La próxima semana concluye en Movistar el nuevo producto televisivo de Steve McQueen, el oscarizado director de Doce años de esclavitud. La mayor curiosidad de Small Axe se puede comprobar en su modo de exhibición: es una serie de televisión que se emite por el canal dedicado al cine. En estas épocas de hibridaciones en las pantallas, Small Axe ha sido un producto anfibio, una serie capaz de que alguno de sus episodios aparecieran en listas de las mejores películas del año pasado.
Como expliqué aquí, cualquier antología suele tener en la naturaleza de su formato tanto su mayor fortaleza (la diversidad estética y narrativa) como su mayor debilidad (la irregularidad). De momento, he visto dos de los cinco episodios y no creo que me dé la vida para ver más, pero ambos tienen cosas interesantes en las que merece la pena hincar el diente. Parece que son los más poderosos de esta producción de la BBC.
La crítica de “The Mangrove” (1.1.):
El manglar es un terreno frondoso, habitual en desembocaduras tropicales, que regala una estampa visual deslumbrante: árboles retorcidos, raíces gigantescas y una caótica exuberancia. La característica distintiva del manglar es su fecunda biodiversidad, que nace del choque de dos entornos: el terrestre y el marino. Esto puede actuar como metáfora del aliento sociopolítico que anima El Mangrove, el primer episodio de la antología Small Axe creada por Steve McQueen. Porque sus dos horas de duración narran la historia de un grupo de inmigrantes trinitenses que pugnan por prosperar en un entorno hostil, el Londres de finales de los sesenta. Raíces, diversidad, choque y el manglar del título: un especiado restaurante de Notting Hill que se convirtió en emblema. (Seguir leyendo en Fuera de Series…)
La crítica de “Lovers Rock” (2.2.):
Lovers Rock, la segunda entrega de Small Axe, es diferente. Juega en otra liga. Quizá por eso buena parte de la crítica anglosajona la ha adorado, aunque intuyo que a parte del público le resultará un episodio lento, banal, incluso. Quien espere una peripecia narrativa excitante, se decepcionará, aburrido ante las larguísimas secuencias de cante y baile. La continuidad narrativa es mínima, punteada por viñetas comunales, por estampas setenteras, que discurren desde una escapada de casa al anochecer hasta un autobús de vuelta al alba. (Seguir leyendo en Fuera de Series…)
Flames
D. Alberto; primero pone el caramelo de la serie….. y luego la pone en su sitio. Como me fío de Vd., no sé si le daré una oportunidad…….. Ya se verá.
Pero he entrado para comentar otra cosa ¡¡Vic Mackeeeeeeey!! Enhorabuena. Entiendo perfectamente su estado de ánimo. No es para menos.
Yo tengo en mente “introducir” a mi hermano en la serie THE SHIELD. Ahora me animaré a hacerlo seguro. Lo que no me acordaba era de lo de LA COSA. Jajaaa….
¡¡Vic Mackeeeeeeey!!