Es ya un clásico otoñal mi hibernación, como la bautizó mi querida Mr. McGuffin. Los niños, el trabajo, este libro en inglés y blablabla. Ahora, además, me operan el próximo lunes de los ligamentos de la rodilla (¡de nuevo!) y andaré (pun intended!) más de un mes en el dique seco.
Este blog tiene su germen, precisamente, durante mi anterior operación de ligamento cruzado, donde en un mes aposté por lo seguro de la serialidad y me atiborré a McNultys, Bluths, Swearengens y Bartletts.
No sé por dónde me llevará el post-operatorio esta vez. Quizá me incline hacia el ensayo frances o me dé a la novela rusa del XIX. Qué sé yo. La vida es lo que nos ocurre mientras hacemos planes, como clamaba Lennon. Pero, de entrada, tengo previsto hincarle el diente a Netflix para maratonear Narcos, terminar Bojack Horseman o repescar, en el Movistar Plus, la segunda temporada de Les Revenants o las últimas de Borgen.
Supongo que en diciembre, aprovechando los finales de temporadas de The Affair o The Leftovers, volveré a escribir reseñas largas. O me decante por más cortitas para reivindicar joyas como Review, carcajadas como Silicon Valley o promesas interesantes como Catastrophe.
Hasta entonces, dejo a los lectores con la presentación del paper que presento este viernes en el congreso Series/Cinema, organizado por Héctor J. Pérez en Gandía. Se puede consultar, as usual, en academia.edu: “Film Narrative versus TV Narrative: the cases of Hannibal and Fargo“.
Hacía tiempo que no me entretenía tanto preparando un artículo: leyendo ensayos sobre adaptación y remakes, indagando en las novelas de Harris, en la filosofía y la estética de los Coen y repasando escenas de la hipnótica Hannibal y la deliciosa y heroica Fargo. ¡Y pensar que la segunda temporada de la serie de Noah Hawley está manteniendo el nivel!
Maxi
Imagino que ya ha sido Ud. advertido de lo buena que es MR. ROBOT, verdad? En caso contrario, olvídese de Christian Slater y dele una oportunidad, no se va a arrepentir.