“No puedo recordar la última vez que fui feliz”.
Skyler White ha sido durante mucho tiempo el punching bag de los fans de la serie. A mí, por el contrario, siempre me ha resultado un personaje apasionante y, por supuesto, jamás me ha parecido la mala (ni la hipócrita) de la película. Recordemos que durante los albores del relato tenía todo para ganarse nuestra simpatía: embarazo avanzado, marido mentiroso, vocación literaria frustrada y situación familiar económicamente al límite. Y, sin embargo, Gilligan y su equipo lograron mantenerla distanciada, moral y emocionalmente neutra para un espectador que estaba ganado desde el minuto uno por ese hombre demediado que era Walter White, nuestro héroe.
(Como es lógico, hay espoilers a mansalva)
No creo que el desprecio por Skyler hunda sus raíces en actitudes machistas/misóginas de la audiencia ni paranas similares, como algunos apuntaban. No. La etiqueta ideológica, como suele suceder, sería apostar por la salida fácil. Y errónea. Que tanta peña odie a Skyler nace de la pura química dramática: ella ejerce -en una extraña y genial pirueta de guión- de antagonista… que tiene la razón de su lado.
Durante las tres primeras temporadas, el personaje que interpreta Anna Gunn guarda las esencias de la moralidad común, frente al progresivo ascenso nietzcheano de su marido. Y, no lo olvidemos, nosotros animamos con fervor a Walter White. Por tanto, como explican en este recomendable ensayo, Skyler es la única que hace a Walter, nuestro héroe, vulnerable. Solo ella puede escupirle a la cara la verdad, sabiendo que Walter la escucha, que es la madre de sus hijos, a quienes usa una y otra vez como escudo racionalizador de sus actos criminales. Como el único sobrio en una orgía, Skyler se empeña en aguar la diversión recordando a su marido no solo que es mortal, sino que hay que parar cuando el semáforo se pone en ámbar, en lugar de acelerar haciendo eses. Por eso tantos espectadores no la tragan: es uno de los mayores obstáculos de Walter y, encima, “la muy ingrata” no aplaude todo lo que su marido arriesga por la familia.
A finales de la tercera temporada el asunto se complica y evidencia que la naturaleza humana puede ser caprichosa -imprevisible- ante la perplejidad. Enterarte de que tu marido, un mindundi hasta anteayer, esconde a un Mr. Hyde azul debe de cotizar muy alto en el índice de secretos de alcoba. La reacción, más que patosa, es vacilante. Se mezclan la vergüenza, el miedo, la cobardía (ella misma admite que no sabe cómo escapar) y un feroz instinto maternal, valga la redundancia: “Alguien tiene que proteger a esta familia del hombre que protege a la familia” (“Cornered“, 4.6.). ¿Ambición hipócrita a lo Carmela Soprano? Umm, yo nunca he visto esa motivación en Skyler, francamente. Jamás ha dado muestras de asumir su rol de “mujer de” con gusto. Al contrario.
Este breve repaso desemboca en un episodio titulado, con el habitual doble sentido marca de la casa, “Buried“. Desde la presentación de Jesse en el columpio -una especie de muerto en vida-, todo el capítulo se cohesiona, visual y temáticamente, con la idea de lo subterráneo. Secretos que emergen inesperadamente, laboratorios bajo tierra, bidones de dólares inhumados (*) y, sobre todo, la sensación de que ningún personaje sabe cómo dejar de cavar su propia tumba. Cualquier frenazo que den no impedirá ya el descarrilamiento. Breaking Bad explotó en su núcleo con aquel ya mítico “tread lightly”.
(*) ¡Qué buena directora es Michelle Maclaren! Fue también responsable de uno de las entregas más poderosas de la serie: “One Minute” (3.7.), con aquella salvaje secuencia entre Hank y los primos Salamanca en el párking. Escojan su imagen favorita de la semana. Yo me quedo con ese punto de vista del bidón.
El capítulo ha estado articulado en torno a tres conversaciones de Skyler: con Hank, con Marie y con Walter. Ya comprobamos la semana pasada que la serie no se anda con medias tintas y quiere reventar el casino, por lo que la primera “charla” ha ido directa a la yugular. Sigue sorprendiéndome la variedad de registros gestuales de Dean Norris: esa mirada perdida de boxeador noqueado, esa rabia contenida o ese desprecio al citar a Walter, como quien está pisando una cucaracha… Me acuerdo del cowboy guasón de las primeras temporadas, de los ataques de pánico de las siguientes y de sus ojos obsesivos tras las pistas de Gale. Ya rebosaba un actor fuera de serie. Aquí eleva su techo y despliega una infinidad de nuevos recursos. Claps, claps. Le pasó a Giancarlo Esposito, a Jonatan Banks y, ahora, a él. Con buena materia prima resulta más fácil brillar como actor. Su parte obsesiva es la que tira por la borda la confesión de Skyler, aturdida por su propia culpa inconfesable y por la confusión cuñado/agente de la DEA. ¿Quiere ayudar a su cuñada o solo quiere cazar a Heisenberg? Agua, en todo caso, Hank.
Aunque esa escena pone los pelos de punta por su intensidad y el machacón “¿estoy arrestada?”, más difícil de digerir resulta su cara a cara con Marie (otro salto actoral de aúpa). No tanto por el merecido bofetón, sino por lo que ocurre justo después, clave para entender el cacao mental de Skyler… y sus retorcidas, aunque más que entendibles motivaciones: Holly. La pequeña Holly. Y una madre. La familia, por enésima vez. El vínculo de sangre, el más fuerte que existe en este mundo. Nadie te podrá arrebatar un ser que ha surgido de tus entrañas. Porque pelearás por él hasta la muerte.
Por eso no chirría la tercera de las conversaciones de Skyler y su decidida estrategia defensiva, contraria a la de su marido: “Puede que nuestro mejor movimiento aquí sea permanecer en silencio”. Sí es cierto que Walter llevaba unos meses en plan “marido redimido”, pero la actitud de Skyler se entiende más por el costado de la descendencia.
Ese último diálogo a pie de ducha (**) también revela la destreza con la que Breaking Bad maneja el relato serial: ejemplar equibrio entre repetición y progresión. Ya hemos visto en muchas ocasiones a un Walter White hundido, al borde de la renuncia. Y, sin embargo, nunca ha sido una mera reiteración de estructuras dramáticas (como si ocurre, por citar un caso palmario, en Dexter). No. Jamás se vuelve al statu quo. Never. De cada nuevo paso por la casilla de salida emerge un personaje evolucionado, con cicatrices en el alma. Cada caída implica consecuencias y preludia avances dramáticos. Siempre que Walter ha tocado fondo le ha servido para rearmarse y subir el envite en la siguiente mano. ¿Recuerdan su deprimida confesión con Walter Jr.? ¿Y su posterior ida de olla cuando descubre que Skyler había entregado el dinero a Beneke? Ya sabemos cómo remontó aquel Walter desnortado y lloroso, ¿verdad?
(**) Como algunos lectores saben, mi padre falleció de cáncer hace un año y medio. Por desgracia, sé cómo funciona el puñetero cangrejo. Así que mientras veía a Walter cavar cual enanito, le he comentado mi esposa algo que no me cuadraba: “¡Sí, ya, un tío de 50 tacos que está recibiendo quimioterapia va a poder hacer ese agujerito él solo! ¡¡Mis congojes!!” Eso me ha llevado a pensar que, bueno, quizá a Walter no le haya vuelto la enfermedad; es un mentiroso compulsivo, podría haber engañado a Hank “en defensa propia”. Pero, claro, entonces los creadores tropezarían en una trampa con la que nunca han flirteado: la semana pasada vimos a Walter en el hospital. Por suerte, el violento desfallecimiento en el baño casa con el esfuerzo sobrehumano con la pala y redime lo que se antojaba un despiste de guión.
Algo similar podemos aplicar a Skyler y a Jesse. De la primera ya hemos dicho por qué esta vez su entente con Walter es diferente a las anteriores. Con Jesse también se atisba un avance dramático y narrativo claro (difiero, por tanto, del lector Richard el lunes pasado) en su nueva depresión post-mortem. Nunca antes había renunciado al dinero (¡y de qué manera!), nunca antes había roto todas las amarras con Saul y Walter y, desde luego, jamás le habíamos sentido tan cerca de testificar al estilo Scorsese. Llora porque es un buen tipo y los remordimientos le están matando. Cada vez más. El relato va acumulando decepciones y las consecuencias en Jesse van a la par. Visto el vértigo que gasta la narrativa de este último Breaking Bad, lo primero que conoceremos la próxima semana es el equipo por el que apuesta el señor Pinkman: ¿los Schrader o los White?
Y el espectador, ¿por quién apuesta? No me matéis, pero yo voy con Hank y Marie…
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Otras reflexiones sueltas:
-En esta tragedia familiar -de tintes bíblicos- aún queda por despejar la incógnita Junior. Hank y Marie han pasado al ataque de forma virulenta: genial el plano medio en el coche. No olvidemos que, por mucho que Walter Jr. quiera a su padre, durante buena parte del metraje Hank ha ejercido con éxito de “tío molón” y machote, incluso de padre subsidiario a ratos. ¿No sería un ariete estupendo para derribar al equipo Blanco? Esta semana ha estado ausente; el domingo que viene entra en la pista sí o sí.
–Todd es un tipo realmente inquietante. Tantos buenos modales con Lydia asustan. Es como si fuera una versión órfica del Landry de Friday Night Lights. Puño de hierro en guante de seda.
-Un ejemplo excepcional de cómo emplear la elipsis visual: el gesto de Lydia tapándose los oídos, dejando el resto de masacre en fuera de campo, es realmente efectivo. Otro minipunto para Michelle Maclaren. Esta opción estética amplifica, además, la descarnada impresión que produce la salida de Lydia (qué obsesión tiene la cámara con su calzado, je).
-Por cierto, la hermandad de la esvástica también puede volverse en contra de Heisenberg. De hecho, el patrón es que los aliados acaben convertidos en enemigos… Si no quiere volver a cocinar nunca más, ¿qué ganan Todd y demás familia manteniéndole a salvo? Ya hemos visto que los buenos modales no están reñidos con el tiro en la nuca. Además, visto el plantel de actores (Jesse Plemons, Kevin Rankin) me temo que van a jugar un papel relevante en los episodios que quedan. ¿Y si los tiros del famoso flashforward van por aquí? No olvidemos que para seguir simpatizando con Walter siempre ayuda que tenga villanos despiadados a los que enfrentarse…
–Breaking Bad nunca ha ocultado sus raíces western. Lo curioso ha sido, como ha visto Sepinwall, la manera de actualizar el duelo tradicional: Hank y Walter se han medido para ver quién desenfundaba más rápido… su teléfono móvil para localizar a Skyler.
-“Y si te mando a ti a Belize“. Saul es un superviviente, no hay duda. Es casi un milagro que en medio de un drama de proporciones épicas el tipo siempre sea capaz de regalar cierto alivio cómico.
-También lo de Huell y Kuby (¿sabíamos su nombre antes?) recuerda ese punto de humor negro que tanto refrescaba en las primeras temporadas. No solo por su referencia al Tío Gilito, sino por su temor de Dios, o sea, de Heisenberg. Así operan los mitos. Y la mafia. Creando un relato donde la verdad ha quedado sustituida por el miedo.
–Jesse siempre fue un niño grande. ¿Os acordáis de “Peekaboo” (2.6.)? Poético y visualmente elegante ese plano cenital que clausura la primera escena. Imposible no sentir ternura por un tipo así…
Christian
Excelente artículo. Algo de lo que me impacto de este episodio es la aparición de Todd, yo le llamo resurrección por que para mi él estaba muerto. En el último episodio de la primera parte de esta última temporada cuando Walter visita a Jesse para dejarle sus maletas con dinero, Jesse encuentra un arma que es la misma que usa Todd para asesinar al niño de la moto y como la principal raíz de la actual depresión de Jesse es el innecesario asesinato de ese niño pensé que Walter se había encargado de él en parte para vengar al niño y que Jesse volviera a la vida. Se bien que Walter no es un asesino pero esa arma me hizo creer en mi equivoca teoría, creyendo que Walter se había convertido en lo que Hank describió: un monstruo.
Isart
Siempre me ha irritado un poco la simplicidad con la que se ha abordado el personaje de Skyler, a menudo en las redes sociales. Para mí su trayectoria como personaje está muy bien definida en lo que comentas en los primeros párrafos del artículo. Era normal no empatizar con el personaje al principio, pero los guionistas han sido muy astutos y nos han manipulado muy bien como espectadores para que fuésemos cambiando nuestra opinión acerca del personaje y de una forma tan radicalmente distinta actualmente. Coño, eso es mérito de la serie, que en ningún momento de esa montaña rusa de emociones nos haya chirriado la actitud de algún personaje en cuanto a obrar sus acciones. Ni Walter, ni Skyler, ni Jesse ni desde luego Hank cuya evolución también es bestial, tal y como apuntas desde ese \”cowboy\” hasta ahora y ese modo con el que habla de Walter.
Difícil posicionarse porque en realidad todas las actitudes y reacciones en consecuencia de esa revelación \”Walt-Heisenberg\” son entendibles y defendibles, tanto la de Marie y Hank como la de Skyler. Pero la serie es una bomba de relojería, de un episodio a otro puede cambiar todo y posicionarse ahora puede significar arrepentirse los próximos 47 minutos de serie, je.
Solo remataría diciendo que me encanta el personaje de Skyler y cómo ha evolucionado, me parece absolutamente brutal cómo han manipulado la percepción del espectador respecto a ella temporada tras temporada (habiendo catalizadores importantes tal y como apuntas por ejemplo a partir de la tercera temporada). BRAVO. Sigue la obra maestra…
Miguel GMaps
Gran reseña, estaba esperándola como se espera la cerveza y el pincho de tortilla de media mañana tras un buen desayuno a primera hora. Sin duda, coincido contigo (no es complicado) en que lo mejor de hoy ha sido Skyler. Es tan sólido el relato de esta serie, pasan los episodios y cada vez que cambia el foco sobre un personaje se adivina un tesoro narrativo: ora Jesse, ora Hank, ora Skyler, y vuelta a Walt. Personaje volteados en cada punto de giro con coherencia y profundidad.
Se adivina una vuelta al cielo del espectador del equipo White, porque el puñetero Gilligan ha sabido manchar las \”buenas intenciones\” de Hank con ese pecado universal de querer salvar su orgullo de policía, incluso de hombre. ¡Su cuñado le ha toreado! En el Hank de hoy hay más de aquel policía fanfarrón que robaba protagonismo a Walter en el día de su cumpleaños; y con eso no empatizamos. Además, qué diablos, trata de manipular a su cuñada contra su marido y casi le roba el derecho al abogado. Y el colmo, Marie quiere llevarse a la niña. Sin duda, Gilligan nos ha vuelto a poner del lado de Walter. Ese planazo en el coche que mencionas lo resume: \”Yo have to get him!\” y salvar tu culo, macho.
Hay una vuelta a la pelea primaria por la supervivencia que redime a nuestro protagonista. El cabroncete de Gilligan ha conseguido que sea una batalla sin cuartel, casi fuera de la ley. Veamos qué tricuñuelas va a intentar Hank para salirse con la suya. Pero, sí, se adivinan otros malotes en el horizonte que pueden reconciliar a las familias Scharader & White. Al menos como una especie de redención en el caos.
En fin, sigue todo tan abierto y tan apasionante que ya estoy contando las horas para el próximo domingo.
Isart
Ah, y si en el primer capítulo era lo del cuaderno y el haber conocido que efectivamente Walter se lo había dejado por accidente… en este probablemente el \”contra de la semana\” sea lo del hoyo que es capaz de cavar con el cáncer tan avanzado y que si se confirmase que es mentira los guionistas habrían caído en un par de escenas muy tramposas que personalmente me decepcionaría…
carlos risu
Así a bote pronto, Skyler, desde siempre, es la mujer más sexy posible en ese mundo. Y digo mujer, ojo. ¿La gente la odia? Ahora me entero. Póngase en fila todos los cincuentones del blog y confiesen uno a uno.
Me abruman las lecturas apocalípticas sobre Breaking Bad. Hay un tipo echando chistes, Muy culto, eso sí, comprende la cultura. \”redimir\” \”niestzche\”… macho. Ustedes viven en los libros. Me recuerdan a mí mismo cuando a los nueve años leía novelas de Julio Verne, editorial Bruguera, y deseaba llegar cuanto antes al comic (que hábilmente intercalaban cada cuatro páginas). Lo mismo.
carlos risu
Lo más Breakindiano aquí es tener que leer comentarios aduladores ¡hablando de Breaking Bad! ¡Y tener que poner cara de Walter al leerlos! Veamos: si hay una serie, en su concepción, antimito, antiaduladores, antiredes sociales es esta. Si ahora resulta el personaje más (el segundo más) MAGNÉTICO es Jesse (un niño ni-siquiera-grande) está dicho todo. Es ciertamente agobiante, a poco que te metas en las REDES, leer y leer sobre BB: siempre es lo mismo. Y para tres o cuatro que, como es este blog, lo tratan con el respeto debido, el comentarista ya pierde el norte por completo… apaga y vámonos.
Breaking Bad es un tebeo. Explicar un tebeo escribiendo ya es misión terrenal, bloguera, subsidiaria. Y comentar el blog comentando ya es lucha de trincheras cien por cien. Opción a) Oh, después de leer esto ya me siento parte de algo..¡Qué buena era y yo no sabía decirlo! Opción B) No coincido pero me gustaría desarrollarlo y no puedo. Etc.
Hay tantas lecturas lecturas en esta serie. Hay tantas maneras de imaginar y proyectar tus expectativas (que no tus vivencias). Breaking Bad es la definición de DROGA. Los que no se drogan no pueden aceptarlo (no lo comprenden). Los que se drogan… no te fíes.
Tenían que leerlo.
Otras reflexiones sueltas: Soy como Jesse al acabar y recordar y ser consciente. Me mola ese punto de vista. Más que el del fondo del cubo de basura,
Richard
Otra gran crítica para otro capitulazo, Sr. Nahum. Un gran detalle ese de Marie \”robándose\” a Holly, demostrando que hasta los storylines más endebles (como la aventura sholiftera de Marie) pagan al final de la serie, cerrándose todos los cabos sueltos…estos escritores son unos genios!
Sobe lo de Jesee, dije lo que dije recordando que en el inicio de la tercera temporada (por lo de Jane), de la cuarta (por lo de Gale) y de la quinta.dos (por Mike y el niño de la bicicleta) siempre empezó deprimido, lo que ya me parecía un poquito repetido. Pero es muy cierto lo que Ud. pone: en esta enorme serie, cada caída deja \”huella\” y los personajes evolucionan, por lo que se entiende su decisión de botar todo el dinero. Con ese argumento, simplemente reconozco que perdí un poquito la paciencia con Jesee y ahora la vuelvo a recuperar (team Hank!!!).
Sobre Skyler, es cierto que por el lado de la descendencia ha callado y finalmente ha decidido saltar al infierno con Heisenberg, pero me pregunto si no hubiera ido más con el personaje de Madre-desesperada la posibilidad de haber delatado a su marido y correr a ser protegida por Hank. Esa escena al costado de la ducha fue muy Lady Macbeth y Skyler, por muy interesante que sea, nunca me pareció una Lady Macbeth (la misma tía que le regaló todo el dinero a Beneke y la que hace 6 capítulos fumaba para que el cáncer vuelva). No sé, pongo la crítica en este sentido.
Richard.
fasensio
Difiero en un punto.
Creo que la idea de resolver fuera de campo el tiroteo que Lydia no quiere escuchar viene de los guionistas y no de la directora. No por nada vemos caer casquillos de bala por el ventilador (una apunte muy de guión, en mi opinión). Evidentemente, sin tener el guion delante no son más que especulaciones, pero pienso esto por varias razones. A) Lydia es la protagonista de la escena así que lo más lógico y eficaz dramaticamente es ver lo que sucede a través de ella, B) una situación de tal violencia es un momento idoneo para definir la personalidad de este personaje a través de sus acciones (no tiene escrúpulos en hacer lo necesario para conseguir lo que quiere, pero no tiene los arrestos necesarios para ver los resultados de sus actos. Solo piensa en cifras), y C) además de guionistas, los americanos, son productores, con lo que al plantear una escena siempre van a buscar la forma más efectiva de contarla, tanto dramática como económicamente.
Pero como digo, no son más que especulaciones.
Angell
Puede que esto sea un spoiler para muchos, así que recomiendo no abrir el link si quieres llegar libre de spoiler por el resto de los episodios que quedan: http://www.imdb.com/title/tt2301451/
Fíjense en el cast de este episodio, precisamente el 5.14 ”Ozymandias”. ¿No les resulta un tanto curioso? ¿Cuáles son sus opiniones con respecto a ello? No sé ustedes, pero algo me dice que este será un capitulazo, no solo por el cast que aparece en él, sino por el bombo que le han dado al poema de Ozymandias y dicho teaser que ya todos hemos visto antes del estreno de la premiere. Y no solo eso, este capitulo también está dirigido por Rian Johnson, autor de dos joyitas como lo son el 3.10 ”Fly” y el 5.04 ”Fifty-One”. Soñores, hagan sus apuestas…
Jesse James
Alberto, voy a tratar de no extenderme demasiado en vistas de los mensajes que se te acumulan…
Antes debo dejar claro que estos dos primeros episodios me han gustado mucho! Pero a mí hay algo que me chirría.
Porque a mi eso de \”no andarse con medias tintas\” no termino de estar convencido de si es una virtud o es consecuencia de un defecto, el de la excesiva
rapidez de las líneas argumentales, anticipado en la temporada 5.1 a la que le falto el metraje que le sobro a la cuarta. Lo vimos la semana pasada, y en ese momento, pese a que la escena no se le puede reprochar nada, tuve la misma sensación que el año pasado (cuando Mr. Chips estaba con los bolsillos vacíos y había que convertirlo en Scarface en tan solo 8 episodios!).
Sea porque AMC les dio menos capítulos de los que esperaban para cerrar la historia, o sea consecuencia directa del vértigo que han impuesto a la trama, estos momentos me parece que no se han cocinado a fuego lento. Lo hacen muy bien, y nos encanta cuando Walt se gira en el parking y decide ir a por todas o cuando la conversación entre Skyler y Hank va directa al grano. Pero uno tiene la sensación de que, si los personajes se apresuran a cerrar rápido esas tramas, es por necesidades de guión, para pillar carrerilla y llegar a la meta a tiempo, sin preliminares.
Y, salvando las distancias, no puedo evitar pensar en el montaje del año pasado que resumía tres meses de la ascensión de Heisenberg en pocos minutos (evidenciando las prisas e urgencias que les obligaron a pisar el acelerador y hacer una elipsis tan larga sobre el ascenso del rey para que Scarface llegara a tiempo y al final del episodio ya durmiera sobre esa indecente montaña de dinero) o del poético y forzado descubrimiento de Hank (una vez más las prisas por generar conflictos que no se habían cocinado lo suficiente, incluyendo el trillado recurso del \”flashback\” que ata cabos para el espectador, que no cuadra para nada en esta serie).
Si, son muy buenos y esta tan bien llevado que creo que los diálogos, la realización y las interpretaciones quizá a veces camuflan los defectos. ¿Pero, porque Walt asume ser Heisenberg tan rápido? Podía esgrimir que tan solo era un simple cocinero como Gale y que nada tuvo que ver con todas esas muertes o la leyenda de Heisenberg, por ejemplo, y tratar de manipular a Hank yendo de víctima, contándole que estuvo amenazado de muerte, etc. Pero eso son detalles discutibles.
Sea como sea, el robo al tren, la muerte de Mike, el montaje Crystal Blue Persuation, Walt abandonando el negocio, el escatológico descubrimiento de Hank, el duelo en el parking, los convenientes fajos de Jesse, o la charla entre Hank Skyler (todos ellos, magníficamente escritos y resueltos) se sintetizan perfectamente con tu gran resumen de lo que fue la 5.1:
\”Pero en otros fragmentos de Breaking Bad las motivaciones se construían antes que los movimientos, de modo que hacían crecer a los personajes y les obligaban a variar el escenario -familiar, empresarial, moral- de forma natural, consecuencial, no forzada.
Esta vez todo ocurre a velocidad de vértigo, con muchos \”porque sí\” por el camino.\”
Eso es lo que me falla, fuego lento, y mayor tiempo de maduración en pantalla (tiempo que es obvio que no les sobra, pero aún así…)
carlos risu
Ja, ja, YEAH MAGNETS Jesse (comentario anterior) resume muy bien todo lo que de \”antilógico\” tiene esta serie, encumbrada como la novena maravilla del relato audiovisual… sin serlo. ¡Es un tebeo! ¡Son viñetas! ¡Es imposible y en su recta final, apresurada! ¡Nos nubla la vista su preciosismo! Seamos comprensivos: No hay que contar lo que el espectador no desea saber. Es la mejor serie posible en 2013, no apetece ver otra, esperar otra, hablar de otra. ¡Lo demás da igual!
Dicho lo cual yo voy con el equipo de Alberto (y tantos otros): Busco la belleza, la verdad y la vida: voy a defender a partir de ahora que esta serie es más de lo que parece. Detecto toda una vida de conocimiento entregada. O varias vidas. A ver el próximo por donde salen. ¿Walter Jr se habrá dado cuenta por fin de lo que se está cocinando? ¿Nos tiene reservado acaso La Gran Penúltima Revelación? Solo queda él.
Carlos
Considero que Walter tiene cáncer y además creo que lo va a superar. En el flashforward hemos visto a un Walter con pelo y frondosa barba, todos saben qué fue o es Heisenberg. ¿Qué ha sido de Skyler y de los niños?, ¿skyler testificó en su contra?. Mi teoría es que Walter terminará suicidándose con la ricina.
Eli
Excelente critica. HOnestamente creo que Skyler ha sido de los mejores personajes y que bien ha sido llevada. Este Jesse me esta haciendo arrancarme los pelos porque esta completamente impredecible su comportamiento. Y el bueno de Walter, oh dios, me resisto a pensar que se viene despues, porque hoy miraré el 5×11. A tenerme de la silla
Pirri
Llego tarde pero llego. Soy de los que, aunque ansiosos por ver el desenlace de la mejor serie de la historia, ha decidido esperar a que esté en castellano para ver todo en el mismo idioma toda la serie (aunque sé que mejor la VOSE) cuestión de costumbres.
Voy leyendo poco a poco estos magnificos posts sobre cada capítulo, con cuidadín de no mirar más de la cuenta en la web no sea que me entere de cosas que no debo antes de tiempo.
Solo un apunte: En este post comentas \”…además, la descarnada impresión que produce la salida de Lydia (qué obsesión tiene la cámara con su calzado, je).\” Será porque son unos zapatos exclusivos de suela roja diseño del famoso diseñador Christian Louboutin ( dejo un link para corroborarlo http://www.elperiodico.com/es/noticias/gente-y-tv/suela-roja-solo-louboutin-2199134) y pueden querer decir , a interpretación mía, mucho sobre el personaje que los porta y quizá también lo paradójico de su uso en un lugar como ese (el desierto) un recurso muy ultilizado a lo largo de toda la serie. Te quieren decir que Lydia es una pija redomada amante de la pasta y el lujo y que no renuncia a ello ni cuando va a hacer lo que van a hacer allí. Creo que por esto (y puede que por algo más que todavía no sé) se detiene tanto la cámara en ellos.
Es un apunte para dar \”más vueltas a la noria\” si cabe. Jajaja