Al final, se trata de decirle adiós a unos amigos. Porque el relato televisivo, con su acumulación de horas y su dilatación durante años, establece con el espectador una relación de complicidad, de cotidianidad afectiva. Ya no seguíamos la serie por su ingenio o su brillantez narrativa, sino por cariño. Por eso How I Met Your Mother, a pesar de su descenso en calidad desde hace años, ha seguido concitando buenas cifras de audiencia. Por eso su final ha sido tan comentado: porque, como escribe Susana, hay un pedacito de nosotros que también se cierra ahí.
El año pasado, para un curso de verano que impartí en Alicante, estudiamos a fondo el piloto de How I Met Your Mother. ¡Es excelente! Presenta de forma ejemplar a los personajes y sus conflictos, exhala frescura, tiene varios gags desternillantes y, sobre todo, establece a la perfección esa mezcla de comedia bufa y romanticismo entrañable, antiheroico, que tanto sabor le han otorgado siempre a Ted y cía. Carcajadas y corazón.
Suponía, además, un paso adelante en la evolución que la sitcom demandaba, emparedada entre los exitazos de la comedia enlatada de los 90 (Seinfeld, Friends, Frasier) y el empuje de la “comedy verité” que emergía en el cable (Larry David) y en Gran Bretaña (The Office). En un movimiento menos sofisticado que Arrested Development y más efectivo que Scrubs, Craig Thomas y Carter Bays apostaron por el juego narratológico como marca de identidad. Un narrador tramposo o poco fiable, saltos temporales, cambios en el punto de vista, autoconsciencia textual…
Con esos mimbres narrativos y un puñado de personajes tan divertidos como adorables –prototipos de la sitcom, as usual-, How I Met Your Mother se ganó un hueco entre la seriefilia de medio mundo. Las tres primeras temporadas fueron excelentes, con capítulos míticos como “Slap Bet” (2.9.), “Ten Sessions” (3.13.) o “Something Borrowed” (2.21.). La cuarta fue más irregular y, a partir de ahí, la inercia siempre se impuso a la calidad. De las últimas, para mi gusto la séptima fue la más consistente, la que recuperó el punch de épocas pasadas.
La sitcom en abierto es un género muy castigado, obligada como está siempre a temporadas largas. En How I Met Your Mother les pasó factura el cansancio narrativo, concretado en la sobreexposición de Barney (aquí todos sus legendary) y la constante ida y vuelta de las relaciones amorosas. Así lesionaron la coherencia dramática -y cómica- de los personajes, hasta el punto de que caían con facilidad en la parodia de sí mismos.
La aparición de la madre en los estertores de octavo año suponía el revulsivo que necesitaba una propuesta así. Y, sin embargo, esta novena y última temporada no ha terminado de cuajar. Cristin Milioti sí ha dado el do de pecho, con esa mirada entre ingenua y frágil, ideal para enamorar a un Mosby. Probablemente el pico de la temporada fue el capítulo dedicado a ella (“How Your Mother Met Me”, 9.16.), donde la serie recuperó un romanticismo y un brillo emocional que hacía mucho tiempo que no asomaba con semejante esplendor.
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Sin embargo, la decisión de estructurar toda la temporada en un corto lapso de tiempo (el fin de semana de la boda… ¡entre Barney y Robin!), con la pesadez del Marshall on the road y en un entorno alejado del Manhattan habitual ha limitado mucho las posibilidades de la serie, haciendo las tramas y las bromas repetitivas, cansinas (en serio, mi favorita es la rarísima aparición recurrente de William Zabka). Lo que se intentaba como un modo de dejar entrar aire fresco ha acabado provocando mal aliento.
Y así hemos llegado a la series finale. Las clausuras siempre son promesas y la crítica estadounidense se ha dividido de forma feroz: los enfadados le han zurrado de lo lindo, pero también ha habido defensas razonadas del último gambito de la serie. Los paradigmas: a un lado Grantland, castigando el hígado de aferrarse a la idea inicial contra viento y marea; al otro, el New York Times, redimiendo la dulzura de una trampa que anidaba en la propia premisa de la serie.
Vayamos por partes. Al perfil bajo de esta última temporada hay que sumarle el mayor error del último capítulo: el divorcio de Barney y Robin. Caracoleas durante 20 episodios sobre el miedo al compromiso, la verdadera entrega, el feeling real de la pareja y, cuando has dejado solventado el asunto y el dúo ha cantado el “sí quiero”, deshaces lo andado en apenas tres escenas. Esa decisión chirría mucho. No por un asunto de coherencia dramática, que también, sino por el tongo de la inversión realizada.
Más debatible resulta el triángulo amoroso entre Tracy (¡por fin sabemos el nombre!), Ted y Robin. Si somos estrictos, la serie no nos ha estafado. Ya desde el piloto se estableció, en la última frase, que “así es como” Ted conoció “a vuestra tía Robin“. Según descubro por Sepinwall, además, las escenas de los hijos de Ted fueron todas grabadas entre el 2005 y el 2006, por lo que la resolución del lunes estaba entre uno de los planes posibles. El dilema era si mantener esa salida o no, pero no ha habido engaño: el relato ha desvelado cómo conoció a la madre y se ha mantenido fiel al parentesco con la tía Robin.
Decía que el último giro de la serie no contradice el espíritu de How I Met Your Mother porque, precisamente, una de sus señas de identidad es la del narrador tramposo, la del salto en la focalización, la del tirabuzón que te obliga a releer la trama del capítulo. La serie lo ha practicado, por ejemplo, hace poco con Barney en su juego para pedir matrimonio a Robin, con Lily en su interludio pinturero de la segunta temporada o con Ted en muchas de sus desventuras amorosas (quizá uno de los más célebres sea aquel “Ted Mosby Arquitect”, 2.4.). La pregunta por la que se pelean los fans y los críticos ahora es si compensaba jugar con las cartas marcadas hasta el mismísimo minuto 90.
Mi valoración es que no, que no compensaba. No creo que haya sido un final horripilante, pero sí creo que el énfasis de toda esta última temporada no conducía a una clausura en la que Ted y Robin fueran felices y comieran perdices. El giro ha quedado sin fuerza dramática, sin ese duende que puede esperarse en la conclusión de una comedia romántica eficaz, de las que se te pega al corazón y te rasga el alma. Digamos que hacía mucho tiempo que ese tren había pasado, tanto para los personajes como para los telespectadores. Sí, vale, que ha habido varios momentos esta temporada donde se han alumbrado los rescoldos entre Ted y Robin, pero siempre se han presentado estos movimientos como puro fruto de las inseguridades, soledades y miedos de los personajes, nunca como amor fetén. Esa última conversación legitimadora con los hijos, sin embargo, sí que presenta la relación Ted-Robin como un amor XXL. Por eso suena falso. Forzado.
Porque ese amor verdadero, ese click de las almas, se ha reservado para la chica del paraguas amarillo. Ahí es donde teníamos puesta nuestra inversión emocional, donde también había residido el escaso misterio narrativo que aún mantenía la serie: ese primer encuentro en la estación de tren, que por fin se nos desvela. Efectivo y delicioso. Casi tanto como la solidez matrimonial de Marshall y Lily, la mejor pareja de una sitcom contemporánea, capaces de combinar la exageración cómica con la semilla de la verdadera entrega, la generosidad de la descendencia y el compromiso del “para toda la vida”.
Por tanto, con el último juego de manos, puede que How I Met Your Mother no haya traicionado su espíritu juguetón, pero sí ha estirado tanto la cuerda que ha eliminado lo que todo el mundo espera del final de una comedia romántica: la emoción genuina.
Llamadme ñoño, pero yo me habría conformado con este final alternativo, mucho más tradicional y conmovedor:
Mackey
No estoy de acuerdo con tu vision del cierre de la serie. No es que termine con Robin, sino que una vez que ha pasado el duelo por la muerte del amor de su vida (¡6 años después!), que es Tracy, renacen los sentimientos que una vez tuvo hacia Robin, y lo único de lo que trata la serie es de intentar explicar a sus hijos lo que una vez tuvo con ella. La serie nos ha contado lo que era importante para Ted en ese preciso momento de 2030, y decide obviar la vida tan plena que ha tenido con su mujer porque ya saben lo feliz que le hizo. Si ella no hubiese fallecido esta historia no habría sido contada, y Ted no terminaría con Robin.
A mí me parece un final redondo. Y la madre ha sido adorable.
DiscoSpider
Yo estoy totalmente deacuerdo contigo, en cuanto al comentario de Mackey yo creo que con lo \”pasteloso\” que es Ted seguro que le habría contado la historia a sus hijos hubiese muerto o no, el final esta un poco forzado aunque bien hilado, este o el alternativo estarían bien hilados, aunque tratandose de una sitcom de comedia-romantica un final mas típico no hubiese quedado nada mal. De todas formas y sea como sea todos nos llevaremos un pedacito de ellos.
Pd: Tengo una duda sobre un capitulo en el que hacen un flashback en el que vuelven a fumar porros de mayores y se colocan, creo recordar a un Ted mas viejo que el de 2030 y que en ese flashback le pregunta a Marshall y Lily…Donde esta mi mujer? no se si lo recuerdo mal o es asi, lo que seria un fallo de la serie, me podriais sacar de dudas?
Ariel
coincido con Mackey, a mi me encanto el final tal como fue.
De hecho me parecio genial. El otro final parecia tan obvio y en caso que quisieran seguir contando una historia con la serie que viene \”como conoci a su padre\” no hubiesen podido o no hubiese llamado la atencion.
Ahora quedaron varias preguntas abiertas. Y seguro cuando la madre cuente su historia (a sus hijos en diferentes edades) tambien va haber un desenlaze increible.
Esteban
Mackey, has usado exactamente las mismas palabras que use ayer en otro foro. Ted amo y siempre amara a Tracy, y tuvo una vida plena con ella. Es mas, tanto la amo, que logró eclipsar el amor que a lo largo de las 9 temporadas demostró hacia Robin.
Y por otro lado, y aun mas importante, creo que el final no se trata de como Ted termina con Robin y viven felices por siempre. Creo que va mas acerca de lo cíclico de la vida, de como todo vuelve a comenzar, y aunque nada asegura que esta vez Ted efectivamente sea feliz por siempre con Robin, el lo vuelve a intentar.
Me encanto el cierre, romántico, realista e inesperado.
Esteban
Me olvidaba! Ariel, el spin-off How I met your dad no es acerca de la historia contada desde el lado de Tracy. Se trata de personajes completamente nuevos, donde la protagonista esta vez es una mujer
NaLq
Encontrados sentimientos, una basura este final, odie que se quede con Robin, no puedo creer…
Pero desde el principio hasta la 3ra/4ta temporada quise que se quede con ella, y ahí esta, se quedó con ella.
Estoy alucinando pero si, es lo que todos queríamos, pero 9 años después… no me sirvió. Lo quería a Ted de viejo muriendo de la mano de Tracy.
FJFP
DiscoSpider, de acuerdo con esta crónica
http://how-i-met-your-mother.wikia.com/wiki/How_I_Met_Everyone_Else
la escena donde Ted pregunta por su mujer se desarrolla en 2020, cuatro años antes del fallecimiento de la madre.
Barbara
Recuerdad el capitulo de esta ultima temporada en la playa, donde robin se eleva simbolicamente, y ted por fin la deja ir, fue muy emotivo para mi, osea yo dije al fin ted supero lo que sentia por robin, ademas de toda la temporada final en la boda robin/barney, para tirarse todo eso en unos pocos minutos, valio la pena..? porque el final no podia ser el mas \”obvio\” todos felices, todos juntos, para mi un final perfecto debio ser en una escena final algo asi, tracy comentando algo con ted hacia sus hijos, y todos al final reunidos en macLaren\’s, no digo que todo fue malo, pero a mino me agrado, es mi opinion personal…
Teresa
Es cierto que el final, deshaciendo tantas cosas en el último momento (cómo tú has dicho, se pasan la temporada hablando del miedo al compromiso, Barney por fin aprende que \”ganar el juego\” es tener una relación estable y luego en tres escenas desandan lo andado) te deja un sabor agridulce, pero hubo un aspecto de este final que me gusto mucho:
Que las historias de amor tan espectaculares son raras y aún así el cuento no acaba comiendo perdices, la vida da muchas vueltas y siempre vas a tener la oportunidad de volver a empezar.
Ted ha conseguido su historia de amor de cuento, pero la vida le pega un mazazo, y aún así después del duelo ha podido volver a encontrar la ilusión… esa especie de \”realismo\” me ha gustado. Aunque quizás, sí, podrían haberlo extendido un poco más o por lo menos basar el divorcio de Robyn y Barney en algo más sólido (fue lo que menos me gustó)
David
Una semana y poco ya hace que se acabó HYMYM… Por lo que he leído por la red, la gente no ha quedado demasiado satisfecha con el final de la serie. A mí qsí que me ha gustado… Aquí os dejo mi homenaje a la serie, por si tenéis curiosidad 😉
http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/04/por-fin-conoci-wait-for-it-vuestra-madre.html
Un saludo!
Hugo
A mi me encantó el final recuerden que red y robin prometieron seguir juntos como pareja sí estaban solos después de los 40
Saludos!!