“¿Dios? ¿Qué Dios? Es evidente que no sabéis dónde estáis. Mirad alrededor. No hay ningún Altísimo por aquí para velar por vosotros ni por vuestros hijos. Esto es el paraíso de la langosta, del lagarto, de la serpiente. Es la tierra del puñal y el rifle. Es un territorio sin Dios” (Frank Griffin, 1.2.).
Una tormenta de arena en un pueblo minero de Colorado. 1884. El viento aúlla, apenas armonizado por los cascos de unos caballos. El sheriff Cook y sus hombres van reconociendo la masacre: un cuerpo carbonizado, pilas de cadáveres, un tren descarrilado… Dantesco es el adjetivo que se inventó para estas carnicerías. Aún queda la última cuchillada visual: un terrible, majestuoso, movimiento de grúa que revela el espanto de un niño ahorcado. Ouch.
Como buen cold-open, la secuencia de apertura de Godless (Netflix, 2017) es una declaración de intenciones estética y narrativa. La puesta en escena –depurada en su combinación de épica paisajística y fotografía color ceniza– revela una voluntad de estilo vigorosa, que recicla la tradición del western sin caer en el pastiche. En un género tan codificado geográficamente, da gusto recrearse en las imágenes de la serie, esplendorosas y detallistas, aunque haya secuencias que duelan como el trágico descubrimiento de la mina o la briosa balacera final. En este sentido, Godless tiene mucha más personalidad que Hell on Wheels (AMC, 2011-16), aunque aún cotiza lejos de la salvaje Deadwood (HBO, 2004-06), el brutal western por el que se miden todos los demás que se han realizado en este siglo XXI.
De hecho, la profana testosterona de aquel David Milch adquiere en Godless un énfasis mucho más femenino: mujeres fuertes, hábiles con el gatillo, personificadas en la valerosa matriarca interpretada por Michelle Dockery, una vaquera de belleza pétrea y voz de legionario. La extraordinaria actriz británica transmite estoicismo y fiereza sin renunciar a una heroica y entrañable vena maternal. Esa carta, esa última mirada al horizonte. Dockery confirma que buena parte de la potencia de Godless nace de un elenco soberbio: el villano con gravitas encarnado por un intenso Jeff Daniels, la desprejuiciada Merrit Wever con su menestra de besos y balas o el silencioso y letal Jack O’Connell, un guiño al Shane de Raíces profundas.
Si la factura es impecable y las actuaciones emocionantes, donde flaquea Godless es en el pulso narrativo. En líneas generales, la serialidad estadounidense no maneja la miniserie con la soltura británica, más acostumbrada a las historias de menos de diez horas. Godless se compone de siete capítulos que, en ocasiones, pasan de la hora de duración. Y eso acaba pesando, puesto que no termina de encontrar su ubicación en el espectro que discurre de una película larga a una serie corta. El ritmo pausado ayuda a enhebrar la reflexión sobre la violencia que exhibe el relato y permite desarrollar con liquidez el arco dramático de personajes como el sheriff Bill McNue o la relación entre Roy Goode y Alice Fletcher. Sin embargo, hay diversas tramas secundarias que no terminan de encajar, convirtiendo la morosidad en bostezo: la mayoría de los flashbacks, el periodista embelesado con Frank o los tejemanejes entre la compañía minera y las mujeres del pueblo.
Con sus pros y sus contras, Godless es una serie dura, cruel, a ratos incómoda de ver, pero atravesada por la clásica reflexión política y moral del género. Es decir, un relato humanista y esperanzado. Como reza el título y recuerda Frank Griffin con furia bíblica, Creede es un territorio sin Dios, en efecto. Pero el western es precisamente el intento por ordenar el caos y sustituir la ley del más fuerte por la ley, a secas. Esa violencia fundacional, necesaria, con todas sus zonas grises, para que la sociedad eche a andar y la comunidad prevalezca. Para bautizar los territorios liberándolos de su pecado original.
Jose Valdés
Llevo tiempo esperando a que escribieras sobre Godless, Alberto.
Ya la he visto 3 veces y es una serie que me ha fascinado, rezuma ese aroma a western clásico que tanto cuesta ya ver (incuso en el cine).
Mención especial a los paisajes y la fotografía que son excepcionales. Muchos encuadres recuerdan al gran Anthony Mann, no recuerdo nada a este nivel de belleza en una serie.
Además reflejan una parte del Oeste americano lleno de contrastes, con paisajes alejados de la monocromía desértica habitual en la mayoría de westerns, aquí aparecen praderas, enormes terrenos llenos de color, bosques, arroyos, incluso el mar etc.
Las escenas de doma de caballos, muestran un enorme respeto a la figura del animal, el reflejo de su naturaleza y su potencia, visto en una TV grande con 4K son una auténtica maravilla.
La música es estupenda, la escena final de Jack O’Oconell llegando al Pacífico es pura poesía sonora y visual.
En fin, una auténtica joya, no parece de Netflix.
Por cierto, si bien hay subtramas algo más flojas, la del periodista o los mineros, no me parece que tenga como defecto el pulso narrativo, todo lo contrario, disfruto cada capítulo y cada toma, me gustan los flashback, también como desarrolla la personalidad del jefe de la banda de forajidos, junto con la de ese sheriff tan humano y honorable, acusado de cobarde cuando en realidad es miopía, el pueblo de los negros y su historia en la guerra civil americana, la dura vida en ese pueblo minero lleno de viudas. Por no hablar del tiroteo final de más de 20 minutos, brillantemente rodado.
La comparación con Deadwood es interesante, pero me parecen muy distintas, la de HBO es mucho más pausada y costumbrista, que pena que la dejaran inacabada, es probablemente mejor, más compleja y además tiene al personaje de Al Swearengen (Ian Mcshane), quizás una de las 5 mejores actuaciones en series de siempre.
Pero no tiene la belleza visual de Godless, ni su música, esos paisajes, esas escenas de caballos, ni me hace sentir lo mismo, aunque Deadwood me parece una obra maestra.
Donde veo más similitudes con Deadwood es que prosigue e incluso profundiza la exaltación de la figura de la mujer en el Oeste, tan difuminada en el cine siempre y que ya Deadwood anticipaba.
En este aspecto, Godless coge bastante de ésta, veo claras similitudes entre Alice Fletcher y Alma Garrett, entre la pistolera masculinizada de Merrit Wever con Calamity James, el duro mundo de la prostitución de la época que tan bien reflejó Paula Malcomson en Deadwood, tiene reminiscencias en Creede, o una joven Kim DIckens como mujer emprendedora, que recuerda a ese impulso de sobrevivir por su cuenta de las mujeres de Godless.
Un saludo Alberto y gracias por seguir escribiendo tan bien sobre series.
Flames
Jo, no la conocía. Habrá que darle una oportunidad.
Aunque respecto a DEADWOOD….. la disfruté un montón. Pero en mi opinión se convirtió en una parodia al final. Al Swearengen, que al principio daba miedo, al final daba risa y se convertía en un personaje medio cómico y que nos divertía, pero ya no era lo mismo.
Flames
No he leído la crítica hasta ahora, tras poder ver la serie.
Pues no me ha gustado. Me ha parecido tramposa. Coincido en que la factura y los actores están perfectos. Pero los personajes, trama, subtramas…. se van sucediendo con el único fin de contentar a un espectador adolescente, haciéndole creer que está viendo un western “auténtico” y no como los que se hicieron antaño.
Era lo que pensaba decir…. y veo que es más o menos lo que se señala en la crítica.
Que me perdone D. José Valdés.
Jose Valdés
¡Nada que perdonar! Faltaría más, cada uno tiene su gusto.
Que más quisiera yo seguir siendo adolescente…pero no, el western debe ser mi género favorito, me crié viendo los clásicos de John Ford (Centauros del Desierto, Liberty Valance, La Diligencia…), Howard Hawks (adoro la Trilogía de los ríos, o ese maravilloso western decadente que es El Dorado), los maravillosos western de Anthony Mann que rodó con Jimmy Stewart (Winchester, Horizontes Lejanos, El hombre de Laramie…), o la posterior vuelta de tuerca que dio el gran Sam Peckinpah (Grupo Salvaje, Duelo en la alta Sierra, la poética Pat Garret y Billy El Niño…).
Por no hablar de High Noon, Incidente en Ox-Bow…
Y sólo puedo decir que, salvando evidentemente las distancias con estas obras maestras, Godless es con diferencia la obra de este género que más he disfrutado desde Sin Perdón, por encima de las más recientes como Appalosa, Salvation o Blackthorne, Valor de Ley…
Sólo puedo alabarla, verla más veces y, rezar porque sigan haciendo más series así.
Y a usted, pues lamentar su decepción y recomendarle que vea las películas que he mencionado, si no lo ha hecho ya, que supongo que sí.
¡Un saludo!
Flames
Ehhhhh, que yo también he crecido viendo todos esos westerns…. incluso me encanta JOHNNY GUITAR. 😉
Respecto a esas películas…. cada vez tengo más ganas de ver películas de “antaño”. Debe de ser la vejez.
Leah
Absolutamente de acuerdo con tus puntos de vista. Los westerns ya eran cuestiones del pasado, pero creo que esta serie con la fotografía y paisajes no habituales, la música y los escenarios arquitectónicos muy realistas dieron el marco perfecto a las actuaciones de todo el elenco para llegar a esta realización que supera por lejos el 90% de lo que ofrecen en televisión las empresas hoy en día sin argumentos atractivos. Godless es diferente por lejos.
Juan I.
Coincido con Flames. Las hechuras son de clásico, pero finge. No es sincera. Un western con los ojos del hoy, políticamente correcto. Le ha encantado a mi hijo adolescente. Yo me retocía en el sillón. Para mi, una gran decepción.
MARIMAR
Acabo de ver la serie en modo “maratón”. 7 capítulos en 2 atacadas en tiempo de pandemia Covid-19. Me ha entusiasmado y he salido con un sabor de boca fantástico. A mí me ha parecido una obra coral en que todos los intérpretes, principales y secundarios, actúan estupendamente. La fotografía y la música fantásticas, como en una gran producción de los Western clásicos. Jeff Daniels me ha parecido hipnótico y tremendo. No me extraña que se llevara el Emmy como mejor actor de reparto.
La he visto doblada y voy a dejar pasar unos días para verla de nuevo y degustarla como un buen vino en versión original.
Yo, que amo y he disfrutado gracias a mi padre de todos los grandes clásicos “Los 7 magníficos”, la “Trilogía del Dólar”, “Centauros del desierto”, “Horizontes de grandeza”, “Solo ante el peligro”, “Sin perdón”, “Duelo en la alta sierra”… he disfrutado como una enana de esta experiencia y me ha sabido poco pero ya he visto que la serie se concibió como una miniserie de 7 capítulos sin 2ª parte y hay que conformarse y aceptar su final.
La recomiendo al 100%.