¡Qué hijo de perra!
Breaking Bad sintetiza como pocas series la grandeza de la actual ficción televisiva, su insuperable conjunción de arte y entretenimiento. Es una historia poderosísima, capaz de levantar la ceja para trastear con simbolismos plásticos, abismos psicológicos, comentario social o dilemas éticos de altura. Vale. Pero nunca se olvida del primer mandamiento de la televisión comercial: “Entretendrás al espectador sobre todas las cosas”. Como mucho -un clásico de quienes comienzan “esa serie que decís que está tan guapa”-, se atraganta un poco el ritmo moroso, más perceptible en la primera temporada y media, hasta “Negro y Azul” (2.7.), cuando la trama abandona el trote para arrancar a cabalgar. Pero, más allá de lo que se tarde en pillar rueda, Breaking Bad es una serie tremendamente entretenida, que te hace vibrar siempre ante la pantalla y te anima a teorizar sobre el devenir del relato, que te obliga a sufrir con los personajes o a quitarte el sombrero ante tal o cual juego de manos. Te sorprende, te zarandea, te escupe, te acaricia, te hace subir y bajar violentamente. Una montaña rusa de tramas y emociones. Un buen rato de disfrute. ¡Televisión!
(Espoilers a partir de aquí, bitches)
Es raro que uno se ponga a gritarle a un electrodoméstico. Hoy lo he hecho, precisamente en la secuencia que explica el título del capítulo. “!Qué hijo de perra!”, he exclamado. Como Hank, como Marie. A esa conexión emocional me refiero. No es el encaramiento intelectual que reclama la grandiosa The Wire, ni la narrativa de brasero de Mad Men, ni se trata de recoger los frutos al final de una temporada de Boardwalk Empire. No. Esto es distinto. Más visceral, más eléctrico. Más The Shield. Trabajar cada capítulo como si hubiera que renovar el pacto con el espectador cada día. Porque cada episodio tiene vocación de experiencia única.
Y aquí hay que seguir aplaudiendo a los guionistas, por su amplitud de mirada. Todos los conflictos van escalando hacia su clímax y los secretos están viendo la luz. Con un añadido que ya empieza a ser norma en esta segunda mitad de temporada: la memoria del espectador es gratificada una y otra vez. La confesión grabada en vídeo -aparte de recontar toda la historia- enhebra un eco macabro de la primera escena de toda la serie, en calzoncillos, en el desierto; el reencuentro entre Hank y Jesse hace referencia a su “amistad” (¿recuerdan este memorable speech?) durante la tercera temporada (*), vuelve la pistola, asoma la tarántula, regresa el vendedor de aspiradoras e, incluso, los espectadores hemos sido capaces de anticipar lo del cigarrillo de ricino de Jesse al ver a Huell apostarse en la puerta del despacho de Saul. Esta vez sí que teníamos las alarmas encendidas y ha sido fácil fijarnos en cómo le metía la mano en el bolsillo para quitarle la maría.
(*) Incluso hoy han recuperado una de las mejores coñitas de Saul Goodman, tras la paliza y el cuadro abstracto que le dejan a Jesse por cara: “Eh, Adrian, Rocky ha llamado. Quiere que le devuelvas su cara” (3.7.). Saul se refería en el capítulo a Hank como Rocky… aunque al final, ha sido con él con quien han hecho guantes.
En este sentido, es pertinente hablar del ritmo de los acontecimientos. La semana pasada, el lector Jesse James discutía, con argumentos razonables, la velocidad de vértigo a la que avanza todo. Es algo que yo noté con sorpresa en “Blood Money“, pero no me chirrió en absoluto. Veamos. Ya escribí que el mayor lunar que le he encontrado a estas cinco temporadas de Breaking Bad tiene que ver precisamente con lo precipitado del curso pasado: “En otros fragmentos de Breaking Bad las motivaciones se construían antes que los movimientos, de modo que hacían crecer a los personajes y les obligaban a variar el escenario -familiar, empresarial, moral- de forma natural, consecuencial, no forzada. Esta vez todo ocurre a velocidad de vértigo, con muchos “porque sí” por el camino.” A diferencia de hace un año, no creo que ahora las cosas ocurran “porque sí”… aunque discurran a velocidad de vértigo. Al contrario: están bien plantadas. Si hay un pecado en esta temporada, corresponde a aquellos ocho primeros capítulos, no a estos tres que llevamos. Hay un nuevo pacto de lectura desde el “Crystal Blue Persuasion” y la epifanía de Hank en el váter. En consecuencia, la línea de salida para esta despedida incluía al cuñado conociendo el secreto, a Walter fuera del negocio y a Jesse con demasiado dinero, demasiados remordimientos y demasiado tiempo libre para dejarse devorar por ellos. Además, aunque suene raro, entra en la ecuación un elemento extratextual que hace que no nos moleste el acelerón que ha pegado el argumento: sabemos que estamos en el final, que se trata de los últimos ocho capítulos, somos conscientes de pasear por el clímax de la serie. Eso también contribuye a que entendamos que la trama sprinte.
Esto viene a colación para reflexionar sobre cómo los guionistas trabajan las motivaciones para justificar los cambios de actitud de los personajes. Pinkman, quizá, sea el caso más evidente en este “Confessions”. Una de las delicias de la serie siempre ha sido la dinámica paterno-filial de Jesse y Mr. White. No olvidemos que ya desde los albores del relato nos mostraron la imposible relación de Jesse con sus padres y esa sensación de “estar expulsado” que siempre le ha caracterizado. Un niño grande. Walter, en cierto modo, ha ejercido de mentor, de padre subsidiario y no hay duda (el final de “Half Measures”, 3.12., como paradigma) de que el cariño que ha sentido por Jesse ha sido verdadero. Lo cual, ay, Walter White, no obsta para que lo haya manipulado. Como a todo el mundo. Como a su propio hijo en el capítulo que nos ocupa. Es la grandeza y complejidad de Walter White: mezcla sentimientos genuinos, ciertos códigos morales maleables y un chorrito generoso de manipulación en beneficio propio. Lo único que varían son las dosis de esos tres ingredientes. Por eso resulta tan poderoso y tan desasogante el encuentro entre Jesse y Walter en el desierto. Una vez más, Mr. White cacarea su enésimo “es-por-tu-bien-chaval”. Jesse se rebela; lógico, lleva días, semanas, al borde del precipio (“¡Esa patraña de papá preocupado. Lo haces realmente por ti!”). ¡Lo que de verdad inquieta es el abrazo posterior! ¿Cuáles son las dosis? ¿Seguro que no hay nada genuino en ese abrazo mentiroso?
Ya sabemos que Walter es un embustero patológico (“No hay manera de saber donde empiezan y acaban las mentiras”, le escupe Marie en el restaurante). El mal también se aprende, uno le va cogiendo el gustillo. Empiezas no contándole a tu esposa que bajas a por tabaco y acabas con un maletero lleno de ametralladoras. Por eso Walter Hartwell White es cada vez mejor actor. Se pone la máscara de papá con cáncer ante Walter Jr. (insisto, Hank y Marie, yo atacaría ese flanco), se toma un segundo de respiro antes de regresar al lavadero para recuperar la pistola y, oh la lá, se enfunda un completo Stanislavski para el ya citado momento “hijo de perra” del año. La escena está montada para multiplicar su impacto. Siembra, recogida. Un par de secuencias antes hemos contemplado cómo Walter, recuperado de sus dudas sobre si entregarse tras la arenosa noche anterior, esgrime el ya clásico “Es la única forma”. Esa frase, con sus variantes gramaticales, constituye uno de los leitmotivs de la serie: presentar como inevitable y única opción la salida menos mala… para Walter, claro.
Pensamos que ha grabado una confesión para cuando todo el pastel se destape. Corte. A continuación tenemos la brillante escena de la cena en el mexicano. De nuevo, las caras lo expresan todo. Marie (**) y Skyler apenas pueden levantar la mirada; Hank sigue carcomido por la rabia; Walter con su aparente calma que aspira a racionalizar la villanía. Más western de miradas. Y ese camarero que ejerce de alivio cómico y dinamita dramática, al estirar el duelo; por un momento temí que Hank le iba a meter el aguacate por el culo o le iba a hacer tragar los menús. Y todo concluye con una bofetada de aúpa, donde la venenosa inteligencia de Walter -junto a sus dotes interpretativas- es capaz de darle la vuelta a la tortilla. El espectador aplaude el volantazo inesperado. El relato cuadra. De nuevo, las dosis justas de verdad (y victimismo) para otorgar credibilidad a una mentira del tamaño de Albuquerque. Perfecto ejemplo práctico que explica por qué historiadores aficionados y conspiranoicos de salón tienen tanto éxito en nuestros días.
(**) Marie deseando que Walter muera cuanto antes, uf, es duro, pero consecuente con la hipocresía que despliega el propio Heisenberg. Los White juegan la carta de los niños y la integridad de la familia. Bien, piensa Marie, si el tumor que genera el mal está localizado, mejor extirparlo del todo… Es por el bien de la familia y de los niños, ¿no?
Escribía Zoller Seitz que Vince Gilligan proviene de una educación católica. No lo sabía, pero resulta consecuente con muchas de las cuestiones de fondo que preocupan a la serie: la culpa, la redención, el origen del mal, los límites morales… El capítulo, de nuevo, juega al despiste con el título: “Confessions”. En el Catolicismo, la confesión reclama cinco pasos para resultar efectiva y obtener el perdón, la tabla rasa (“clean slate”) que el propio Walter le promete a Jesse. Pero no. Las confesiones en el alma de Walter White no aspiran ni al reconocimiento del dolor causado, ni se vislumbra un propósito de enmienda. ¡Qué leches: ni siquiera admite sus pecados!
Secretos, mentiras y cintas de vídeo. Por eso Walter continúa su implacable descenso hacia una penitencia que le será impuesta.
——–
Otras consideraciones:
-Hablando de títulos: el siguiente capítulo se llama “Rabid’s Dog” (5.12.). En la cuarta temporada hubo un “Problem Dog” (4.7.), con un Jesse atormentado. Ahora parece mucho más enrabietado… ¡Y eso que aún no se ha desvelado lo de Jane!
-El odio a Skyler White llega al mismísimo New York Times. Esta columna de opinión escrita por la propia Anna Gunn complementa la crítica de la semana pasada. Sigo manteniendo que no es tanto una cuestión de machismo como de pérfido equilibrio dramático, pero merece la pena leerla.
-Dirigía el capítulo Michael Slovis, el habitual y genial director de fotografía desde la segunda temporada. Me ha encantado ese plano en la oficina de Skyler (completamente desnortada, superada por lo que ocurre) donde vemos a Walter, a contraluz, príncipe de las sombras, afirmando: “Ha funcionado. Estamos bien”. Ummm, qué ironía narrativa. Otro momento nada inocente son esos primerísimos primeros planos a la grabación pixelada de Walter, enfatizando que cuanto más te acercas a un tipo como Walter-Heisenberg, más confusa y borrosa se antoja su identidad. Ya lo anticipó Hank hace un par de capítulos: “No sé quién demonios eres ahora”.
-Bueno, parece que cada vez cobra más fuerza la idea de que los enemigos de Walter en el flashforward serán Todd y demás familiaria. Me ha hecho mucha gracia el arrebato anarcocapitalista que les entra en el baño, quejándose del estado niñera. Solo hay un detalle que no me convence: ¿por qué Todd recuenta lo del tren ahora? Entiendo que llevan la metilamina re-robada, pero me ha parecido algo forzado. Si tanto reverencia a Mr. White, ¿por qué no mantiene el pacto de silencio que impusieron tras el golpe (5.5.)?
-Más sobre trabajar la causalidad y no dar puntadas sin hilo. Ya hace unas semanas se nos mostró a Jesse fumando en la oficina de Saul. Hoy han insistido y, la verdad, tiene sentido que un tipo que te va a buscar una nueva identidad no quiera que vayas fumado a tan importante cita. Que un deprimido Jesse quiera colocarse, también. Vamos, que Huell no aparece de la nada para birlarle el último plot point a Jesse, quiero decir; orfebrería de guión.
-Parece que la última barrera infranqueable es la de la familia. Hank y Belize no son compatibles, lo afirmó expresamente Walter la semana pasada. Pero, ¿no va Breaking Bad precisamente sobre un tipo que va derribando todas esas barreras? ¿Cuántas veces a lo largo de estos seis años hemos pensado: “bah, eso no lo haría Walter…”?
yurik
Creo que este episodio podría entrar directamente en el top5 de la serie, el momento del video es sencillamente espectacular.
Juanjo
La verdad es que muy mal lo tendrían que hacer (cosa que no parece vaya a suceder) para que no acabe siendo de las 3-5 mejores series de la historia.
Jorge
Muy buen capitulo. Buen comentario Alberto.
El que me preocupa tambien es Hank. Creo que se va a meter en problemas incluso él como siga trabajando por su cuenta. Eso de quedar en un restaurante con un asesino criminal a charlar sobre su rendicion, aunque sea su cuñao… Creo que va a tener problemas. Marie ha utilizado dinero de metanfetamina y Hank puede volver a andar gracias a ese dinero. Marrón para ellos.
Y a mi lo de que a Jesse se le encienda la luz de repente e hile tan rápido con el tema de que le quitaron el ricino en su dia … me ha parecido de una cabeza de premio nobel.
Mikel
Respecto a lo de Jesse y el cigarro…¿cuantas veces hemos tenido una revelación significativa por un simple detalle que pasaría por ser insignificante para otros? El inconsciente nos trae a veces estos \”regalos\”.
Lo que me parece extraordinario de Breaking Bad es su mixtura de géneros: se ha hablado de thriller, de western, de tragicomedia, etc En esta última temporada, deberíamos hablar de terror. Ya desde el prólogo del primer episodio se adelanta una auténtica tragedia en la vida de unos personajes a los que hemos amado y seguimos haciendo con dedicación y mucho cuidado.
Es extraordinario como los guionistas juegan con el espectador y su psique. Si en un primer momento, parecen jugar con la carta de tono cómic(o) para crear un sano distanciamiento psicológico en el espectador (espectador, puedes estar tranquilo esto no es nada más que un divertimento), con el paso del tiempo, los guionistas han obviado esa \”comicidad\” para entrar en un brutal drama en el que hacen directamente responsable al espectador de su identificación psicológica con el \”héroe\” ahora antagonista. Como ocurriera en The Shield, el espectador es cargado con la culpa de ser un auténtico monstruo. Nuestra sombra reflejada en el espejo. La confesión de Vick Mackey y el 52 cumpleaños de Walter White
Mikel
quería decir \”unos personajes a los que hemos amado y seguimos ***amando\”
SirLameth
La epifanía de Jesse a mi tampoco me parace nada forzada, sobre todo si tenemos en cuenta que en su momento, su primera sospecha fue esa. Que Walter había usado a Saul para quitárselo y envenenar a Brock.
Gran análisis, tanto de este episodio como de los anteriores. Aquí has ganado un lector.
yonomeaburo
En mi review hago hincapié en el plural del título. Aquí no hay solo la confesión (falsa) de Walter, se desarrollan otras tantas, entre ellas las de Todd. La mentira tan arraigada en esta serie, da pie al posterior remordimiento y confesión. Marie confiesa también. Y Saul. Y hasta Walter acaba asumiendo la muerte de Mike.
El abrazo de Walter a Jesse a estas alturas de la película da igual si esconde aunque sea una milésima de verdad. La conversación anterior con Walter Junior creo que sirve para dejar claro por qué \”hijo\” apostaría este hombre. Igual que Walter con Heisenberg, Junior se hace llamar Flynn. Me intriga este paralelismo. No han desarrollado el potencial de este personaje que podría ser su verdugo. O su aliado.
En Todd, en el regreso al negocio, creo que está la clave. Walter se tiene que defender de Jesse como sea. Por otra parte, Todd podría ser su ejecutor último o al menos el chivato. Si Skyler se entera que Walter ha vuelto a las andadas, irá contra él. Y si su familia va contra él, Walter perderá una de sus motivaciones para seguir luchando.
Lo peor de este episodio es cómo Jesse descubre la verdad del asesinato de Brock a manos de Walter. Aunque subliminalmente Gilligan nos dé pistas (o tal vez por eso) lo veo muy forzado. Me recordó al descubrimiento de Hank sentado en el vater. Vale que la vida tiene estas casualidades retorcidas, pero cuando se abusa, no gusta.
Lo mejor de este episodio es la situación de Hank. Le ha engañado todo el mundo. Hasta su mujer. Que no se lo haya contado a nadie fuera de la familia me hace dudar de sus buenas intenciones. Por momentos, parece sufrir del ego de su cuñado.
Más: http://yonomeaburro.blogspot.com.es/2013/08/breaking-bad-5×11-confesiones.html
Contratacion de Artistas
Es para mi la mejor serie lejos! despues de lost es una serie que me atrapo y aunque la comparan con the walking dead en cuanto a lo que provoca, esta me atrapo sin dudas cosa que no tanto twd con la que ya perdí el interes un poco.
Christian
Como siempre buen artículo. Y hablando de spoilers, puedo apostar que Jesse morirá muy pronto, me lo dice la escena del desierto donde se aprecia una tarántula caminando hacia la nada pero se desvía en dirección a Jesse (llega Walt y no se vuelve a ver a la tarántula, pero estaba ya prácticamente en frente de Jesse) esa escena me recuerda a cuando El Niño de la moto atrapa a una tarántula y más tarde este es asesinado por Todd.
La muerte será para el portador de la tarántula.
Roberto
Otro guiño de los guionistas a los seguidores de la serie… La calle donde Saul envía a Jesse a esperar una nueva identidad es la misma a la que le envió Walter para matar a Gale en \”Full measures\” (4.13).
marclluis
Gran review, como es habitual.
– En referencia a la velocidad de crucero que ha cogido la serie, lo que chirría un poco es que necesitaron 4 temporadas para un año (50 a 51 años) de Walt y con la quinta pasa el mismo tiempo. Han tenido que comprimir mucho las cosas, pero como indicas estos tres episodios no tienen reproche alguno.
– Todd creo que lo explica para que entiendan lo que ha sido capaz de hacer. En resumen, que es un hombre válido para el trabajo y los tiene donde toca. (hace semanas que termine de fer FNL y me falta Matt Saracen cada vez que sale). Para próximos episodios: creo que no será capaz de cocinar tan bien como Walter (faltaría más…) y empezarán las presiones serias para que vuela o que le haga un curso avanzado.
– Explicar el odio a Skyler mediante el machismo es de una pobreza tan grande…Como si no se hubieran idolatrado personajes femeninos en el mundo de las series! No puedo estar más de acuerdo con tu explicación en el post anterior, este giro de guión que la buena sea el antagonista es grandioso. Y es que todos queríamos ver a un Walter triunfador y Skyler era su freno de mano. Hasta que Walter se pasó de la línea.
– Lo de Jane, la verdad no creo que Jesse se acabe enterando nunca. Si no me equivoco, creo que Walter es el único que lo sabe. Como mucho veo una confesión en el lecho de muerte de Jesse. Si mata a Jesse, podemos decir que los límites de la familia se habrán traspasado? Yo creo que sí (recordemos cuando confunde a su hijo y lo llama Jesse).
– La gran duda que tengo es, para quién irá dirigido el ricino que va a recoger a su casa destrozada el Heisenberg del futuro? Yo apuesto que para Jesse….que terminaría siendo asesinado por el veneno que NO usaron con Brock (recordemos que se lo hace creer pero usa la planta, no?).
Ganas del siguiente. Gracias por el blog, una vez más,
Marc.
sara_c_t
Me encantas las mechas que enciende Gilligan, y la mayoría están a punto de explotar. Como por ejemplo, la conciencia de Skyler, que no puede más por lo que le está haciendo a su propia hermana (veremos más miradas perdidas, o reacciones de otro tipo?).
Qué va a pasar con Walter Jr? Qué bola le van a meter con lo de la casa? Creo que él también tiene un límite a la hora de creerse todo, y estaría bien que fuera un personaje claro para el final, es decir, que muchas cosas dependieran de él ( Alberto, me pareció leerte una idea similar hace varios articulos).
Gran análisis. Serie de matrícula de honor. \”Orfebrería de guión\”, qué grande.
sara_c_t
por cierto, soy la única que quiere que jesse se entere de lo de jane, y crezca más aun su \”radib dog\”? (otra mecha encendida…)
José
A mi este capítulo me ha parecido una muestra más de que los guionistas van con todo hasta el final. Me ha parecido muy acertado el contraste entre la confesión falsa de este capítulo y la sincera que graba Walter en el piloto de la serie (y que, en un guiño más empieza de la misma manera).
Sobre lo de Todd, me parece más significativo lo que no cuenta de la historia que lo que sí y creo que sirve para subrayar una vez más la diferencia entre Pinkman y èl.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Jesse James
Es posible que el vértigo sea consecuencia de los pecados de la 5.1. Y es muy cierto que el hecho de estar llegando a la meta justifique en parte un ritmo más trepidante.
Pero aún así, como ya dije, sea consecuencia directa del vértigo que ya impusieron a la trama des de la 5.1, o sea por falta de metraje, creo que en todos esos momentos se podrían haber sembrado mejor los motivos asociados que están acelerando la trama.
Y a mi modo de verlo, en este capítulo (que, insisto, me ha encantado! Y estoy muy de acuerdo con todas las virtudes que comentas!) se ha vuelto a ver otro indicio.
Me refiero, claro esta, al ricino. Está bien, la epifanía (causal) de Jesse no es comparable por su torpeza y casualidad a la de Hank. Pero sí me ha parecido un tanto forzada. Solo ha faltado usar otro flashback cutre de los que ata cabos para el espectador (que si usaron en el descubrimiento del váter.)
Y quizá en este caso hubiera estado más justificado usarlo. Porque no es poca la gente que no terminaba de acordarse muy bien de toda esa trama del cigarrillo de ricino (y mucho menos del robo casi subliminal de Huell en su día.)
Vale, los devotos de la serie recordábamos todo el tema de los cigarrillos y el ricino perfectamente y como bien dices, ya hemos anticipado el robo de la maría. Pero creo que la mayoría de espectadores (del mismo modo que difícilmente hubieran recordado lo del libro de Whitman sin el refuerzo del mencionado flashback \”W.W\”) no terminaban de recordar toda la trama del cigarrillo (incluidas las motivaciones de Walt para dar ese cambiazo).
Pese a ello, estoy de acuerdo con SirLameth, la epifanía de Jesse no es forzada o contradictoria con el personaje, puesto que ya sospechó de ello en su día. En cambio sí me parece forzada respecto al espectador. Puesto que \”las motivaciones construidas antes que los movimientos\” se sembraron hace demasiado tiempo en la memoria del espectador medio (que en general no suele ser un fan devoto tan obsesiando con la serie y su análisis) y quizá ha faltado regar más esas semillas por el camino para ir siguiendo el crecimiento de la planta* (esa \”Lily of the valley\” sobre la que apuntó la pistola de Walter.)
(*) Aunque como dices, si se hayan plantado semillas que justifiquen totalmente la trama de birlarle los porros sin que parezca forzado.
En cierto modo (aunque las piezas encajen ya que la trama sigue siendo causal y lógica) creo que no deja de ser un poco tramposo que alguien lance una semilla, y al cabo de dos años nos muestren una auténtica palmera de 10 metros. Y eso, para mí, sí es comparable a la epifanía de Hank.
Jesse James
Por cierto, un detalle tonto! En la escena final, en el plano des del punto de vista del bidón de gasolina, se lee claramente \”DANGER\”, lo cual evoca al mítico speech: \”I\’m not in danger skyler, I\’m the DANGER! A guy opens his door and get shot, and you think that\’s me? no, I\’M THE ONE WHO KNOCKS!!\”…. Y acto seguido Jesse destroza la puerta, convirtiendose en \”the one who knocks\”!
El incendio (que dejará la casa de los White en el estado en el que la vimos en el flashforward del 5×09?) podría hacer regresar a Jesse a comisaría, esta vez con muchas más probabilades de confesar contra Walter. A partir de aquí, Skyler renuncia al ver la familia en peligro (otra vez más) tras el incendio…. Y Walt… ¿Demasiado pronto para que decida escapar? Poco le falta.
carlos risu
Guau. No ando para análisis, solo voy a dar testimonio de un hecho que, por mucho que me joda, es cierto. Leerte añade capas de disfrute a la serie. Eso no es muy frecuente, de hecho, cada vez menos y cuando te pasa hay que CONFESARLO. Es un hecho y otra cosa es que esté de acuerdo.
Rebuscando en las simas de mi educación católica solo alcanzo a comprender que Gilligan tiene en común conmigo esa y otra cosa: Pese haber nacido en Virginia (vaya usted a saber dónde queda eso) sufre la misma fascinación por el desierto. Yo, que no nací en New Mexico sino en la Mancha, no puedo estar más de acuerdo.
Es una serie enorme. De momento, ojo. Y con tus textos, mil veces más adictiva. ¡maestro! (jajaj, hale risu, a ZZZZ)
AlbertoNahum
Ahora que tengo más tiempo, os respondo a los comentarios. A ver si logro hacerlo también a los de las dos semanas pasadas.
YURIK: Creo que los tres capítulos que llevamos podrían entrar en el top ten de la serie fácilmente.
JUANJO: Agreed!
JORGE: Umm, no sé si de cabeza de premio Nobel. Acuérdate que durante dos capítulos (4.11 y 4.12.) él estuvo con la idea de que era todo un montaje de Walter. Hasta le insinúa que Huell se lo habría quitado. Yo creo que casa, un pelín forzado, pero desde luego no sale fuera ni de la psicología del personaje (Pinkman es listo, no hay duda) ni de su obsesión con el tema hace una temporada.
MIKEL: Yo lo repito mucho, el gran referente para este cierre es la historia de Vic Mackey y cía. Hay muchas preocupaciones comunes y tramas y moralidades que las unifican. No había caído en la relación entre esta y aquella \”confesión\” (\”I\’ve done worse\”).
SIRLAMETH: gracias. Lo que le decía a Jorge: las pistas están bien plantadas.
ROBERTO: Bueno, esta está mucho más atada que Lost. No hay esa sensación de improvisación. Vemos cómo detalles de temporadas anteriores cobran relevancia ahora.
CHRISTIAN: Puff, no sé, yo apuesto a que Jesse acaba vivo. ¡Sería tan cruel acabar con él! Al fin y al cabo, no es más que una víctima de Mr. White. Aunque, como decimos, ¿qué barreras faltan por derribar?
ROBERTO: Sí, me di cuenta, pero no me cabía para meterlo en la reseña. Pensando luego en eso, ¿podría ser un guiño para hacer ver al espectador que, en lugar de \”darle una nueva identidad\”, se lo iban a cargar, como a Gale? Ummm.
MARC: En el blog de Sepinwall o en Vulture, no recuerdo ahora, sugieren que el ricino podría ser para Lydia (suponiendo que, en efecto, los últimos antagonistas sean Todd y familia). Con respecto a lo de Jane, bueno, un arrebato de Walter puede hacerle decir la verdad. O la culpa. Recuerda qué cerca estuvo de cantar, por puro remordimiento, en \”The Fly\”.
SARA: Skyler aún puede dar giros. Y cuadrarían. Yo he insistido otras veces en que lo de Jane no puede quedarse sin saber por parte de Jesse. Sería la última bomba.
JOSÉ: Pero, ¿por qué no cuenta lo del niño? No termino de entenderlo desde el punto de vista de la psicología del personaje. Una vez que incrimina a toda la peña, ¿por qué dejar de lado ese detalle? No es precisamente algo que vaya a asustar a su tío, je.
JESSE: Ay, ahí discrepo (de nuevo, je). Por dos razones: en primer lugar, los seguidores de esta serie son muy fans, no es una serie para ver de forma casual. Fíjate, además, como ha doblado su audiencie en USA este año. Todo el rato están premiando a ese espectador. Pero, además, usan esos guiños al pasado de forma que siempre haya una forma para recontarlos. El propio Jesse, cuando está dándole una paliza a Saul, recuenta aquello. Todo. Lo mismo pasa con la confesión de Walter, rememora mucho de la trama. Y detalles así (de gratificación y recuerdo al mismo tiempo) hemos tenido varios en estos tres capítulos. Por eso no necesitaban ningún flashback: lo del ricino era de mucha mayor entidad que un librito firmado.
RISU: Pero, nene, ¿por qué te jode? Es como el comentario del otro día: casi te imagino enfadado… ¡por que Breaking Bad sea tan buena! Que no, vente de cara porfa, que lo disfrutarás más, ya verás (por cierto, lo de BBad como cómic también lo explica Zoller Seitz en Vulture; te pasaré el enlace, te interesará).
carlos risu
MMMm ¿Por qué me jode? ¡Católica pregunta esa! Voy a intentar pensar como Vince, verme desde fuera y proyectar mi conocimiento, mis inquietudes y anhelos, mi percepción, mi intuición, todo eso. Y hacer unos dólares, ojo, que esto es AMÉRICA. (No hay paro, como bien sabe WW: O hacemos pasta o al hoyo).
1) Me jode por el hype. Barrera inocua, cierto, pero útil en según que desierto: \”Os odio, fans de BB, etc\”. 2) Me jode porque… ¡soy católico! ¡aunque no quiera! Ese es un quid que pocos aciertan a vislumbrar: la educación católica (Al contrario que… no conozco otra, jaja) es un palo y una zanahoria. Ni es buena ni es mala, de hecho, es simplemente algo que te marca, que te da unas pautas. Son señales. Ser adulto consiste en ser capaz de manejar el resto de info para encontrarte a ti mismo. Breaking Bad me resulta casi tan fascinante como te resulta a ti, y me jode. 3) Me jode aceptar que pienso igual. Lo fácil ahí ahí sería echarle la culpa a que no tuve padres como Jesse, o que sufro una desgracia como Walt, o que soy una esposa mal follada como Skyler, o que me falta un pedazo de cerebro como Jr, o que soy una histérica neir´tica como marie o que soy, simplemente, un drogadicto manchego incapaz de escapar de un desierto.
¡Y leer no me ayuda tanto, pero me hace sentirme muy bien en según qué casos!
Mi apuesta next week: A Walter no le crece el pelo.
carlos risu
Lo de nene precioso, por cierto.
AlbertoNahum
Es mi raigambre murciana: nene, nena, acho, zagal… cosas así.
Carnivex
Felicidades por la página en general, y por los resúmenes semanales de Breaking Bad en particular. Estos tres últimos episodios han sido de infarto, sobre todo la \”confesión\”, aunque hay algo que no tengo muy claro, y es si en realidad ha vuelto el cáncer. Vale que Walter regresa a quimio y que se desmaya tras esconder el tesoro, pero esto último es de lo más normal. Quién no se desmayaría tras tanto esfuerzo. ¿Y si sólo se trata de otra mancha de neumonía (¿era eso?) como en la segunda temporada? En el flashforward no se le ve tan desmejorado, sólo lo típico en alguien bajo mucha presión. Y si quizá sí regresó, puede que en una ironía y putada final, le permita vivir varios años, algo que Walter ya no podría hacer, pues si todo se fue al carajo, no tendría motivos para tirar. De ahí volver a por el ricino, a darle el primer, último y gran uso que nunca tuvo, tras una masacre final con metralleta, algo que me imagino en plan Grupo Salvaje.
Decías en el resumen del diez que estabas de lado de Hank y Marie; yo cambio de bando en todo momento, aunque el pobre Jessie quizá sea el que más tira, sobre todo después de este episodio.
Un saludo y gracias por leer esto que nada aporta a lo ya expuesto por ahí arriba.
Mikel
@Alberto,
Me pregunto si hay posibilidad de redención o, por si el contrario, asistiremos a una final catártico y desolado…y si entre a y b existe una opción intermedia: un nuevo orden y un equilibrio que surge del caos y la violencia y un nuevo personaje, Mr Lambert, que integra en equilibrio la luz (White) y la sombra (Heisenberg). Esto implicaría una posición legal dentro del sistema (protección de testigos), al mismo tiempo que el pago de la factura \”moral\”, posiblemente la terrible muerte de un ser querido por la parte más impredecible (su propio producto).
La violencia del acto final (la metralleta el ricino), entonces, correspondería más a una inercia (ese Vick Mackey cogiendo la pistola en la última secuencia) o un acto justiciero que a una necesidad de supervivencia.
Yo apuesto por ello.
carlos risu
Jaja, Eh, lo de nene es que me dibujó una imagen mental, Alberto. ¡Como un día puse un link a tu texto en una reseña mía y les dije que eras mi padre! jajaja. Lo de nene precioso, entrrañable, y hasta cierto punto cierto. Una referencia mundial este blog de series, la más humana que conozco. mejor que la de Mike, sin duda. Ahí queda confesado, hasta que tenga tiempo de elaborar un análisis sobre la misma serie. Mi problema con ella es que no tengo distancia todavía, necesito que termine. Zagal.
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carlos risu
ya entiendo lo del robot, jaja.
Pirri
Leer este post y estos comentarios después de ver el capítulo y saber que hasta la semana que viene no veré el siguiente y añadiendo que si hago click al siguiente post desvelaré los misterios que me devanan los sesos es de una tensión y un estrés alucinantes…………
Genial el golpe del vídeo, me quedé acojonado. Espectacular el desenlace con Jesse dando se cuenta de la tostada y rociando de gasolina la casa de White. Recordando el inicio de la temporada cuando Walter va a por el Ricino no me parece que la casa esté incendiada…. Vosotros ya lo sabéis y yo no, no digáis nada.
Alabado sea Vince Guilligan por haber parido tamaña serie.