La muy esperada quinta temporada de The Crown se abre en blanco y negro, con un flashback a la botadura del Britannia, el yate de Estado que navegó al servicio personal de la Reina Isabel II desde 1954 hasta 1997. Peter Morgan, el creador de la serie, emplea el lujoso barco como metáfora para esta temporada, hasta el punto de recuperarlo también como escenario del cierre de estos diez episodios. Así, la premisa dramática queda establecida desde el minuto uno, cuando la joven Reina (en un breve regreso de Claire Foy) sella el paralelismo: «Espero que esta nueva embarcación, así como vuestra nueva Reina, demuestre ser sólida y constante, capaz de capear cualquier temporal».
Porque de eso va esta nueva entrega de The Crown: de una institución centenaria que parece empezar a hacer agua desde dentro, horadada por los escándalos maritales, la desconexión con el pueblo y las intrigas sucesorias. Aquel annus horribilis que se prolongó hasta la tragedia parisina del Puente del Alma.
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mario
De momento la temporada más floja. No sé si por culpa de los creadores o porque el tema de leididi ya no da más de si. Demasiado protagonismo para un personaje que no tiene sustancia.
Tambien me rechina un poco el casting. No leididi, que no está mal. Pero los reyes, siendo grandes actores, no tienen la ‘presencia’ requerida. Estoy hablando del físico, aunque suene poco wake.
Flames
Qué bien cuentas todo en el fondo y la forma. Y buenas apreciaciones las de Mario. No he visto todavía nada de la 5ª temporada….. pero lo del error de cásting se percibe ya en las fotos de promoción….: no funciona. Y lo que apunta D. Alberto respecto a que cuanto más se acerca la serie al presente, se pierde fuerza… es muy cierto. Supongo que a CUÉNTAME le pasaba lo mismo: no se puede hacer una serie de época cuando llega el presente.
Yo tardé bastante en entrar en THE CROWN, me repelía el tema, por el tipo de serie….. en fin, que cuando me puse a verla me quedé maravillado desde el primer momento.