En esta era de las redes sociales que habitamos no existe minuto sin su polémica. ¡Hasta el jamón de york o Nadal pueden acabar arrastrados por el fango en la burbuja tuitera! En esta vorágine de boicots, hashtags y acusaciones de todo tipo de fobias, una de las batallas que más me sorprendió tuvo que ver con la impresionante Antidisturbios. El toma y daca es conocido: los guionistas contaron con el asesoramiento de la propia policía, un sindicato del gremio califica a la serie de “basura”, un político indepentista la tilda de “documental”, una web de izquierdas la acusa de sesgada y una tertuliana de derechas… ¡de prejuicios hacia el otro lado!
Cuesta encontrar en la cultura popular reciente un texto tan elástico, donde los espectadores puedan interpretarlo como blanco y como negro. Sí, por supuesto, siempre hay matices, variaciones, lecturas complementarias, elementos de desacuerdo… Pero, ¿una serie donde unos la acusan de blanquear a la ultraderecha y otros de perpetuar la propaganda progre? ¿Cómo es posible semejante divergencia tan radical?
Seguir leyendo en Fuera de Series…
Deja un comentario