La España política contemporánea no se entiende sin la radio. Que si el ahogo del locutor que anunciaba la legalización del PCE, que si aquella mítica «noche de los transistores» de cuando los tiros en el Congreso, que si las guerras corporativas donde Antena 3, la SER u Onda Cero ejercían de alfiles para macroproyectos donde la política y la empresa emborronaban sus contornos… A pesar de esto último, la radio ha sido y es el medio de comunicación con mayor credibilidad, por lo que su influencia es digna de estudio. O de documental, como este Supergarcía de Movistar, que se ve de un tirón. Cortito, dinámico y al pie.
Como todo español de más de treinta y cinco años sabe, con las ondas soplando para consolidar la naciente democracia española emergió un personaje tan polémico como fundamental: José María García. Aquel presentador bajito y enérgico, con un don carpetovetónico para la frase pegadiza y el mote machacón, revolucionó la radio deportiva y catapultó la franja horaria de medianoche. Su carisma y su olfato quedan muy bien retratados en esta docuserie donde cada uno de sus tres episodios ejerce con nitidez de escalón narrativo, radiofónico e, incluso, evolutivo: el nacimiento de una estrella (Antena 3), la multiplicación de los enemigos (COPE) y la caída definitiva del Olimpo (Onda Cero).
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Además, adjunto acá abajo una tertulia que mantuvimos en COPE Pamplona con los amigos Alberto Sanz y Fermín Astrain sobre el legado del mítico periodista y cómo la serie refleja sus aciertos y sus errores.
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Alberto, Albertito, Albertete…….
La verdad es que José Mª García supo inventar ese tono faltón, desenfadado y de denuncia que marcó toda una época (vaya tópicazo). Nunca me interesó mucho…. pero he de decir que cuando le vimos en las fiestas de mi pueblo, se prestó a dejarse sacar fotos y todo eso que hacemos el pueblo llano.