Que sí, que la risa es un vicio muy privado. Pero uno aspira a que sus vicios los comparta el mayor número de gente posible, sobre todo si resultan tan gratificantes como éste. Uno de los míos se llama Ricky Gervais, un auténtico genio. En este año pródigo en grandes comedias (Modern Family, Community… incluso Bored to Death), recomiendo con pasión la última apuesta cómica de la HBO: The Ricky Gervais Show. Ya advertimos que, de entrada, no parece gran cosa: el propio Gervais, Stephen Merchant (el larguirucho agente de Extras) y un tal Karl Pilkington hablando del ser y la nada. Es decir, de la nada. Una comedia absurda donde la conversación de podcast se ilustra con dibujos animados de aire picapedrero:
Gervais se caracteriza por innovar para el gran público. The Office UK supuso un soplo de aire fresco en la estructura y el estilo de la sit-com. Junto con Curb Your Enthusiasm y Arrested Development, Gervais supo traspasar las líneas de la triunfante comedia made in NBC (Frasier, Friends, Seinfeld). Mills ha catalogado esta renovación como “comedy verité“: mezcla de realidad y ficción, asimilación de formatos documentales, improvisación actoral y muchas dosis de autoparodia mediante un yo juguetón… Sin el gigantesco éxito del primer Gervais y la influencia de Larry David no se entenderían, pues, The Office US, Extras, Parks and Recreation, Modern Family, The Comeback, Entourage o la nueva serie autopárodica que Matt Leblanc está ultimando para Showtime: Episodes.
Sin ser la primera, The Office UK popularizó la falsificación audiovisual, vampirizando las estrategias del docu-soap, tan en boga en la tele británica por aquellos años. Eso provocó cierto aturdimiento en los espectadores, que no sabían si la cosa iba en serio o les tomaban el pelo. Precisamente ahí radicaba una de las grandezas de The Office: su fusión entre fondo y forma. Gervais y Merchant, a diferencia de la versión americana, no abusaron del formato y en todo momento mantuvieron las limitaciones del documental de observación, jugando con la incomodidad de los micrófonos y lo impertinente de las cámaras. Así, la versión original de The Office funcionaba como crítica a los excesos de la telerrealidad y, de propina, como denuncia paródica del trabajo posmoderno, donde la burocratización del no-hacer nada adquiría categoría de paradigma. Algo así como un “en esto ha quedado la clase obrera británica”.
Formalmente, era un humor lleno de tiempos muertos, que estira cualquier escena hasta ver las consecuencias de la supuesta acción cómica, de modo que las caras enfocadas reflejan la incomodidad, la sorpresa ante el absurdo o, simplemente, el aburrimiento de otra broma más sin puñetera gracia. O sea: silencios en lugar de risas enlatadas. Como en este famoso ejemplo durante el vergonzoso baile de la “estrella” (2.5.):
Como se aprecia, el humor de Gervais parte de la vergüenza ajena: David Brent es de esas personas que extiende cheques que su ego no puede pagar, un tipo que se cree “un hombre del Renacimiento”, un jefe guay y molón, cuando no es más que un perdedor XXL que lleva su empresa papelera a la ruina. El lameculismo de su impagable ayudante solo es comparable a lo en serio que se toma a sí mismo, con escenas míticas como esta investigación interna (aviso para amantes de la franquicia estadounidense: Dwight es grandioso, sí, pero Gareth Keennan no le anda a la zaga, créanme). El único lúcido en todo este guirigay es Tim, un treintañero que solo sigue en tan nefasta oficina por el amor secreto que siente por Dawn, la secretaria. Otro perdedor de manual en otra escena memorable, auténtica síntesis estilística de The Office:
Por todo esto considero que la versión británica es superior a la americana (ojo, no es la única: ha habido franquicias en Alemania, Francia, Brasil, Chile, Canadá… Aquí comparan las diversas adaptaciones): The Office UK tiene la fértil originalidad del formato y los caracteres, hace que la estrategia del mocku-soap no resulte gratuita sino que se inserte como un guante en la trama y tiene un punto de crítica socio-laboral que no ofrecen las andanzas de Michael Scott y sus chicos.
Además, resulta más fresca por su incorrección, ajena a las constricciones de la tele generalista yanqui. Como buena rama de la estirpe británica, lo políticamente correcto está para ser dinamitado en The Office: hay bromas homófobas, raciales, políticas, sexistas, coloniales, de clase… hasta a los discapacitados les toca su ración de mala leche. También ocurría en la divertidísima e inteligente Extras (de la que ya hablamos en su día). Y eso mismo es The Ricky Gervais Show: dos tipos riéndose de un tercero. Básicamente. Por suerte, Karl Pilkington no pertenece a ninguna minoría: es un hombre blanco, casado, europeo y de un país próspero y conquistador. Ideal para que ninguna colectividad ponga el grito en el cielo… si acaso, su alopecia o su acento de Manchester pueden enervar a la Liga de Calvos Defensores de los Dialectos. O algo así.
Hasta entonces, hasta que aparezcan los guardianes de la ortodoxia, les animo a que adquieran este vicio. La risa de Gervais produce adicción.
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Cortesías (¡Vaya Tele! y el final de Skins)
Javier Meléndez
Los "silencios en lugar de risas enlatadas" son para mi una muestra de la valentía de Ricky Gervais. La mayoría de las sitcoms pretenden con sus risas enlatadas que nos riamos de lo que no tiene gracia. (Risas de muertos según Carrey-Kaufman en "Man in the moon"). Como bien dices, Ricky nos muestra una especie de documental. Un The Office Geographic Channel. Nos dice: "La vida y la gente es así (de grotesca, estúpida, arbitraria)" Y tienes que reírte por fuerza, como válvula de escape.
Mauro
The Ricky Gervais Show es simplemente GENIAL. Karl Pilikington es increíblemente imbecil y me hace reir a carcajadas al más minimo "Huh?". Yo al duo Gervais-Merchant lo sigo hasta el fin del mundo.
Brian Edward Hyde
La risa de Ricky Gervais es adictiva, sí, pero incómoda, distinta, genial. Recién acabo de terminarme Extras. Qué maravilla 🙂
Jesus Quintana
No he tenido el tiempo de ver The Office UK, he visto la americana y me parece genial ,aunque debo admitir que comence a verla gracias a las buenas críticas que leí de la versión inglesa, para empezar a conocer a Ricky Gervais creo que comenzaré con Curb Your Enthusiasm.
Nahum
JAVIER: Me gusta lo de "risas de muertos". Las risas enlatadas tienen mucho de convención: a veces sin gracia, como dices. Llevar el realismo a la sitcom obligaba, sin duda, a cerra la lata de las risas para siempre. MAURO: Creo que eres de los pocos que sigue esta nueva comedia de HBO. Tenemos que convencer a más gente… Volví a ver el primer capítulo y decían abiertamente que el objetivo del podcast era reirse de Pilkington. Ja. BRIAN: Extras tiene momentos sublimes, mucha vergüenza ajena que, en el fondo, esconde mucha acidez, como dices. Mis favoritos: Kate Winslet y Orlando Bloom. Grandiosas autoparodias. JESÚS: Es curioso: la gente que empezó con la versión americana no termina de entrar en la británica, la ve falta de chispa. Vuelva a contar sus impresiones por aquí cuando la vea, please. Por cierto, Curb Your Enthusiasm es de Larry David, el otro gran renovador. También muy recomendable.
Alejandro A
me has interesado mucho con The Office UK, porque adoro la versión americana pero como la describes me has motivado a darle un vistazosaludos!
Diego G
Es una pena que a la gente le guste mas la version yanqui. La version original de The Office es insuperable, Tim es el mejor. LA version de aca, la chilena, tambien es buenisima, casi mejor que la americana Pero sin llegar a los talones al orioginal
Enrique
¡Increible este vídeo sobre los efectos positivos y negativos de facebook que circula por la web! bit.ly/JAMESONS_FACEBOX
Pablo
“Todo el mundo tiene un secreto. ¿Cuánto tardarás en descubrir el tuyo?”http://cosasqueresolver.blogspot.com/Tus canciones en inglés ahora traducidas al españolhttp://traducciondetuscanciones.blogspot.com/
Hache
Ricky Gervais es un grande. Hace poco vi el stand-up de una hora para HBO y me tronchaba. Pero, sin duda, me quedo con Extras. El capítulo de Kate Winslet (sé que te encanta), el de Daniel Radcliffe o el de Sir Ian (grandioso), son de lo mejor que he visto en comedia en mucho tiempo. Por cierto, estoy con la segunda de Big love y creo que cada vez está mejor. Un abrazo, Hache
Nahum
ALEJANDRO: Yo creo que te gustará. Es cortita, así que tampoco pierdes mucho tiempo. DIEGO: A mí me han hablado muy bien de la alemana, pero obviamente no he visto ninguna otra que las anglosajonas. HACHE: Pues por lo visto Extras no tuvo el éxito que se esperaba. O eso he leído. A mí, como apuntas, me encanta casi toda. Esta Semana Santa estuve a punto de llevarme la segunda de Big Love para Murcia, pero al final sigo enganchado con "Rescue Me". Pero Big Love está ahí, sí, sí.