Mi hijo mayor, el de 6 años, me dice que tiene ganas de llegar ya a Australia para ver cómo los canguros se pelean con guantes de boxeo (?). El segundo, 5 años, aspira a jugar en el jardín con los koalas (?); supongo que también querrá bañarse con tiburones el bandarra… La tercera es una cotorra que lleva meses contándole a todo quisqui que en cuanto cumpla 4 años se va a dar la vuelta al mundo (?). La cuarta aún no habla: tiene pocos meses.
Mi mujer y yo, por contra, andamos sepultados entre maletas, cajas, visados y biodraminas.
El caso es que allá vamos los 6, toda la familia, a emprender la aventura de las antípodas. Hay trampa, of course: la seducción que ejerce Oceanía entre los europeos es que ofrece exotismo (está, literalmente, a tomar por saco), con su punto surfer y su naturaleza agreste, y lo aúna con la seguridad de un país de primerísimo nivel; como mucho te topas con alguna araña gigante en el jardín y el marsupial te come la merienda, pero de ahí no pasa.
¿Que qué se me ha perdido a mí allí? Curiosidad intelectual y ganas de mejorar. Gracias al apoyo de mi Universidad y de la Salvador de Madariaga, voy a realizar una estancia de investigación a uno de los departamentos de Screen Studies más potentes del mundo: el de la University of Queensland. Allí, además, hay varios profesores que están trabajando la “Television Aesthetics“, que pasa por ser una suerte de alternativa analítica a los excesos del post-estructuralismo. En el equipo al que me uno hay académicos consolidados como Jason Jacobs y Ted Nannicelli, y peña emergente como Elliot Logan (sin haber terminado la tesis doctoral, ya tiene un CV que asusta). Y lo más flipante es lo fácil que me han puesto toda la burocracia.
Mi intención es dar un salto teórico y poder aprovechar este año para profundizar en cuestiones como el giro estético, la filosofía del arte aplicada a la televisión o el gusto y la apreciación como conceptos analíticos. Sin olvidar la posibilidad de estrechar los lazos académicos con otros investigadores de la zona como la neozelandesa Trisha Dunleavy (que acaba de publicar un libro importante), Sue Turnbull o las gentes del grupo de Melbourne.
Aún no sé cómo podré compaginar esta empresa con la actividad del blog, más aún en un año donde concluyen series clave como The Americans y, quizá, Game of Thrones, a las que me gustaría dedicar críticas semanales. Lo decidiré sobre la marcha. En todo caso, en breve postearé el primer youtube propio y seguiré empleando esta página también como plataforma de mi actividad académica.
De lo que no hay duda es de que estaré las próximas semanas fuera de juego, haciendo escala en Singapur, aprendiendo a conducir por la izquierda y adaptando a los niños al jetlag de sus nuevos coles y guarderías aussies.
Durante semanas tuve un sueño recurrente: el capitán del avión abría una escotilla y nos lanzaba al vacío en medio del Índico, porque mis hijos se habían puesto infernalmente insoportables tras 25 horas de viaje y no dejaban dormir al resto del pasaje. Por suerte, las pesadillas familiares apocalípticas se me pasaron cuando leí esta frase del creador de Charlie Brown y su pandilla: “No te preocupes por que el final del mundo vaya a llegar hoy; ya es mañana en Australia“.
Sé que va a ser una excitante aventura esta de Brisbane… porque tiene que molar un huevo vivir instalado en el mañana.
jtoupo
Sois un ‘quinteto’ inspirador… Aunque no físicamente, os seguimos camino del mañana… Un abrazo planetario.
Chema
Mucha suerte Alberto! Que todo te vaya genial, que seguro que así será.
Nos seguiremos leyendo.
Un abrazo grande!
Flames
Da para un documental en la tele. Esperamos al menos unos cuantos reportajes.
Jorge Álvarez
Llévame contigo!!!!! No necesitas un asistente??? Me encantaría ver canguros con guantes de boxeo!
Carmen Lucena
Mucha suerte en esta nueva etapa. ¡Qué envidia! No dejes de contarnos por aquí, por favor. Un saludo.
Arturo
Vaya casualidad, acabo de volver de Australia. Qué disfrutes mucho del viaje, es un país realmente fascinante y tus hijos no tendrán problemas en jugar con canguros, koalas o tiburones. Y además hacen buenas series.
Buen viaje y espero que nos sigas alegrando la vida con tus críticas.
Pablo
Mucha suerte en vuestro nuevo destino. Espero que no te quite tiempo para seguir escribiendo
Maverick
Me cae mal la gente que decide salirse de su zona de confort y decide embarcarse en aventuras absurdas como esta de liar a toda tu familia para llevarla a un sitio en el que todos se sentirán extraños, deseando volver cuanto antes. Aunque puede que no te lo digan por miedo a decepcionar a un padre tan inquieto y necesitado de experiencias nuevas y arriesgadas, Desde ahora mismo, te borro de la lista de webs a las que acudir de vez en cuando. Hasta nunca.