El piloto de The Americans es de lo más prometedor que he visto en mucho tiempo.
No suelo apresurarme a comentar estrenos, por aquello del acecho de la “pilotitis“. Pero, demonios, ¡no es fácil encontrar un planteamiento tan prometedor y bien ejecutado! Hay muchos debuts inolvidables: Twin Peaks, The Shield, Firefly, Deadwood, Lost, How I Met Your Mother, Damages, The Killing, The Walking Dead… Algunas de esas series lograron hacer historia de la televisión mientras que otras se arrugaron con el tiempo o les cortaron la cabeza rápido.
Así, de entrada, el entusiasmo que me ha producido el doble episodio con el que se abre esta ambiciosa apuesta de la FX es comparable al de cualquiera de esas series. Y eso que el piloto venía sin estos títulos de crédito:
Por un lado, como pueden deducir quienes me lean a menudo, el asunto geopolítico e ideológico me apasiona. Y resulta curioso que los años 80 (donde por fin las democracias liberales -lideradas por los USA de Reagan– vencieron a las denominadas “democracias populares”) no hayan sido tan visitados por el cine y la televisión como décadas precedentes donde la amenaza de la destrucción mutua asegurada ubicaba cualquier historia de espionaje al borde del abismo nuclear.
Por ahí la premisa argumental echa humo: un par de agentes soviéticos se hace pasar por un perfecto matrimonio estadounidense en las afueras de la capital. Hasta ahí, nada nuevo: cualquiera que haya visitado el imperdible Spy Museum de Washington puede constatar que estos espías eran de lo más habitual. Incluso hace dos años hubo una redada de unos cuantos…
(A continuación hay detalles de la trama del piloto)
Pero sobre la premisa se insertan varias vueltas de tuerca muy jugosas que dinamitan las salidas de emergencia:
1. Contradicción. Ellos llevan el paraíso comunista y la destrucción del capitalismo en sus venas; sus dos hijos disfrutan todos los evidentes beneficios del “american way of life”.
2. Paranoia. Un obsesivo agente del FBI se les muda a la puerta de al lado, en el barrio residencial donde viven. No saben si es un síntoma de que el gobierno estadounidense les huele o una maldita casualidad.
3. Tentación. Varias espías soviéticos se han cambiado de bando, consiguiendo suculentas sumas de dinero y una vida más tranquila. Eso es, desde luego, una vía de agua para cualquier ideal pálido, como el de la revolución del proletariado.
4. Roles. En una variante sobre el tópico, el maternal es el padre, el sentimental que tiene dudas; la madre, fría como un témpano siberiano, antepone la ideología y la misión a cualquier flaqueza materialista o emocional.
5. ¿Amor? El matrimonio es pura conveniencia. No hay ni siquiera afecto mutuo: se han casado y han tenido hijos como mera fachada… aunque eso también va a sufrir un pequeño cambio a lo largo del piloto.
Por todo esto, en el fondo The Americans es una serie sobre la familia y más concretamente, como escribe Poniewozik, sobre el matrimonio. Y no es raro en la factoría FX. Sí, sí, como lo oyen. Ahí hay un artículo académico por escribir, pero en la visión del mundo que transmite la cadena se aprecia cómo la preocupación de las relaciones paterno-filiales ejerce de motor argumental en muchas series, de The Shield a Justified, pasando por Louie y Sons of Anarchy.
The Americans consigue así un equilibrio fascinante entre el drama familiar y el cine de espías donde, además, nos hace simpatizar con el enemigo, es decir, con los soviéticos. Esto convierte a los Jennings en héroes trágicos, pues desde el inicio de la serie sabemos que su Titanic se hundió estrepitosamente.
El piloto tuvo momentos vibrantes desde el minuto uno, con una tensa secuencia al ritmo de Fleetwood Mac, hasta el último plano -brillantísimo- dentro de un garaje. ¡Guau! Entre medias, se distribuyen dilemas personales, lealtades dubitativas, una pizca de humor (“llegar a la luna no lo es todo; llegar al espacio ya es un logro remarcable”), lecciones de historia política reciente y un diabólico juego de apariencias donde no queda claro quién es el ratón y quién el gato.
Solo le pondría dos pegas:
1. Los flashbacks son interesantes y aportan el contexto necesario para entender la situación actual de los personajes. Sin embargo, habría sido mejor optar por actores diferentes que remarcaran mejor el cambio de edad.
2. El momento clave, muy bien construido, en la evolución de Elizabeth (estupenda Keri Russell) tiene que ver con un amor que emerge realmente tras más de 15 años de matrimonio de conveniencia. Umm, no sé, con lo majo que parece siempre Philip, cuesta creer que no se haya encendido la llama antes. ¿O es que Elizabeth está fingiendo su amor ahora para asegurarse el apoyo del vacilante Philip a la misión?
Dos inconvenientes menores, en todo caso, que pueden entenderse como necesidades narrativas para echar a andar una historia con tantos recovecos y semejante carga histórica.
Actores sensacionales (y eso que falta por aparecer Margo Martindale), unos años ochenta sin demasiado recargo estilístico (vaqueros altos, cassettes, poco más), Guerra Fría a tutiplén, familias repletas de secretos, disfraces vintage, Mata-Haris y esa tragedia íntima de descubrir que uno lucha por unos ideales equivocados. Un cóctel explosivo de trago largo, con las justas dosis de diversión y profundidad.
The Americans promete: muchísimo.
Luisl
A mi me encantó Matthew Rhys como el espía conflictuado. Si las series no tienen personajes interesantes me cuesta mas empezarlas. Puede parecer algo muy básico pero la verdad es que no vimos muchos personajes que salgan de la norma esta temporada.
Seriálicos Anónimos
The Americans me ha parecido brillante. No sé cómo seguirá, pero este piloto me ha encantado. Coincido totalmente con tu crítica -ah, y gracias por los títulos de crédito, aunque pensaba que la música sería esa tan pegadiza del comienzo del piloto, la que enlazas de Fleetwood Mac-, salvo por tus pequeñas \”pegas\”. Respecto a la primera: no me parece que deban usar otros actores, tal vez algo más de caracterización, pero vamos, que creo que están bien, pueden pasar por más jóvenes con ese pelo liso de Philip y menos arrugas de Elisabeth. En cuanto a lo segundo: creo que Elisabeth estaba traumatizada por su \”encuentro\” con el capitán, algo que le ha ayudado a odiar más y amar menos…hasta que Philip se ha visto en una situación en la que le ha demostrado que la pone a ella por delante de sus deseos, porque realmente es su mujer. Esto ha derrumbado fortalezas y abierto puertas al interior de Elisabeth. Hasta el momento, nada le había demostrado que Philip era algo más que su compañero de misión.
Por lo demás, me ha parecido brillante la dureza de la premisa: ¡qué fuerte crear una familia de verdad siendo una tapadera! Es casi increíble para alguien que es padre pensar que esto es posible.., pero seguro que lo fue. Me impresiona la entrega ciega a una causa hipotecando toda tu vida…
S.A.
Alexfaulk
Elizabeth no confía para nada en su compañero. No lo ha hecho en todos esos años (como deja clara su conversación con su jefe del final, que le pregunta cómo lleva el otro sus lealtades, es decir, ya ha reportado sobre sus dudas americanistas), pero la forma en la que el marido reacciona ante el capitán le ha hecho cambiar un poco de perspectiva (y de ahí que ella le defienda al final ante el jefe). No creo que sea tan extraña su reacción, pese a llevar 16 años viviendo juntos… Al fin y al cabo, estamos hablando de un momento crítico en su vida, como es reencontrarse con aquel que la violó… hasta entonces, su careta de frialdad se había mantenido, pero la aparición del capitán hace que tiemblen los cimientos… y ya le trastoca del todo que el marido que ella creía un pusilánime medio vendido a los USA reaccione de esa forma por simple amor… No sé, no me parece del todo descabellado que durante 16 años ella haya logrado mantener el dique y que este suceso múltiple (el violador, las dudas sobre su vida, el papel del marido y la defensa que hace de ella) haya desencadenado los cambios… De hecho, de eso van las novelas o las películas (o series), de cuando algo cambia y sirve de desencadenante de la trama…
Dicho todo esto, también es probable que ella lo esté usando justo en el momento en que lo ve flaquear más para asegurarse su apoyo (pero en esa línea argumental no tiene mucha lógica que cambie su discurso ante los superiores…).
Cecilia García
Completamente de acuerdo con el análisis del piloto de The Americans. Comparto contigo las buenas vibraciones de esta serie, que me ha sorprendido muy gratamente. Tenía mis dudas acerca del trabajo actoral de Keri Russell, pero me ha gustado mucho su madurez como actriz y la química que establece con su compañero. Eso sí, yo también he pensado que, por mucho pelo liso que lleve, sigue aparentando la misma edad en los flashbacks!! Por todos los motivos que comentas, The Americans se convierte en una de las series más prometedoras. Esperemos que el desarrollo sea igual de bueno que el planteamiento. Un saludo!
carlos risu
Привет, товарищ! Algunos aspectos para complementar el enfoque.
LA BRÚJULA: perdida. Ella, que no está enamorada, se aferra a un (estéril, agotado) patriotismo para encontrarle sentido a su presente. Ni siquiera puede disfrutar del sexo \”extra matrimonial\”. Él, completamente desencantado, ni es patriota ni comunista, pero está enamorado y se aferra a ese ideal para encontrarle un sentido a su presente. Escucha triste las grabaciones de la mujer que ama. Nadie les dice nada.
EL MUNDO: es un limbo. Pasan de ellos, espías completamente anónimos, posiblemente olvidados (el Directorio S de la KGB, agentes no declarados que actúan sin ninguna cobertura política. Si la cagan o les delatan están en la calle, absolutamente tirados, nadie va a responder por ellos). Y mientras, Reagan de chulito, boicoteando olimpiadas, entrenando a Bin Laden en Afganistán. Y Breznev de estertores, como Franco.
Y los niños tan contentos.
тосты!
Ivan
Este mensaje contiene algunos SPOILERS sobre el capítulo.
Me ha gustado el piloto pero hay bastantes cosas que me \”chirrian\”. Además de lo que comentas sobre los actores en los flashback, con lo que estoy totalmente de acuerdo, algunas escenas me parecen excesivas e innecesarias. Me resulta poco realista que la mujer se ponga a pelear en medio de la noche en su garaje con una persona que tienen secuestrada. Mucho menos que a el vecino, por muy del FBI que sea, no se le ocurra otra cosa que colarse en el garaje y abrir el maletero del coche porque \”tiene una corazonada\”. Cosas como estas hacen que pierda realismo una serie que trata un tema en el cual creo que el realismo es esencial para que el espectador no \”se salga\” de la historia. A mi me ha pasado varias veces y solo estamos ante el piloto…
Richard
Buen análisis, Alberto,
creo que busca relatar la otra cara de la moneda de Homeland: pareja que a nivel público es bien vista, pero combaten sus demonios behind close doors, con un tío sabiondo atràs de ellos. Pero tengo algunas reservas sobre este muy buen piloto:
1) La ambientación: en ningún momento me sentí en los 80s, así como me siento en los 60s con Mad Men o en los 20s en Boardwal Empire. Creo que puede mejorar.
2) Keri Russel: buena actuación de Felicity, pero Mattew Rhys lo hace tan bien que nos pone de su lado y hacemos que nos ccaiga pesada el personaje de la esposa. Por otro lado, creo que ella se le abalanza en el coche cual Carrie con Brody: no lo quiere, solo utiliza el sexo como arma.
Le dejamos nuestro análisis de The Americans, pero además de The Following (buen piloto, mala continuación) y de House of Cards, a gritos un comentario sobre el gran Spacey =)
http://www.ivoox.com/stream-mato-al-cable-quinto-programa-audios-mp3_rf_1769699_1.html
Richard
carlos risu
Yo estoy empezando a flipar con lo de la mala ambientación de los 80. Vamos a ver, ¿qué son los 80s? ¿y los 60s? ¿y los 20, los 00? Los que te dé la gana, todo eso son ilusiones. Lo que os han contado, habéis soñado, leído o flipado. A mi me ponen una canción de Phil Collins y son los ochenta y punto. O de Fleetwood mac. Y en esta serie, por si no lo han pillado, AÚN no son los ochenta.
Quejarse de vicio, macho. ¿No es ochentero partirle la cara en el jardín al macarra que muy ochenteramente se mete con la niña en el carrefur? Entre setentero y ochentero, eh, de ahí no paso.
Ay, las décadas.
AlbertoNahum
LUISL: Me ha sorprendido muy gratamente Mathew Rhys, la verdad. Lo había visto alguna vez en Brothers and Sisters y siempre me había dejado bastante frío… Es un personaje muy, muy interesante.
SERIÁLICOS: Sí, quizá no he sabido ver bien la secuencia de los hechos. Tiene sentido el cambio en Elizabeth porque, de repente, hay dos sucesos que la ponen contra las cuerdas: encontrar a su antiguo violador y ver que otros espías se han vendido. No era un problema que me molestara mucho (por eso decía que eran elementos necesarios para echar a andar el relato), pero quizá sí estén más justificados de lo que yo pensaba inicialmente.
ALEXFAULK: Sí, lo mismo que le decía a Seriálicos: quizá me he atascado con esto y, viéndolo con distancia y con vuestras aportaciones, al menos hay una relación causa-efecto entendible. Como tú bien dices: un desencadenante de la trama que tomamos como inicio de la historia. Por otro lado, no me gustaría que estuviera \”fingiendo\” su amor: sería empezar con cartas marcadas desde el inicio. Y eso nunca me mola: si estableces una premisa, hay que mantenerla.
CECILIA: Creo que nunca vi Felicity (quizá alguna vez en la tele, hace siglos), pero sí la recuerdo de una comedia con Will Arnnett hace un par de años. Me parece en The Americans una actriz estupenda, estupenda. Con garra y mala leche, pero maternal cuando se le reclama. La escena del helado con los niños dice mucho de los dos personajes solo con gestos.
CARLOS: jaja, no me seas Tovarich ni te vayas tirando el moco rusófilo, que todos sabemos usar el Google Translator, flipao, jeje. Le darán caña al gobierno americano, por supuesto, pero en el fondo saben que la perfección no existe y que, al final del día, aquel presidente-actor les regaló la mayor victoria ideológica de la historia. Y yo lo aplaudo, claro. Me molan los grises, detesto las utopías políticas.
IVÁN: Quizá me falle la memoria, pero, ¿lo de la pelea no es una excusa para poder partirle la cara al tipo que la violó? Y, joer, lo del tipo del FBI no me parece tan descabellado (está exagerado, de acuerdo, pero todo el contexto en el FBI es precisamente ese: hay un montón de células durmientes entre nosotros… y, además, la mujer del tipo del FBI ya nos hace ver que el tipo es un paranoico). A cambio, lo que no he dejado de preguntarme durante toda la semana es cómo dejan a los niños solos en la casa mientras se van de juerga espionajil. ¿Y si alguno se levanta con vómitos y no encuentra a sus papás?
RICHARD: Yo vi eso precisamente como un punto a favor. No recargar la ambientación. Los 80 no son tan, tan diferentes. Yo los viví de niño y no me veo tan raro en las fotos, ni siento que mis padres sean otros (las permanentes y las hombreras, si acaso, sí me chirrían ahora). En la serie estamos en una gran ciudad, llena de funcionarios con traje. Se ven detalles en alguna cosa tecnológica, algo de vestimenta y pelos y ya está. Me parece que el recuerdo no está tan codificado como en décadas anteriores, con más personalidad en ese aspecto si se quiere. Por eso no me chirrió, al contrario. Como dice RISU, les pones algo de música y ya me lo termino de creer.
Jesús Baiget Pons
Me ha encantado el piloto. Estoy de acuerdo en todo lo que dices. Quizás el personaje de Elizabeth no me termina de encajar por la falta de credibilidad: me cuesta creer que tras 15 años fuera del comunismo disfrutando de las comodidades del capitalismo siga como el primer día. Me resulta imposible pensar que no le ha cambiado ni la visión de la sociedad ni lo que ya indicabas del amor con su esposo de cartón. La veo demasiado fría.
El cautivo
No niego que la premisa tiene un gran potencial, y triunfa en base al excelente trabajo de los actores protagonistas. Pero hay fases en que los hilos del guión se ven demasiado. El vecino del FBI es excesiva casualidad (no parece ser orquestado, pues vemos su vision subjetiva) y luego momentos com la entreg de cables del maletero o el final del capitulo examinando el garaje de los vecinos porque si, los veo metidos con calzador para crear tensión, no de manera orgánica.
La ambientación no me molesta especialmente (precisamente me chirría el recurso de la música ochentera) pero hay que reconocer que un esfuerzo en vestuario y caracterización no hubiese venido mal. Mirad Argo, que debe estar ambientado en el mismo año y la diferencia en los personajes es abismal (bigotes, gafas de pasta, permanentes…)
JC Alonso
Alberto, en pocas palabras: junto con el remake de Fincher, “House of Cards” (HBO), la nueva pequeña obra de culto de la ficción televisiva (FoxFX). No conocía tu blog, fantástico. Un saludo
JC. Alonso
Mario
Tiene muy buena pinta, es una de las series más prometedoras que he visto ultimamente. Espero que la estrenen pronto.
Por cierto me encanta tu blog, muy buenas reviews cuidadas y documentadas, gracias.