copio la introducción del texto:
“No penséis en términos de un principio y un final. Porque, al contrario que algunos entretenimientos con una trama guiada, no hay cierre en la vida real. En absoluto” (1.9.). Así se despide Creighton Bernette de sus alumnos hacia el final de la primera temporada de Treme (HBO, 2010-). Con aliento realista, fotocopiando “la vida real”, la serie creada por David Simon entona una balada armónica sobre la regeneración de Nueva Orleans gastando un ritmo lento, glacial, y un tono contemplativo que deja respirar los ambientes y sonar los instrumentos. En las antípodas su sitúa Community (NBC, 2009-), una sitcom disparatada, intertextual y repleta de guiños metaficcionales. En el episodio más celebrado de su tercera temporada, todos los personajes están reunidos en torno a una mesa para jugar al Yazhtee. Antes de tirar el dado para resolver quién abandona la partida, Abed Nadir advierte: “Solo para que lo sepas, Jeff, así estás creando seis líneas temporales diferentes” (3.4.).
Tanto en la escena que desvela la premisa del episodio “Remedial Chaos Theory” –seis variaciones sobre un mismo relato– como en el comentario sutilmente autorreferencial del trágico protagonista de Treme se condensa la evolución que el relato televisivo ha sufrido en la última década larga: sofisticado, innovador, complejo, de largo recorrido y destinado a un espectador educado narratológicamente. Desde esquinas complementarias –a veces enfrentadas–, propuestas como Lost, The Wire, Mad Men, Arrested Development, 24, The Good Wife o Fringe han aupado la televisión anglosajona al Olimpo narrativo, convirtiéndola en un dispositivo privilegiado –una máquina perfecta– para contar historias. A lo largo de este ensayo analizaremos por qué.
(“Una máquina de contar historias. Complejidad y revolución del relato televisivo”, en La Televisión en España. Informe 2012, Ediciones Deusto, Barcelona, 2012, pp. 225-246). Artículo disponible para descargar aquí.
mackey
¡Qué gozada de texto! Le has dado a todo lo bueno.