, archivado en Lost

Lastsupper

Lost fue un fenómeno, pero también una anomalía. Mejor dicho: lo inédito fue que un relato tan endiablado y adictivo, de cuyo estreno se cumple estos días su vigésimo aniversario, aguantara con éxito seis temporadas. De hecho, hubo relatos que hoy nadie recuerda que intentaron, con más trompetería que eficacia, emular su triunfo (Flashforward, The Event). Sin embargo, son necesarios muchos matices para enmarcar aquel fenómeno que estos días el periodismo cultural revive con inercia de SEO y cierta desmemoria.

Como cantaba el poeta, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, desde luego. Por eso no debemos dejar que la nostalgia nuble las grandezas, pero también las debilidades, de aquel puñado de personajes naufragados en una misteriosa isla. Lost aterrizó en las pantallas en el momento adecuado, cuando la televisión iba explorando con fortuna y atrevimiento todas sus posibilidades estéticas, narrativas y morales.

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