En esta época de sobreabundancia seriéfila, el mayor problema de Reina roja radica en las expectativas. En la ocurrente presentación de los dos protagonistas calibramos, con socarronería, la baja forma física de uno mientras contemplamos, con fascinación, la inventiva suicida de otro. Subir y bajar como metáfora: la rapidez de un fogonazo genial frente al pasmo metódico de un medianías. Einstein y su San Bernardo. Como declaración de principios –y toda secuencia de apertura lo es–, ahí late un aroma sofisticado tanto temática como estéticamente.
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Flames
Me ha parecido floja, flojita…. muy flojita. En mi caso mi valoración no tiene que ver con las expectativas. No he leído la novela, aunque me voy a permitir opinar sobre ella. Me explicaré.
Lo que me ha fallado es el guión, la historia. Y eso deduzco que es culpa de la novela. Tras el primer capítulo, bastante aceptable, se suceden unos capítulos en los que en realidad no pasa nada, se marea la perdiz y poco más. Me sobra todo lo que sucede en el refugio del malo, el sitio del secuestro. Luego hacia el quinto episodio empiezan a suceder muchas cosas, pero se trata de giros y más giros de situaciones inverosímiles, y sobre todo, poco coherentes. Se olvidan a los treinta segundos de lo que han planteado un poco antes. El villano se convierte en un pobre idiota en manos de otra persona.
Eso, en mi opinión es culpa de la novela. Este tipo de thrillers suelen basarse en episodios paralelos en varios escenarios y que acaban con un cliffhanger que va creando adicción. Pero al filmarlo se acaban viendo las costuras y las incoherencias. de todo el relato, no hay que pensar mucho para detectar el engaño hacia el lector o el espectador. Si al final todos los pasos que das te los ha ido poniendo en bandeja el villano de turno, tú no has investigado nada, no eres nada inteligente y tu papel es irrelevante.
La serie me parece que tiene actores aceptables y una muy buena factura. Pero la historia es un engaño.
NOTA: Me ha hecho gracia una escena ridícula en la que los propios protagonistas dicen “esto es ridículo” y al poco añaden “esta conversación está tomando tintes ridículos”…. pues eso, hasta el guionista no ha podido callárselo.