La retórica del exceso es como la nitroglicerina: si se manipula mal, te explota volándote los cojones.
En algún momento tenía que precipitarse este perpetuo equilibrio sobre el alambre que propone American Horror Story. Su aquelarre de escoba, esclavo y Balenciaga se ha metido una buena costalada, ardiendo en la pira del infierno. En esencia, Coven ha mantenido todos los ingredientes que hicieron grande a la franquicia: el pastiche emboscado, la libertad y el libertinaje estructural, una puesta en escena arriesgada y alucinógena, una imaginería entre pop y kitsch, un elenco actoral que juega al extrañamiento del re-conocimiento y ese gusto perverso por epatar sin la necesidad posterior de recolectar las mandíbulas caídas.
La fórmula estaba clara; el conjuro es lo que ha andado averiado esta vez. Por varias razones. La primera y más importante ha sido la inanidad de la trama. La tercera temporada, tan fashion ella, ha sido muy aburrida, un bostezo que ni la cabeza parlante de Kathy Bates lograba aplacar. Tanta vuelta y revuelta, tanto shock, tanto grotesco Papa Legba, tanto Evan Peters desaprovechado, tanta muerte a tiempo parcial (aquí resucita hasta el mayordomo) ha generado una nigromancia caótica, de orquesta sin batuta, de colección de secuencias sin tejer. Lo tangente se ha impuesto una y otra vez a una historia principal falta de garra y, lo que duele más, incapaz de resistirse al hechizo del ridículo (¿un remedo ochentero de Stevie Nicks, en serio? Zzzzzzzzzzzz).
Demasiado caracoleo para terminar apostando por una suerte de Juegos Brujolímpicos, como apuntan con cashondeo en el Huff Post.
La diferencia con otras series de Falchuck y Murphy (Glee, Nip/Tuck) es que aquí siempre disponen del botón de eject: el formato serie-miniserie (o serie antología, como llaman a la hasta el momento subyugante True Detective) les permite poner el contador a cero de cara al próximo año. Sin embargo, ains, los posos del café no son halagüeños, puesto que American Horror Story Coven ha pecado de soberbia o, si lo prefieren en términos físicos, de inercia. Se ha dejado llevar. Los creadores han optado por la guerra de guerrillas y han descuidado por completo la retaguardia, esto es, la coherencia dramática, la profundidad en los personajes y la acumulación emocional. Durante la finale, ¿alguien ha sufrido lo más mínimo por el cruel destino de las concursantes? ¿Acaso nos mueve un músculo la hoguera de Myrtle o la devastación de Fiona? No.
Sin la tensión doméstica del notable primer año ni la insana melancolía del sobresaliente segundo, Coven se ha quedado en el gesto: una bella y siniestra pompa de jabón -vacía, por tanto- que se diluye con solo mirarla más de la cuenta. Pura retórica del shock, ineficaz y neutralizada, donde tanto giro imposible y hemoglobina adulterada han logrado que al espectador se le caiga la mandíbula. Pero no de sorpresa y fascinación -como en Baircliff o con los Harmon– sino de aburrimiento y sueño.
PRESIDENT MAO
¡POR FIN! Creía que era el único al que esta temporada le ha parecido un tostón. Ya sólo falta que a la locaza de Ryan Murphy se le vaya la pinza del todo y para la cuarta de ASH fiche a Alaska y Mario…
Maria Alvarez Valc
Estoy muy de acuerdo con todo lo que dices. Aun así, la he disfrutado. Un saludo Alberto!
sturmj81
muy de acuerdo Alberto, de hecho en mi post me pasa lo mismo, un fondo muy bonito pero ni trama ni personajes profundos y un absoluto desaprovecho de los personajes, yo vi el ultimo el 3×13 en duermevela, un cierre muy anticlimático y en una palabra, soporífero. Yo creo que al final los productos de Murphy pecan de lo mismo, soy muy artificiosos, muy kitsch pero les falta un fondo claro.
mark
Alberto, echale un ojo a True Detective.
carlos risu
Definitivamente este blog es genial. por mucho que se empeña la STORIA. A mí me dan de curro tener que escribir sobre esto y es que ¡aprendo!
La serie o lo que sea es una superbowl tras otra y os juro que solo he visto una superbowl en mi vida. Es perder el tiempo ese que ya sabes que has perdido. Es un noséqué de nosabesquéquieres. Y si eres bruja, o mujer, o artista de las de las de la S02, peor.
Es como cuando en febrero la SL y dejan de emitir series decentes los lunes y encima el atleti es ¡líder! Ni siquiera me molesté en entender el significado de \”Coven\”. Pura estupidez en el sentido de no decir nada mientras te cuent6an algo que jamás tiene sentido. Es de esas series que mejor no sueñes con ellas porque te recordarán lo joven que fuiste y el tiempo que perdiste.
Más aún si las \”reseñas\”
Boyerooooo no seré, brujitos, que os veo venir.
Y el estilo algo aburrido lo veo.
carlos risu
True Detective, que os veo venir, es como el antídoto a tanto \”no decir nada con tanto efecto\” pero luego miras True Detective y realmente no dice casi nada tampoco. Yo no comprendo la trama, ¿hay un asesinato? ¿gente horrible que mata gente en nosedónde? No, lo que hay es un deseo de que dedicar tiempo, fe, religión y blogger para VER series los lunes tenga sentido.
Cecilia García (@averseries)
Hola Alberto, tienes más razón que un santo en todo lo que dices. Esta temporada ha sido caótica y absolutamente aburrida, a pesar de que el inicio deparaba una historia al menos entretenida. A Ryan Murphy se lo perdonamos casi todo excepto que nos haga roncar. Por cierto, no me había dado cuenta pero yo también he empleado la palabra \”bostezo\” en mi review, jeje. Un abrazo y espero que todo te vaya genial con el nuevo miembro de la family. Por cierto, ahora estoy viendo The Shield y no veas cómo me vendrías para echar una cerveza!!
herb_b
Estoy de acuerdo en todos los defectos que le sacas, excepto en lo de que sea aburrida: si, ha sido muy fallida en bastantes aspectos, pero yo siempre encontre en cada episodio cosas de sobra para pasarlo bien pese a ello.
C. C.
Nada, sólo quería preguntarle a Presidente Mao qué tiene que ver lo locaza que sea o deje de ser Murphy con nada. No sé, igual es que soy tonta.
AlbertoNahum
Yo no siquiera sé cómo es físicamente Ryan Murphy pero, en efecto, su porte no es relevante para calibrar sus obras televisivas.
carlos risu
La verdadera depresión es que Alberto no ha vuelto a escribir. Y jode.
carlos risu
Buenoooo, tampoco es pa tanto, que no es Casciari, HEHE.
No cobra.