Justified no se permite jugar con balas de fogueo ni cuando amaga una ruleta rusa. En Harlan County ser duro es como respirar: se hace de forma automática. La coraza viene de fábrica y la caza al hombre se erige en modo de vida, esa vida que crece regada por odios centenarios, corrupción minera, alianzas mortíferas, política de alcantarilla y destinos implacables; esa vida que tiene su primera jurisdicción en la ley del más rápido.
Ser duro o no ser.
Ésa es la cuestión.
Era difícil -imposible- empatar con la tragedia de los Bennett y alcanzar al beluga del segundo año. Entonces había un centro gravitatorio claro que, esta vez, ha dejado paso a una estructura más dispersa. Aún así, Justified (en España por Calle 13) se ha mantenido vigorosa y eléctrica, consolidándose -a pesar de una season finale simplemente correcta- como una de las 4 ó 5 series imprescindibles de la parrilla. Con potencial para marcar historia en la pequeña pantalla.
(A partir de aquí, espoilers)
Tejemanejes en prisión, un laboratorio de oxycodona, toneladas de marihuana, la fortuna de los Bennett, la mafia de Detroit, el reino de Noble’s Holler, las traiciones dentro del “clan Crowder” (oh, Devil; oh, oh, oh, Johnny), el dinero de Winona, los problemas matrimoniales de Raylan, la madeja del FBI tras el asesinato de Gary, la elección de nuevo sheriff… y un buen puñado de casos autoconclusivos. ¡Madre mía! ¡Sí que han pasado cosas, cuánta línea abierta!
El puzzle de la tercera temporada ha sido el más enrevesado hasta la fecha, con infinitud de piezas buscando encaje, con los personajes atrapados en un ladino totum revolutum que, de ser comedia, emularía las delicias de un camarote marxista. Sí, Justified multiplica encanto porque oxigena la trama con carcajadas(1), pero en última instancia todo lo que se cuece apunta a matadero. Jiji, jaja. Ahora bien, cuando llega la cuenta, bromas las justas: la sangre es siempre metálica y roja y matar a un hombre es, ni más ni menos, que matar a un hombre(2).
En ese equilibrio entre autenticidad y heroísmo -entre amenaza y muerte- es donde Justified se siente más cómoda, porque le permite hacer crecer a los personajes ante situaciones límite. A Elmore Leonard le pone afilar el cuchillo y a Graham Yost le mola tensar la cuerda. Mejor dicho, le gusta soltar carrete en los capítulos impares para dar un estirón violento en los pares. ¡Zas! Así llegan golosinas como “Thick as Mud” (3.5.), “Watching the Detectives” (3.8.), “Guy Walks into a Bar” (3.10.), algunos de los bocados más suculentos de la parrilla americana de este 2012. En el último, además, Givens y Quarles ejecutaron la verónica del año:
http://www.youtube.com/watch?v=cRT_8fvI5wo
Los cazadores cazados que se agazapan en cada esquina y el esto-no-es-lo-que-parece(3) han adensando la trama jugando al despiste. A veces demasiado, para mi gusto. Es fácil trastabillarse entre tanto baile de parejas. Givens, sin ir más lejos, ha dado más vueltas que un tiovivo y el resto del elenco ha terminado con sensación de marioneta, impostando la voz para ocultar quién es realmente su amo. En todo caso, lo importante en un relato de este pelo no es la peripecia argumental, sino el crecimiento interior y la tensión moral. A lo largo de estos trece capítulos, Boyd, por ejemplo, se debate entre la ambición, el amor y la venganza; al final, tendrá que optar por solo una de ellas. Ava, que siempre ha sido de armas tomar, oscila entre buena samaritana y bitch del año; efectos de “la erótica del poder”. Limehouse, un estratega de zancada larga, ha ganado enteros conforme avanzaba el metraje: resulta que no es un villano, tan solo quiere ser el jefe de la tribu. Y Raylan, ay, pobre Raylan. ¡El epílogo con Winona es tan, tan triste!
Al igual que Boyd Crowder, Raylan Givens es un personaje fascinante, de esos que siempre guarda aristas por medir. El terremoto circula por dentro, cuando pierde el stetson. Aunque lo disimule tras su valentía, es un ser complejo. Atormentado. Repleto de contradicciones. Una roca que se caracteriza más por sus -aparentemente invisibles- fisuras que por su publicitada solidez. Es un marshall fulminante y efectivo, pero también un hijo rabioso y dolorido, un marido tierno y patoso, un compañero de trabajo a ratos leal, a ratos un grano en el culo. Y un ejecutor de sangre fría y remordimientos calientes. Un hombre: con todas sus astillas.
Es, no me cansaré de repetirlo, la proverbial humanidad de Justified. Una serie donde los héroes se humanizan mediante destellos cotidianos y rendijas oscuras; esa cara B. O donde hasta la mayor sabandija (¿Dewey? ¿Dickie?) se permite la compasión o se gana la empatía del espectador. Dewey, un hillbily vomitivo, nos obliga a ponernos de su lado en el simpático episodio de los riñones con patas (3.5.). Así mismo, Dickie inspira casi ternura en su patético antiheroísmo de manual. Sin embargo, la palma del párrafo se la lleva Raylan Givens con su postura samurái del “Loose Ends” (3.9.), instalándole la televisión a la madre de Tanner, recién explotado. Esos gestos que marcan toda la diferencia.
El crescendo de la temporada se ha visto empañado por un cierre que ha quedado en correcto. Ojo, un “correcto” en este nuevo emblema de la FX equivale a un 8.5 en cualquier otra serie. Digamos que, en perspectiva, la tercera temporada se calificará como “de transición”. Han aparecido muchos nuevos jugadores en el tablero, se han remozado los conflictos internos y externos (Theo Tonin) y se ha clausurado para siempre -y de manera sorprendentemente feliz- el ciclo de los Bennett(4). Esto último es una pena: Loretta es un personaje muy sabroso y la actriz que la encarna una auténtica gema.
Creo que, aunque suene provocativo, el lastre del último cuarto de temporada ha sido Robert Quarles (Neal McDonough). Le han sobrado un par de horas a su historia. Durante los diez primeros capítulos ha vestido un villano elegante, inquietante en su gelidez, cruel desde la mirada. Magnífico. Los creadores han sabido abrirle heridas poco a poco, debilitando sus resistencias físicas y estratégicas, para asombro de Wynn Duffy (Jere Burns), otro actor excepcional, que ha sabido reforzar con sus expresiones cómo la locura de Quarles se hacía insoportable. Sin embargo, tras su salvaje confesión de sodomía y violación en el capítulo 10 (lo que deriva en el choque de trenes con Raylan), Quarles desciende en picado y se convierte en un pollo sin cabeza, un tipo desquiciado e impredecible(5).
Y eso, pues como que tiene menos garra. Además, el nuevo gran malvado (prometedor Adam Arkin) toma el sol en California y uno de los supuestos antagonistas arrima el hombro para salvar a Givens. No es la estatura, casi bíblica, del enfrentamiento con una Mags Bennett; ni siquiera merodea una deliciosa adolescente en apuros a la que salvar de la quema. Aún diría más, la última cabalgada de Quarles, secuestrando a una familia que pasaba por allí, tenía más aroma de trama autoconclusiva que de cierre del arco argumental de toda una temporada; la suerte de estos chavalines no nos importa demasiado, mientras que con Loretta nos iba la vida.
Dicho esto. La season finale regaló tres momentazos y una coda poderosísima:
-En la mejor estela del cine de acción, al inicio del capítulo Raylan desenfunda dos pistolas en territorio hostil. La tensión se corta. El salero cae. Las miradas disparan. Visualmente brillante.
-Que se lo digan al majo de Tim, que cada dos por tres ha de hacer de niñera: un Raylan enfadado es peligroso, muy tóxico. También él flirtea con la locura en esos arrebatos. Cruza la línea con Duffy y la ruleta rusa. ¡Qué tensión, por Dios!
-Me gusta cuando me quiebran la cintura. Como todos, esperaba un duelo al sol entre Quarles y Givens. Pero los creadores optaron -aplausos, por favor- por el camino difícil. “Desarman” -en inglés la broma macabra es realmente ingeniosa- el engranaje a lo De Niro con el que Quarles ha estado tumbando amigos y enemigos. Pero lo mejor es la forma de rodarlo: a lo inesperado de la escena (y de la confesión sobre quién mató al trooper Tom) hay que adherirle la mueca de sorpresa de Raylan y, sobre todo, el gestito de alejar el brazo amputado del diablo rubio. Qué mala leche, jeje.
La coda -tierna, trágica, emocionante- nos reubica en el conflicto inicial de Justified: Raylan Givens es un hombre que no encuentra su lugar en el mundo. Y que tu padre quiera matarte, en efecto, tampoco ayuda a encontrarlo.
Winona: Raylan, ¿por qué estás aquí?
Raylan: Ya te lo dije al venir. Solo me preguntaba cómo iba a salir todo esto. ¿Vas a quedarte aquí con tu hermana hasta que nazca el niño?
Winona: Umm. ¿Eso es todo?
Raylan: Pensé que podría dar palmaditas a la tripa, ver la última ecografía.
“No sabía que era un policía del estado. Solo vio a un hombre con sombrero, apuntando un arma hacia Boyd“. La resignada melancolía de la última conversación impulsa la serie hacia un terreno mítico, de fragancia griega. La familia como problema y, al mismo tiempo, como única posibilidad de salvación. Tía Helen, Winona, una ecografía, una palmadita en el vientre. En sus momentos de desconcierto, Raylan regresa al espejismo del hogar, a las afueras del odio. A la familia. Y tendrá que aplicarse para romper el círculo vicioso, el maleficio de Harlan, ese que hace que Mags devore a sus hijos y Arlo adopte a Boyd mientras tirotea sombras con sombrero.
Porque solo hay un crimen peor que matar al padre: asesinar al hijo.
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(1) Cuando aporté “Diez razones para desfundar Justified“, hice referencia a varios momentos desternillantes. Añadiría otros dos entre mis favoritos, ambos caracterizados por la frescura que se extiende a los diálogos de toda la serie: el primero es esta surrealista conversación entre Givens y Tim a cuenta de habilidades ninja (3.7.). El segundo la despedida entre Loretta y Raylan: “Marshall, ¿te parezco una fan de Van Halen?”
(2) Raylan tiene el gatillo fácil, pero jamás glorifica la violencia. En este sentido, destaca el tiroteo donde acaba con la vida de la médico que extorsiona a Dewey. Se siente mal, como si hubiera violado un código. El disparo era merecido, pero nunca antes había matado a una mujer. Él, un caballero.
(3) Demasiadas sorpresas hacia el final, en especial la de Johnny como confidente de Limehouse. No me quedan claras las razones para la traición. Así mismo, tampoco he terminado de entender el enfado de Limehouse con su escudero Errol; siempre pensé que todos sus movimientos estaban teledirigidos por su jefe. En todo caso, lo que más me chirría es que tras expulsarlo de sus dominios, es Errol quien -salido de la nada- dispara a Quarles. Puede que me despistara, ¿alguien me explica estos dos porqués?
(4) Desde el punto de vista de la trama, todo lo relacionado con los Bennett ha sido empaquetado. Ahora bien, como afirma Yost en su entrevista con Sepinwall, los creadores han dejado en el aire si Dickie Bennett la endiñó con las balas de Raylan. El excelente trabajo de Jeremy Davies augura que volverán a echar mano de él. Una carta más para jugar en siguientes temporadas.
(5) Incluso los guionistas descuidaron la credibilidad de algunas situaciones que protagoniza el personaje. Siempre sale indemne, como si lo mantuvieran vivo mediante respiración asistida. De hecho, la mayor pifia de escritura tiene lugar en el 3.12., cuando los guionistas dejan a Quarles -un tipo altamente peligroso, no lo olvidemos- en una caravana llena de droga y con un par de prostitutas realmente estúpidas. De rebote salpican la coherencia interna del personaje interpretado por Walton Googins. No. Boyd nunca habría permitido semejante descuido. Cagada.
satrian
Esperemos que Limehouse no se vaya, que Adam Arkin se quede por estos lares, que Loretta aparezca más a menudo, que tengamos más bromas como el Disarmed y contadas con esa seriedad con media sonrisa de Raylan, y que Raylan siga siendo Raylan y Boyd siga siendo Boyd, porque entonces seguiremos disfrutando de una gran serie.
Lasno
Respecto al punto 3 de las notas. Errol cuando se va, se cruza por la carretera con la furgoneta y se queda sorprendido. Por eso se da la vuelta y es el que dispara al final.
Haisen
“Ser duro o no ser, esa es la cuestión´´
Sí señor. Magnífica reseña para la que ha sido la mejor serie del invierno, y retaré a duelo a cualquiera que me lo discuta.
¿Ha superado a la segunda temporada? No, pero es que la segunda es casi insuperable, de las mejores temporadas que haya visto. Y está no le ha andado a la zaga. Su mayor problema, com bien dices, quizá haya sido el exceso de frentes abiertos. Y ese ha sido mi mayor de problema con la finale, que después de tanto mover piezas me esperábamos algo mejor. Lo veo como un problema de expectativas, más que del capítulo en si, porque tras un revisionado me parece un cierre soberbio (Raylan y su padre…tristísimo).
Y qué decir del resto de la temporada. Que desprecié a Quarles y Limehouse al principio, pensando que no podrían llegar el vacío que Mags había dejado y acabé adorandolos a ambos, sobre todo al primero, tan patético y tan desquiciado detrás de su fachada. Creo que del segundo aún nos queda por ver lo mejor. Y que el número de imágenes que la serie ha dejado grabados a fuego en nuestras retinas a lo largo de estos trece capítulos es incontable: El duelo del primer capitulo, el “ la siguiente irá más rápido´´ de Raylan a Duffy (y la coña posterior un par de capítulos después al respecto), Dewey Crowe y sus riñones, Boyd sin más (¿Por qué no tiene Walton Goggins un Emmy, por el amor de Dios?), Raylan vacíando el bar con un tiro, Wynn Duffy perdiendo la calma, Quarles “desarmado´´… y los que me estaré dejando.
El caso es que Justified ha desmostrado que lo de el año pasado no fue un espejismo y que es una serie sólida como pocas (ejem, Sons of Anarchy, ejem).Y que la espera se nos va a hacer muuuy larga. Suerte que tenemos Mad Men y Juego de Tronos para amenizarla (Y Breaking Bad después de estas, y Boarwalk Empire poco después).
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In the deep, dark hills of Eastern Kentucky…
Un saludo
Luisl
(3) Se lo había dicho en un principio cuando armo la guerra entre Boyd y Quarles, que había mandado a Tanner a asaltar la clínica de Oxycodina.
MacGuffin
Limehouse tenía a Errol a prueba, como quien dice, porque el asalto a la clínica de oxicodina que lo lía todo lo hizo él por su cuenta y riesgo. Una vez consideró que Errol ya había pagado por ese error, lo echa. Y Limehouse recluta a Johnny tres o cuatro capítulos antes para espiar a Boyd.
Javier Meléndez Martín
Hola, Alberto, voy a ponerte en un apuro (espero que no): quiero saber cuáles son 4 ó 5 series imprescindibles de la parrilla. Quiero hacer los deberes.
fasensio
Como todos los que aquí comentamos, he disfrutado muchísimo con esta temporada. Y me han dejado con ganas de más. Tengo curiosidad por ver qué hacen con la 4ª. ¡Son tantas las vías que pueden tomar!
Lo que más me gusta de Justified es que su admirable habilidad para conjugar calidad y entretenimiento. Está al nivel de las grandes. Tiene la calidad de las series de cable premium que admiramos, pero con el tempo de una serie de network.
Cuando \’desarman\’ a \’Paul Newman\’ pegué un salto. ¡Qué bien ruedan en Justified!
Sin duda, la serie del invierno. ¿Porqué sólo la vemos cuatro gatos? No lo entiendo.
Luisl
@Javier Meléndez Martín
No se cuales serán las 4-5 imprescindibles pero seguro entran Breaking Bad, Mad Men y Game of Thrones.
Mackey
Bueno, fíjate que la crítica es buena, pero yo creo que has sido incluso demasiado duro 🙂 . A mí la temporada me ha parecido soberbia, casi a la altura de la anterior, salvo por un par de detalles en los que también has incidido. El primero es la ridícula reclusión de Quarles en la caravana, que no se entiende, rompiendo de forma sangrante la coherencia narrativa a la que nos tienen acostumbrados. Esa situación no es propia de Justified. Yo simplemente haré como que no ha pasado. El otro detalle es el no haber involucrado a Loretta en la season finale. Yo pensaba que Quarles descubriría donde estaba el dinero de Mags y Raylan se percataría, acudiendo al rescate de la joven y creando una situación mucho más intensa. En vez de eso nos han puesto un chavalito con el que no nos han dado tiempo para empatizar, disminuyendo considerablemente la carga emocional que hubiese habido de haber estado Loretta siendo apuntada con una pistola. De todas formas esa escena resulta memorable por como se resuelve.
En cuanto al punto 3, lo de Errol ya te lo han comentado, ha decepcionado a Lime cagándola considerablemente (no olvidemos que es quien lleva a Dickie donde Loretta a por el dinero) y luego no aparece de la nada, sino que ve cómo llega Quarles y decide volver para ver qué pasa. En cuanto a Jimmy, considera que Boyd es el responsable de que esté postrado en una silla de ruedas y en cuanto ha podido sacar tajada de terceras personas (en este caso de Limehouse) no ha dudado en traicionarle. Ha esperado a su momento pacientemente. Yo veo razonables sus deseos de venganza y no me chirría para nada.
En fin, que espero que esta serie dure por los siglos de los siglos porque nos está dejando momentos inolvidables grabados a fuego en la retina (Halsen ha hecho una buena lista, a los que se podrían sumar un buen puñado más). ¡Y qué la maravillosa Natalie Zea salga más, por dios!
AlbertoNahum
LASNO, LUISL, MCGUFFIN: Gracias por el apunte. Con tanto ajetreo de cosas, ya no recordaba aquello. Cuadra.
SATRIAN: Adam Arkin tiene que seguir, apunta a villano de antología. Y lo de Loretta será complicado, puesto que está en otra serie y, bueno, parece que ya no tiene mucho nexo. O sí, qué narices, que Raylan la estima mucho.
HAISEN: Pues del invierno, sin duda. Ahora en primavera le han llegado competidores duros, pero es otra estación, je. Con lo de los villanos no estoy del todo de acuerdo. Sí es verdad que han crecido muchísimo, pero los dos han terminado perdiendo un poquito de lustre. Mags es insuperable, me temo.
JAVIER: Muchos deberes los tienes ya hechos (LUIS acertó, claro). En antena: Breaking Bad, Justified, The Good Wife, Juego de tronos y Mad Men. (Bueno, una sexta: Boardwalk Empire).
FERNANDO: Pues porque no es HBO. Escribí sobre eso en reseñas anteriores. En USA es más vista que aquí. Además, en España la emite un canal muy minoritario. Si el Plus se hiciese con ella o saltara a una generalista, quizá tendría más repercusión. Pero, vamos, lo mismo pasaba al inicio con Breaking Bad o, durante años, con The Shield.
MACKEY: Es que, joer, el tener como comparación a la temporada anterior hace que esta se resienta. Es como lo que ocurría entre la tercera y la cuarta de Breaking Bad. La perfección hace que minusvalorames temporadas excelentes. Ah, Natalie Zea sí me gusta, pero su papel quedaba desencajado. Mucho mejor este año, con ese aroma de amor imposible que tan bien le sienta a un romántico emboscado como Raylan.
Daniel
La Verdad para mi la serie estubo Buenisima!
Lo que me jodio mucho de la Tercera Temporada Es el final ,
Donde desarman a Robert Qualers Osea Le cortan el braso Osea Qe van aser en la 4 temporada ??? No va actuar mas o va segir sin braso -.-\” XD
Ami me gustaba como asia Neal McDonogouh El papel de Robert Qualers , Buenisima Lastima como termina :S Maldito LimoHouse XD Espero que la 4Temporada Siga Qualers de alguna manera pero con el brazo e.e XD 😉 La verdad la serie es buenisima sin duda No espero mas a q salga la 4temporada