Antena 3 la estrena hoy. Den un paseo por Downton Abbey, ese culebrón de lujo. Es un lugar elegante, soleado y repleto de emociones subterráneas. Merece mucho la pena.
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Uno de los últimos bombones fabricados por la dinámica pantalla británica tiene nombre de mansión victoriana: Downton Abbey. Al frente del relato está Julian Fellowes, el guionista de la ácida Gosford Park (Altman, 2001), una película con la que la serie mantiene un fuerte aire de familia.
En esta ocasión, el drama comienza con la noticia del hundimiento del Titanic. Con ese convulso paisaje de fondo y la amenaza de la Gran Guerra en el horizonte, este producto del canal ITV nos narra la historia de los Grantham, unos aristócratas que aman, sufren, lloran, ríen, toman el té, cazan el zorro y cuidan de su servicio. Porque, copiando el esqueleto de la famosa Arriba y abajo, la serie retrata también las vidas de los (numerosos) empleados que hacen del castillo un lugar refinado, reluciente, propio de otra época.
Downton Abbey habla de clases sociales, sí, pero sin ira ni moralina ideológica. La partitura coral de una sociedad ya extinguida se va deshilachando de forma armónica, soleada, donde las intrigas palaciegas y las conveniencias sociales adoptan un tono de exquisita naturalidad. La elegancia aristocrática contagia hasta la forma de rodar, tan pausada y delicada que hasta se mastica visualmente. El éxito de crítica y público de este culebrón de lujo recalca, una vez más, los rasgos que colocan a la televisión británica en su merecido pedestal: un guión mimado, que esquiva el tópico y la corrección política; unos actores solventes, liderados por Maggie Smith, capaces de transmitir mucho con la escasez de una mirada; y una historia que no se alarga sin sentido: siete episodios certeros que dejan al espectador con ganas de más. Habrá segunda temporada.
Ahora que la ficción española está intentando un salto de calidad, la pérfida Albión parece el espejo idóneo donde mirarse.
(Artículo publicado en la revista Nuestro Tiempo, nº 667, marzo-abril 2011, p. 96).
DENISFINDER
Una serie muy buena, esperemos que el doblaje le haga justicia y los cortes publicitarios también…Otras series de época que me han gustado mucho son Cranford y un clásico como la versión de 1995 de Orgullo y Prejuicio, con Colin Firth como Mr. Darcy. También hay una versión muy divertida sobre ésta última que se llama Lost in Austen.
Pablo
Hey Doc!Tengo un blog recién llegado a la red. Mi pequeño tarro de moscas. Pásate y te invito a algo.Un saludo de tu antiguo asesorado fantásma favorito. As known as Kobayashi. As Known as Pablo Portillo.Cuídese!Clint.