Cobra Kai no es Shakespeare. Ni pretende serlo. Pero es una serie que tiene muy claras sus aspiraciones: entretenimiento adolescente, nostalgia ochentera y un juego textual en el que los espejos andan invertidos. De ahí su imponente éxito, capaz de barrer espectadores desde los cuarentones que entonces echaron los dientes escuchando las enseñanzas del profesor… Leer más »