Ahora también
Accused, un drama con todas las letras que terminó el 21 de diciembre -un gran día cada año, por cierto-, así que va recién salido del horno.
Le eché el ojo porque estaba al frente
Jimmy McGovern, uno de esos autores de referencia de la televisión británica. ¿Que quién es? El autor de
The Street, un drama muy premiado que se emitió en 2006-09 y que, sin embargo, permanece inedito en
España. El año pasado me hice con su primera temporada y ataqué los tres primeros capítulos. Era una serie coral que descorchaba la historia de varios personajes que vivían en la misma calle de
Manchester: sus sueños, sus familias, sus infidelidades e infelicidades, su cotidianidad…
The Street era un dramón, para que nos entendamos. Tipos normales, en ocasiones tirando a clase media-baja, cuyas vidas hacían agua en cada esquina; personajes en crisis amorosa, vital o profesional encerradas en el microcosmos del título. Pero la gracia del asunto era envolver los conflictos en una densidad emocional casi histérica, que recuerda al
Mike Leigh de
Secretos y mentiras o a la
Nada de
Carmen Laforet. Historias de sentimientos claustrofóbicos y dilemas sin respuesta… ambientadas en la cocina de casa. Donde todas las salidas son necesariamente de emergencia.
Accused recoge la herencia de The Street. “Intensa” es la palabra que mejor la define. Los seis episodios son independientes, unidos simplemente por un estilo visual elegante, sobrio, y un armazón emocional que corta todas las historias por el mismo patrón. Además, narrativamente ofrece una novedad: cada capítulo combina dos líneas de tiempo. En la primera, breve y esporádica, el protagonista de turno se enfrenta al juicio; en la segunda, la mollar, se nos va relatando la historia de cómo han llegado a esa situación.
A estas alturas casi debería ser una obviedad remarcar que
Accused es una serie de personajes. Gentes
ordinarias, de la calle; pero también complejas y acomplejadas, guerreras y sufrientes, amantes y solitarias, egoístas y vengativas… ¡Todo un recorrido por las emociones humanas ligadas a la culpa! Ahí es donde
Accused despega y alcanza momentos realmente subyugantes, con los caracteres enfrentados, siempre en gris, a las consecuencias de sus acciones.
Así que nadie se equivoque esperando ver discursos de abogados guaperas o ingenio detectivesco en la búsqueda de pruebas. No. Esto queda a años luz de un procedimental de abogados. Es una serie, en todo caso, de víctimas… y de acusados. Incluso de acusados que, al mismo tiempo, son víctimas.
Sin embargo, la trama tiene uno o dos momentos de descuido en cada capítulo. A veces hay incidentes cogidos con pinzas para que pongan en marcha la acción (la paliza mortal del 1.5.) y, en otros, hay encajes excesivamente casuales (el dinero del 1.1.). Esos tópicos dibujan los únicos borrones de una obra con capítulos muy poderosos, unas veces desasosegantes, otras redentores y siempre densos como el buen aceite. Otra gema de la BBC que, sin ser el mejor producto del mundo, demuestra cómo hacer del drama cotidiano una pequeña obra de arte.
A quien no le importe leer levísimos espoilers, que siga esta pequeña sinopsis de los seis capítulos; como el orden es irrelevante para estas minipelículas, uno puede escoger las historias o actores que más le interesen. Merece la pena darle un tiento.
1. Willy’s story
Con la “musa”
Ecclestone como protagonista,
McGovern marca la tónica de la serie con la historia de una fontanero infiel a su esposa e incapaz de robarle la ilusión a su hija, que se encuentra con un regalo envenenado del azar. Al ser el primer capítulo, cuesta cogerle el tranquillo. Y, desde el inicio, suena un aviso para navegantes: el espectador no estará obligado a empatizar con los acusados; el blanco y negro no se lleva.
2. Frankie’s story
En realidad, descubrí la serie por la
monumental polvareda que este capítulo levantó en la opinión pública de las islas. La historia se ubica en una unidad del ejército británico en
Afganistán. La historia, con reminiscencias de
La chaqueta metálica, daba una imagen devastadora de la disciplina militar.
Mackenzie Crook está soberbio. La amistad, el honor y el famoso código adquieren un color distinto, dolorosamente cercano, en manos de
McGovern. Hasta la muerte puede alcanzar la dignidad de la culpa…
3. Helen’s Story
Lo extraño de este capítulo es que combina algunos de esos
momentos patosos de guión con otros instantes de una punzante penetración emocional. ¿Cómo salen airosos? Mediante una de las claves diferenciales de la televisión británica: la sobresaliente calidad actoral.
Juliet Stevenson como madre coraje y
Peter Pataldi (el genial
Malcolm de
The Thick of It) como padre desolado insuflan una veracidad al dolor del relato que, por momentos, es hasta difícil aguantar el tipo. Podemos discutir el buenismo del desenlace, pero es indudable que el recurso del disfraz es
bloody brilliant.
4. Liam’s story
Siempre tiene que haber una historia que se atraganta por su fuerza. Es ésta. Mi favorita, por lo demoledor de sus personajes. La enfermiza historia de una obsesión, de una bomba de relojería que anticipa su explosión desde el momento en que una bella pasajera sube a un taxi. Y, lo peor, la serie te presenta el espejismo de que, quizá, todo podría haber sido diferente. De que Liam podría haber sido feliz. Pero no. Esto es la vida. La puñetera vida.
5. Kenny’s Story
Una de los mayores hallazgos del primer
Hustle, la entretenidísima coña de timadores de la
BBC, es el simpático caradura que interpreta
Marc Warren. Su registro en
Accused se antoja totalmente diferente. Y el tipo sorprende con su versatilidad. Es un hombre de familia, un hombre bueno. De fondo, la pedofilia, y, en la retaguardia, la Justicia como un ideal donde, en ocasiones, falla el aparato del Estado. ¿O no? Da igual: lo importante no son las lecturas sociales o políticas, sino el abismo de un hombre que dio un mal paso y cómo la culpa le consume al borde del precipicio.
6. Alison’s Story
La pena es que la serie acabe con su capítulo más flojo. Un matrimonio cansado y autodestructivo, de los que utilizan a los hijos como escudos humanos de su estúpida guerra. Es el episodio más pobre porque el percutor de la trama emplea pólvora mojada: un suegro malo malísimo. Ay, ay. La forma de llevar a Alison a la cárcel está demasiado forzada y su pobre marido no se contenta con ser un cornudo y un gilipollas integral, sino que además es descuidado plantando pruebas falsas. Lástima que una serie con tantas virtudes deje un sabor de boca tan agridulce en su cierre.
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MacGuffin
Por lo que has dicho, me recuerda un poco a Criminal Justice, otra serie de la BBC que me da que iba más sobre el funcionamiento del sistema legal británico. Me quedé a medias, pero no pintaba mal.
Nahum
MR. MACGUFFIN: Nunca vi "Criminal Justice", pero por lo que dices, aquella era más sobre la Justicia y su funcionamiento. Esta es, básicamente, sobre las personas y sus circunstancias. El sistema es tan solo paisaje.
OsKar108
Más que apuntada la tengo ya. También te iba a mencionar Criminal Justice. de la que hoy ahblar bastante bien, pero no he visto. Intentaré buscar subtitulos para Accused y a ver si saco unos ratillos para verla.Referente a The Shield, solo llevo 6, pero de momento cada vez me va gustando más y más.¡Saludos!
ALX
Curiosamente, has despertado mi curiosidad más que de Accused, de The Street. Echaré un vistazo a ver si la encuentro.
martinyfelix
Apunrtada queda, me has convencido.
DENISFINDER
Este año creo que la Perfida Albión está ganado a los yankees en cuanto a variedad y calidad.Downtown Abbey es muy buena, otra inglesa que tengo muchas ganas de empezar es Shameless, en Enero empieza el remake americano de esta serie.Pero ahora mismo acabo de empezar con la 1ª de In Treatment (vamos por el 1×09) y es muy muy buena, como bien dijiste en una de las 11 entradas de tu blog sobre In Treatment: ¡Una auténtica obra maestra de la televisión contemporánea!Feliz Año Nuevo!!!