The Wire y The Shield (recién bautizada como mejor serie del año por la revista Time) son excelentes ejemplos de cómo las mejores historias se cuentan ahora en la pequeña pantalla. Cine negro de 24 quilates. Ambas tienen muchos puntos en común y constituyen un amargo reflejo del ocaso heroico que caracteriza nuestro tiempo: Jimmy McNulty y Vic Mackey son espejos deformados de la legalidad, antihéroes en busca de una imposible redención, males necesarios para mantener el orden mientras el poder barre sus miserias debajo de las alfombrillas.
Las dos series se instalan deliberadamente en el terreno de la ambigüedad moral, donde las nociones de bien y mal se mezclan, se desdibujan y sacan vitamina dramática de su permanente contradicción. Las dos son policíacas, con multitud de personajes e historias cruzadas; tanto en The Wire como en The Shield nos encontramos -si bien enfocado desde distintos ángulos- un afán extremadamente realista.
The Shield es una serie áspera, dura, descarnada y difícil de ver. El lado oscuro del sueño americano queda al descubierto en una dura comisaria de Los Ángeles donde destaca el equipo de asalto liderado por el violento pero siempre eficaz Vic Mackey, un “Al Capone con placa” (1.1. “Piloto”). A lo largo de las siete magníficas temporadas de The Shield, la ley es papel mojado y la corrupción un billete de ida y vuelta: se tortura a los acusados, se falsifican pruebas, se obtienen “beneficios extra” de las redadas y el sistema policial está tan contaminado que la moral es una palabra que hace mucho tiempo que dejó de tener sentido para Mackey: “Mis calles, mis reglas” (3.9. “Nudo corredizo”).
Su ética y su estética ya se apuntaban en la obertura del piloto.
The Wire es el relevo audiovisual de los literatos del XIX. Jamás se ha hecho algo igual. Dickens en versión catódica, con Baltimore y el narcotráfico sustituyendo al Londres victoriano. Esa gran tragedia americana contada en cinco temporadas y 60 episodios compone un fresco social de las miserias de nuestra sociedad, desde el crimen organizado al cataclismo educacional, pasando por la ética periodística o la corrupción de la clase política. The Wire resulta atractiva no solo por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta. Simon y Burns, sus creadores, han optado por incluir tiempos muertos, investigaciones fallidas, finales abiertos y una ingente cantidad de caracteres para convertir la serialidad en un continuum narrativo que hace de la obra una auténtica “novela-río visual”.
Así comenzaba esta epopeya en junio de 2002 (1.1. “El objetivo”):
Volveremos sobre ellas, os lo aseguro.
Álex
Este blog es sumamente perjudicial para la familia. Aconsejo dejar de leerlo.Ya con esta primera entrada a uno le entran ganas de ponerse frente a la televisión a ver las dos series. Pero claro, una son cinco temporadas, un total de 60 capítulo. The Shield son 7 temporadas, y un total de 88 capítulos. Entre las dos, a una media de 40 minutos por capítulo, suman la friolera de 5920 minutos, es decir, casi 99 horas de visionado.Si dejo de hacerle caso a mi esposa e hijos todas las noches de lunes a viernes -el sábado y el domingo habrá que intentar reparar el desaguisado- para ver un par de capítulos antes del merecido descanso nocturno, tardaría cuatro meses en ver estas dos series. Pero creo que al mes y medio me habrían echado de casa…Lo dicho: dejen de leer este blog por el bien de su familia.
Nahum
Jeje, esto es un hermano y lo demás son tonterías…Las estadísticas dicen que los españoles vemos más de tres horas de televisión al día. Es decir, unas 25 horas a la semana. Si uno resta el necesario telediario y algún que otro partido, quedan muchísimas horas en las que uno puede ser su propio programador. En poco más de un mes podrías ver las dos temporadas completas. Solo habría que cambiar el \”ver televisión\” por \”ver televisión de calidad\”. Je.
S.A.
¡¿Y qué más da el tiempo que tardes mientras veas lo que quieras?!Consejo para los casados: ¿y si, de vez en cuando, veis algún capitulillo agarraditos a vuestro cónyuge mientras los enanos duermen? ¡Seguro que así disfrutáis el doble! ;)S.A.
Alfon Swearengen
Me alegro de la existencia de este maravilloso blog y doy a las gracias a su creador por compartir con nosotros su inmensa sabiduría.Estaba claro por dónde, este señor, iba a comenzar su particular singladura en la blogsfera. Sí señor, The Wire y The Shield son insuperables (espero que algún día igualables). Quizá yo recomendaría comenzar por The Shield que tiene un ritmo más trepidante y no tan experimental. Su arranque es espectacular, con uno de los mejores episodios piloto de la historia de la televisión. Y si Vic Mackey y su grupo de asalto te han abierto el apetito, continúa con la joya de la corona de la HBO.¡¡Sigue así Alberto!!
Jimmy Dix
Si hablamos de grandes series, y en este caso refiriéndonos a pilotos geniales, para mí el mejor inicio de una serie jamás visto es el de Studio 60 on the Sunset Strip. Es, simplemente, tan sublime como el resto de la serie.Aquí los primeros minutos del piloto:http://www.youtube.com/watch?v=c8L4Ukcm0hA
Sunne
Alberto cada vez me doy más cuenta de lo bueno que eres tío, estoy llegando tarde a estas dos series pero he llegado y cierto es que ambas son diferentes pero sensacionales.Soy de los que opinan que no hay "buenos y malos" si no que cada uno se mueve por sus intereses y en estas series se demuestra lo dicho.
Jorge
Alberto, la serie pinta muy bien. Has conseguido que me vaya a envolver en ese mundo de corrupción del que hablas. Además, tengo una ventaja: Carezco de mujer e hijos.Quizá el estudio nocturno, en mi caso, sea el que me impida engancharme a esta serie. Pero como tu dices, cambiaré los ratos de "telebasura" por "The Shield".